Carlos Casella, en llamas
Junto a Griselda Siciliani estrena Estás que te pelas, un viaje hecho glam, canciones pop y corazones rotos
Escena uno. Carlos Casella (actor, bailarín, coreógrafo, cantante) está en un taxi camino a la nota. Habla con su madre de temas del día: ensayo, la nota misma, el vestuario. Nada importante. Corta y se produce el siguiente diálogo con el taxista:
Usted, ¿no es conocido?
Bueno... es una pregunta complicada.
Pensó: "Cuando le diga que soy Carlos Casella va a creer, como siempre, que soy Beto Casella". De hecho, una vez lo llamaron de una revista para decirle que iba a ser el personaje del año. Pero el personaje era Beto y no Carlos (o Carlitos, como todos lo llaman).
"Te vi en la película Muerte en Buenos Aires", le dijo el señor del taxi. Él, por las dudas, le aclaró que su papel era el de ese cantante con pinta de dandy. "Sí, claro. Sé quién sos", remató el señor del taxi sin indagar mucho más. Carlos, en ese exacto momento, pensó dos cosas. Una: "Si me reconoce un taxista es porque la cosa va bien". Dos: "Tendría que haber pedido más plata".
Escena siguiente. Ahora el excelente intérprete está en situación de nota porque hoy, en el Maipo y por sólo ocho lunes, estrena Estás que te pelas, concierto en llamas, en el que actúa y canta junto a su amiga Griselda Siciliani.
Cuenta él: "La idea era hacer algo onda sótano, más canuto, más chiquito. Algo por las nuestras y que se entere quien se entere a partir de mi Facebook y el twitter de Griselda...". Pero no. Imposible. Se desmadró todo y terminaron en la sala del Maipo junto al quinteto de músicos dirigidos por Pedro Onetto.
El año pasado Carlos había retomado Babooshka, ese personal espectáculo en el que cantaba canciones de mujeres. Una de las invitadas fue Siciliani. "Casi que ensayamos en la prueba de sonido, pero lo pasamos súper bien en el escenario", recuerda. A partir de esa experiencia hablaron de hacer algo juntos. Ese comentario quedó flotando por ahí. Era cuestión de juntarse, definir un repertorio que les gustara y listo. En verdad, pensaron, No había que dar muchas vueltas. "Eso de hacer un viaje musical con la impronta de lo teatral es un formato que conozco", dice, con razón y experiencia, él
En diciembre/enero de este año Carlos (o Carlitos) estaba trabajando en París en un espectáculo Alfredo Rodríguez Arias. En medio del invierno europeo, una tarde que pintaba un tanto aburrida le mandó varios whatsup a Griselda. En uno de ellos fue directo al grano: "Che, ojo que estoy pensando en lo que hablamos". Así fue como de un lado y del otro del Atlántico empezaron a ponerle palabras a las cosas. Palabras como retro, rock, cinematográfico, latino y bizarro.
Bajo estas cinco consignas empezaron a salir canciones de Isabel Pantoja, Pink Martini, Agustín Lara, La Lupe y Roberto Carlos, parte del abanico musical de este concierto en llamas que se estrena hoy. En verdad, esas cinco palabras claves definen el repertorio caseliano desde la primera vez que En todos contentos, by el grupo El Descueve, Carlos Casella terminaba cantando un tema de Los Tigres del Norte. Con el pasar del tiempo, en los siguientes montajes de El Descueve siempre terminaba cantando algún temón que él revisitaba con respeto y descaro. La fórmula también la aplicó en Eclipse, obra en la que bailaba junto a Gustavo Lesgard. Ahí, mirándose a los ojos, cantaban eso de "quereme como la tierra quiere el agua".
En este último año, ese timbre de voz tan personal tuvo alta rotación en Farsantes. Y ese timbre, esa fina estampa, ese glam ochentoso se convirtieron en ejes para la construcción de su personaje en la película Muerte en Buenos Aires. En ese caso, sacó del olvido un tema del grupo Pomada.
De chico, Carlos Casella adquirió mucho millaje en eso de andar en el coche de sus padres escuchando los casettes de Nicola Di Bari, Franco Simone, Nino Bravo y siguen los nombres. "Algunas canciones están maquilladas por quien las interpreta. Y depende quién las ilumine, surgen los ecos", asegura este iluminador de viejas melodías que ahora encontró su cómplice y todo en la chica blonda de pelo al viento y aires desfachatados.
Si el espectáculo que estrenan hoy surgió a partir de cinco palabras claves, hay otro concepto que pareciera definir al trayecto de Casella: un personal toque de sofisticación. "Eso debe tener que ver con mi naturaleza. Puede que la cosa tome lugar en un rancho, como pasaba en un espectáculo de El Descueve; pero el rancho tenía lo suyo, su glam. Inevitablemente, en lo que estamos haciendo ahora también debe estar presente. Por eso, al lado de los vestidos de Griselda, yo me pongo un moñito. No me queda bien, lo odio; pero no importa. Sé que tiene que estar", cuenta mientras toma un café.
Luego de estas 8 funciones, su año terminará con otro espectáculo de Alfredo Rodríguez Arias en los que compartirá escena junto a Enrique Pinti y otras tres mujeres de armas tomar: Alejandra Flechner, Sandra Guida y Alejandra Radano. El arte del espectáculo será de Juan Gatti. Gatti es el que hace el diseño gráfico de las películas de Almodóvar. Por cantar un tema en una película de Almodóvar Carlos Casella daría la vida. Mientras tanto, su vida, sus lunes, transcurrirán con este concierto en llamas y canciones desesperadas (de amor, de amores desesperados).
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