Carlos Gardel se mete entre los tanques de Adrián Suar y Nico Vázquez

En junio de este año, en el Teatro Alvear, se estrenó Cuando Frank conoció a Carlitos. Frank es Frank Sinatra. Carlitos, Carlos Gardel. En términos de marquesina, la propuesta no cuenta con figuras de peso en lo que hace a la convocatoria de público (el talento o la trayectoria, es otro cantar). La historia de esta propuesta de teatro musical hace foco en la leyenda que asegura que, en 1934, cuando “el Morocho del Abasto” estaba por presentarse en Nueva York; de repente, se presentó en su camarín un joven admirador que, con el tiempo, fue conocido como Frank Sinatra. Al terminar su temporada en Alvear, sala que depende del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) en la que tuvo un promedio de entradas vendidas de alrededor de 650 personas para 800 butacas, se mudó al Astral, o sea, apenas unos pasos en la misma cuadra (el Alvear está ubicado en la Avenida Corrientes 1659 y el Alvear, en el número 1639).

Ahora bien, este producción entre el CTBA y privados dirigida por Natalia del Castillo, al haber pasado el 12 de este mes a una sala miembro de Aadet, la cámara que congrega a los teatros y producciones del circuito comercial de Buenos Aires, ahora aparece en los registros estadísticos que da a conocer la entidad semanalmente. Según el último informe, figura en segundo lugar en lo que hace a cantidad de espectadores. Se ubica entre dos verdaderos tanques de la Avenida Corrientes: Felicidades, la comedia con Griselda Siciliani, Adrián Suar, Jorgelina Aruzzi, Benjamín Vicuña y Peto Menahem; y Tootsie, la obra que protagonizan Nicolás Vázquez y Julieta Nair Calvo, comedia que va por su segunda temporada.

Queda claro que a las otras dos producciones mencionadas figuras convocantes no le faltan. Como contrapartida, la obra que se metió en el segundo lugar y que tiene su versión en Disney+ está protagonizada por dos artistas de la comedia musical de perfil más bajo. Lajad, Gardel en esta ficción, ha participado en numerosos títulos como Houdini, Ella, Chicago y Gardel y Tango corrupto. Por su parte, Alan Madanes, como Frank Sinatra, fue parte de Footloose y Heathers.

La semana pasada, los tres primeras obras hicieron la misma cantidad de funciones, cinco, en salas de dimensiones y cantidad de butacas similares. El elemento diferencial, y eso puede ser una de las claves para entender la llegada de esta obra en el virtual podio, es el precio de las localidades. La producción de Suar va de 14.500 a 31.000 pesos. La de Nico Vázquez, de 13.000 a 30.000. En Cuando Frank conoció a Carlitos las entradas más caras están en 20.000 y las más económicas en 6000 pesos (el precio de menor valor entre los 10 montajes que aparecieron en el ranking que da cuenta de la recaudación de la semana pasada).

En lo que hace al resto de las 10 obras con mayor cantidad de espectadores del circuito comercial porteño no hubo notables modificaciones en las últimas estadísticas. En cuarto lugar aparece Esperando la carroza, con Campi, Paola Barrientos, Valeria Lois y Pablo Rago; seguida por Moldavsky, Lo mejor de mí, a cargo de quien se autoproclama como el “top top del humor”; Lizy, sí! quiero…, la propuesta de Lizy Tagliani; Somos las chicas de la culpa, propuesta que ya lleva años en cartel y que apenas hizo una única función; Transensual, de Favio Posca; Brujas, con Nora Cárpena, Moria Casán, Graciela Dufau, Luisa Kuliok y María Leal que subió el telón la semana pasada en 6 oportunidades; y cierra el top ten la comedia dramática En otras palabras, que protagonizan Gimena Accardi y Andrés Gil.

En medio de tantos títulos y números, el productor Carlos Rottemberg anunció que Brujas continuará en cartel hasta fin de mes en el Multiteatro Comafi, en lo que promete ser la despedida de Buenos Aires de esta historia de mujeres que escribieron tantas páginas, para mudarse a Mar del Plata, desde el 26 de diciembre.

En La Feliz, la noche del 3 de enero de 1991, en el Teatro Atlas, tuvo su kilómetro cero este tanque histórico del teatro comercial argentino. Con escasa promoción, arrancó con todas las entradas vendidas y fila de dos cuadras para dar con un ticket. Esta rara avis inicia ahora su ciclo despedida que promete ser la definitiva (aunque son brujas y no hay por qué creerles).

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