Barcos y mariposas, para chicos y padres
Se presentan hoy en el Coliseo
Para Mariana Baggio, el mundo de los chicos es su hábitat cotidiano. Entre su hija y los alumnos de su taller de iniciación musical, Baggio conoce de cerca el universo de la música infantil. En 2000, junto al músico Martín Telechanski, decidió volcar este conocimiento en el grupo musical Barcos y Mariposas.
Después de tocar, tanto en Buenos Aires como en el interior del país, y de editar dos discos con sus canciones, el grupo se presentará como parte de la programación del Teatro Colón, hoy, a las 16; mañana, a las 11.30; el sábado 25, a las 16, y el domingo 26, a las 11.30, en el teatro Coliseo (M. T. de Alvear 1125).
"Es un concierto que reúne todo el repertorio de Barcos y Mariposas, con un formación de quinteto. Hay una guitarra, una batería, percusión, un acordeón, un clarinete y un bajo", explica Baggio, y agrega que todos cantan y tocan percusiones raras (platos, vasos, pavas).
El espectáculo tiene toques de humor y algo de participación del público, pero siempre desde lo musical: "Es una puesta jugada en relación con lo que suele haber porque está muy apoyada en la música. En espectáculos anteriores había otras cosas, pero fuimos sacándolas gradualmente hasta que nos dimos cuenta de que la música tenía suficiente peso y de que los pibes se recopaban escuchando", comenta Baggio.
A Telechanski, que nunca antes había hecho música para chicos, lo sorprendió la reacción de ellos ante la música: "Jamás tuve un público tan atento, contrariamente a lo que se piensa: que los chicos son dispersos".
A veces, esa imaginación los lleva a buscar sonidos muy peculiares. Por ejemplo, para una canción que es sobre un chita encontraron el sonido que buscaban con un músico que toca las cuerdas de un piano abierto con un pincel. "Si bien parecen de vanguardia, son cosas que funcionan con los chicos -dice Telechanski-. Estuvimos con gente que hace música infantil y le parecía que lo que hacíamos era demasiado complejo para que lo entendieran los chicos. Y cuando tocamos, nos pasó lo contrario."
Baggio, dada su cercanía con el público infantil, tiene una explicación para eso: "Con la música que inventan los chicos, no puede parecerles raro lo que hacemos. Son delirantes; para ellos vale todo. Ven música en todos lados".