Banfield Teatro Ensamble: el faro de la cultura alternativa en el sur se apaga
Con el paso del tiempo, el Banfield Teatro Ensamble adquirió la categoría de verdadero faro cultural de la zona. "La idea fue inventar un lugar donde a nosotros nos gustaría ir, un espacio para ver obras de calidad sin salir del Sur", reconocía el talentoso director, dramaturgo, docente y gestor Nelson Valente, el director general de aquel sueño inicial. En todos estos años muchos de los mejores montajes de la escena alternativa porteña tuvieron su lugar en el mundo en este espacio creado a fuerza de pasión. El BTE se convirtió en un fábrica de ficción, de formación, de generar nuevas audiencias para el teatro, la danza, el café concert, las artes visuales, la música y el cine. En ese espacio Nelson Valente estrenó El loco y la camisa, un trabajo premiado que hizo infinidad de funciones, que fue invitado a diversos festivales internacionales, que se generó un espacio aún en la escena próxima a la avenida Corrientes.
Pera esta historia fantástica y aleccionadora dentro del mapa de la cultura alternativa culmina. Lo anunciaron de este modo: "El Complejo Cultural Banfield Teatro Ensamble cierra su espacio y actividad el 31 de diciembre. La pandemia, el confinamiento y la inactividad de tantos meses han generado una situación irreversible que deja sin posibilidades su funcionamiento y continuidad. En 2020, BTE cumplió 20 años. Sobrevivió a muchas crisis, resistió el paso del tiempo, y lo logró gracias al trabajo cotidiano de quienes lo integran; gracias a la tarea, entrega y perseverancia de las decenas de personas involucradas en su actividad imparable e inmensa (...) Cerramos con la certeza de haber generado un espacio artístico y cultural inédito y sorprendente por los resultados y la repercusión alcanzados."
La triste noticia tuvo un fuerte impacto en las redes, o en los diversos micromundos de las redes sociales. La novedad admite otra lectura más allá de este caso puntual: la extrema debilidad de las salas alternativas de todo el país que, como afirmaron en un reciente conferencia de prensa organizada por diversas entidades vinculadas a la actividad cultural independiente, de no mediar políticas públicas concretas "está en riesgo la existencia del sector".
Volvamos a Banfield. En el lugar en el que funcionaba el Ensamble en otros tiempos hubo una disco. En total, son 1200 metros cuadrados, distribuidos en tres salas con capacidad entre 30 y 300 personas; una galería de arte y un bar ubicado en el límite entre Banfield y Lomas de Zamora. Lo que había nacido como un emprendimiento colectivo con el paso del tiempo se transformó en una Pyme con 21 empleados en blanco entre mozos, personal de sala, cocineros, gente de limpieza, gestores, profesores. "Todo ese crecimiento nos mató. Si luego de tantos meses sin actividad reabrir con el 100 por ciento de la ocupación hubiera sido casi imposible, con un aforo del 30 por ciento era algo absolutamente inviable. La realidad decidió por nosotros", apunta Valente, en diálogo con LA NACION.
El artista admite que las distintas ayudas estatales les hubieran servido si el Ensamble fuera solamente una sala de teatro, de esas que hay tantas desparramadas en los barrios porteños, pero no es el caso. "El ATP y lo que hicimos pensando en streaming nos permitió pagar los sueldos, pero la ayuda estatal claramente no nos alcanza para mantener el espacio", agrega. El Ensamble fue una de las primeras salas en diseñar una programación de streaming en vivo. Lo lanzaron en abril, con un ciclo que apostaba al humor porque pensaron que era una herramienta válida para esa primera etapa pandémica. "Decidimos mantener los horarios habituales y mantener los ciclos programados pero apelando al vivo. Buscamos los medios tecnológicos para reproducir esa obras, pensadas durante la semana para las funciones de jueves, viernes y sábados. O sea: el mismo procedimiento que aplicábamos antes solamente que adaptamos los argumentos a la situación actual", apuntaba este verdadero gestor cultural. Lo que es claro es que esa ansiada vuelta al teatro no es tal en la escena alternativa.
Este fin de semana se harán las últimas funciones del mítico lugar en modo streaming: el sábado, por la página del Ensamble, será el turno de La alucinada. El domingo, de Tertulias bárbaras. Mientras tanto, el desarmado del espacio ya está en marcha. El fin de semana decidieron comunicar la noticia de la despedida tras mantener contactos con representantes del Instituto Nacional del Teatro, del gobierno de la provincia y de la municipalidad. "Tardamos en comunicarlo porque quisimos hacerlo de la manera más prolijo posible. En términos personales, el proceso es muy duro. Desde el momento que lo comunicamos recibimos un enorme cantidad de mensajes muy fuerte, muy conmovedores. No puedo evitar sentir orgullo por el trabajo que vinimos haciendo durante tantos años. Fue tanto un trabajo territorial en la zona, como generar una escuela con 500 alumnos y el abrir el espacio para otros admirados colegas directores, actores.... Todo da orgullo y da tristeza, es así. Ahora mismo estoy tan abocado al proceso del cierre que no puedo pensar en el mañana", señala Valente, con un dejo de tristeza indisimulable.
¿Cuántas otras salas cerrarán sus puertas antes de fin de año? Todavía no se sabe, pero la despedida del Banfield Teatro Ensamble ya de por sí es una señal de extrema alarma.
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