Blas Parera, personaje perdido en la historia, recuperado en escena
El origen del Himno Nacional, en Coronados de gloria, pieza escrita por Mariano Cossa y dirigida por Daniel Marcove
En los albores del siglo XIX, en una Buenos Aires insuflada de las pasiones revolucionarias que los movimientos independentistas expandían por América del Sur, transcurre Coronado de gloria, una reveladora historia sobre el origen del Himno Nacional Argentino y la puja entre sus creadores, el pianista Blas Parera y el político Vicente López. La obra, escrita por Mariano Cossa, propone un viaje a los hechos menos conocidos de aquellos días convulsionados. Sin embargo, ese recorrido delineado por la puesta y dirección de Daniel Marcove -de poco más de una hora de duración- deja en el público una sensación de continuo presente.
"Si bien la música del Himno Nacional Argentino permanece intacta y la mayor parte de la letra original pasó al olvido, la historia de sus autores es inversa: Vicente López es ampliamente recordado en plazas, calles y municipios, pero poco se sabe del destino de Blas Parera. Investigando este hecho, encontré una historia intensa, trágica y ambigua, pero sin dudas inquietante, acerca de la relación entre el arte y la política", cuenta Mariano Cossa, quien además es músico, rol que en Coronado de gloria comparte con Christian de Miguel. "Pasé más de un año leyendo, buscando en bibliotecas, en archivos -recuerda Cossa-. Primero me enteré de que Blas Parera era catalán: es decir, lo que en esa época era el imperio. Luego, que tuvo que exiliarse de aquí a poco de haber escrito la música del Himno Nacional. Huyó a su España natal buscando la gloria que decía no encontrar en Buenos Aires. Y comencé a indagar un poco más en su historia. Había muy poco documentado. Encontré algo muy interesante: Parera también hacía música para teatro. Compuso una obra de Luis Antonio Morante llamada El 25 de mayo, y ése fue el germen del Himno Nacional Argentino, porque Vicente López la escuchó, lo conmovió, y a partir de eso decidió escribir su poema, que finalmente fue el Himno."
Cada jueves, en el Teatro del Pueblo, los actores Jorge García Marino, Juan Manuel Correa, Marcelo Serre y Miguel Sorrentino reviven aquellos días plenos de pasión revolucionaria, cambios, conspiraciones, sueños y ambiciones personales. En una puesta circular que conceptual y estéticamente remite al circo criollo, Parera y López despliegan las tensiones y los argumentos de dos hombres en pugna. "Partiendo de los hechos reales, me interesaba hablar del poder y del arte. De las tensiones entre la revolución y los intereses revolucionarios, enfrentados con los intereses individuales y pasionales de cada uno. Incluso dentro de una misma persona, porque el propio Vicente López, que era un revolucionario y que trabajaba por hacer de este país una nación, también quería que su poema -y no otro- fuera el Himno Nacional Argentino. La relación entre arte y política, entre revolución e individualidad, es conflictiva", señala Cossa.
Mucho de lo que sucede en Coronado de gloria está relacionado con aquel pasado. Pero también es perfectamente reconocible aquí y ahora: la vanidad, la envidia, la ambigüedad, las tensiones entre arte y política, e incluso la grieta de la que tanto se habla hoy día. ¿Una suerte de ADN argentino? "Son cosas muy argentinas, pero también muy humanas. Y eso es lo que vuelve la historia argentina en particular interesante. Es decir, nosotros, porque la vivimos y la seguimos viviendo actualmente, pero me parece que hay grietas en todo el mundo. Y más en un momento como el actual, en que los mundos están muy divididos, el poder está muy concentrado y hay mucha gente que sufre y que no accede a lo más básico", reflexiona Cossa. "De todos modos, mirá qué interesante y casi metafórico: es la historia de una canción, el Himno, que cantamos todos, ahí no hay grieta, es de todos y conmueve a todos", agrega Daniel Marcove, quien desde que tomó contacto por primera vez con esta obra (fue parte, hace unos años, del ciclo de teatro semimontado Contar), se sintió atraído por la idea de llevarla a escena. "Había algo de la obra que es lo me entusiasma y está sucediendo con el público -dice Marcove-. Tiene que ver con que yo imaginaba un espectáculo argentino, patriótico. Estas dos palabras con las cuales siento que tenemos un problema los argentinos. Algo que tiene que ver con lo profundamente nuestro. Y lo curioso, que también es un rasgo de nuestra identidad -de la que habla la obra-, es que aquello que tiene que ver con lo que nos emociona en las escuelas, en los partidos de fútbol, en actos públicos es una historia absolutamente desconocida. Yo le decía a Mariano: «Qué bueno que el público sepa que lo que contamos fue así». Por ejemplo, la obra que se representa durante el espectáculo es la que se hizo en aquel momento." Apoyando lo dicho por el director, Cossa explica que todo está documentado en la investigación previa a la escritura de Coronado de gloria: "No existe el texto de la obra. Pero sí existen testimonios de gente que vio esa obra, El 25 de mayo, de Luis Antonio Morante".
Marcove subraya que, más allá de la historia real, "la gran teatralidad" de Coronado de gloria, sus "personajes riquísimos y una cantidad de asociaciones conceptuales, sensibles e ideológicas que hacen que uno decida hacerla" tienen para él un significado especial. "Tanto como el plus de que en este momento tan arduo -agrega el director- uno debe tener muy en cuenta al espectador y qué sentido tiene hacer un espectáculo. Y yo sentía que tenía un enorme sentido hacer esta obra ahora. Por suerte los espectadores nos están devolviendo que no fue una intuición equivocada. La obra tiene una gran vigencia." Cossa, por su parte, acuerda con la apreciación de Marcove y concluye: "Cuando uno elige contar una historia es porque algo de eso le está resonando permanentemente. Y sí, no podemos evadirnos de la realidad presente cuando vemos esas tensiones. En el caso de la obra, no es que Parera no fuera revolucionario. Lo era. Pero él quería trascender más allá de la revolución. Vicente López, en principio, quería que la revolución trascendiera e hiciera trascender a los hombres que la hacían. Creo que eso es algo muy actual, muy presente y, como decía antes, muy humano. Hasta qué punto las convicciones, la ideología y el individuo friccionan. Y creo que la obra pone en evidencia esas cosas".
Coronado de gloria
De Mariano Cossa
Teatro del Pueblo,
Av. Roque Sáenz Peña 943.
Jueves, a las 20.
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