Último día para ir al cine, al teatro y a recitales mientras la industria del espectáculo busca respuestas ante las restricciones
Las salas de cine, música y teatro deberán cerrar durante dos semanas a partir de la medianoche del viernes; el productor Carlos Rottemberg anticipó que reprogramarán las funciones a partir del 1° de mayo y desde la Asociación de Managers Musicales pidieron que se decrete la “emergencia cultural”
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El presidente Alberto Fernández anunció anoche nuevas medidas sanitarias para combatir el coronavirus que afectarán al AMBA por dos semanas a partir de las cero horas de mañana, razón por la cual quedaron suspendidas “todas las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas y religiosas que se hagan en lugares cerrados”. Por lo tanto, hoy la actividad teatral, musical y la exhibición cinematográfica funcionarán por último día con la cartelera prevista.
Claro que el anuncio de anoche implica un duro golpe para un sector que, en lo que hace a la actividad teatral, recién desde el 13 de noviembre pudo reabrir sus salas bajo estrictos protocolos sanitarios; en tanto, las salas de cine no llegaron a cumplir dos meses de actividad en 2021, ya que volvieron a abrir sus puertas a finales de febrero. Los distintos sectores que agrupan al teatro se reunieron hoy para analizar la nueva situación y ver los próximos pasos a seguir.
En cuanto a las entidades de la industria musical, se manifestó la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (Acmma), que le anticipó a LA NACION su mensaje: “Dadas las circunstancias sanitarias y si bien estamos de acuerdo con las medidas, teniendo en cuenta que la actividad del espectáculo fue suspendida en marzo de 2020, resulta urgente decretar la emergencia cultural porque nuestro sector está quebrado. Es, fue y será el más golpeado”.
Paralelamente, en la conferencia de prensa que encabezó Horacio Rodríguez Larreta quedó en claro que acatarán las disposiciones del gobierno nacional en lo que se refiere a la actividad artística. Consultado por LA NACION, Jorge Telerman, director del Complejo Teatral de Buenos Aires, dio su parecer: “Son medidas improvisadas, incomprensibles y erróneas. No es sostenible que se tomen decisiones sin datos serios, sin bases sólidas. Todos coincidimos que no ha habido contagios en las salas teatrales, que los espacios son seguros. Cerrarlos no tienen ningún sentido y el daño que produce es enorme. Cumpliremos la norma, pero consideramos que estas medidas son innecesarias. Ojalá solamente sean quince días”.
Desde las 10, los integrantes de Aadet, la cámara que reúne a los dueños de sala comerciales y productores teatrales como musicales, tuvieron una reunión para analizar las medias adoptadas anoche. En el comunicado que emitieron señalan que decidieron acatar las medidas adoptadas, pero también afirman que durante todo este tiempo las salas han sido “rigurosamente responsables en privilegiar la situación sanitaria” y que los espacios culturales han demostrado no ser focos de contagio. De paso, recuerdan datos del sector en tiempos pandémicos: “El teatro y la música en vivo generan miles de puestos de trabajo de toda la comunidad artística gravemente afectada durante estos 13 meses en que la actividad disminuyó en un 80 por ciento (teatro) y 95 por ciento (música en vivo)”.
Carlos Rottemberg, uno de los integrantes de la entidad, en diálogo con LA NACION agregó: “Nosotros estamos convencidos que la actividad en salas es segura. Ese criterio fue compartido por autoridades tanto de Salud como de Cultura del Gobierno y de la Ciudad. No es lo mismo que otras actividades, no podemos estar en la misma bolsa. Y en lo que hace a mi reacción frente a las medidas anunciadas anoche me permito un analogía con el Juego de la Oca. Desde noviembre veníamos avanzando casilleros. Esto nos hace retroceder varios. El aforo real no lo determinan los funcionarios, los empresarios o los artistas; lo determina el público, su confianza. Desde el 5 de abril, la percepción del público fue cambiando. Ante las nuevas restricciones de horario nocturno hubo una merma sostenida de espectadores. A nosotros lo que nos interesa es mantener esa confianza, ese pacto con el público”. Las salas de Aadet, vinculadas principalmente con la avenida Corrientes, reanudarán las funciones en el AMBA el 1° de mayo.
Emergencia cultural
Cerca del mediodía, la Acmma formalizó su comunicado. “Si bien acatamos las medidas tomadas por el Gobierno, dada la situación sanitaria y epidemiológica, pero teniendo en cuenta que la actividad del espectáculo fue suspendida desde marzo de 2020, nunca volvió a ser una actividad rentable. Las gestiones realizadas con los funcionarios de Cultura no resultaron en ayudas reales al corazón de la industria de la música en vivo. La recuperación será a muy largo plazo, por eso resulta urgente decretar la Emergencia Cultural porque nuestro sector está económicamente quebrado”.
Además, en el marco de la emergencia, se solicita que a los créditos de entidades oficiales o bajo garantía FOGAR se les otorgue la “opción de extensión de plazos pagos durante 12 meses o se refinancie con nuevas líneas similares a las anteriores”. También se solicita que se otorguen asignaciones REPRO y se amplíen los ATP existentes. En materia impositiva piden que se aplique un régimen de exenciones de emergencia y equiparación con otras industrias culturales.
“Pedimos asimismo que se tenga en cuenta que la música y las artes escénicas, con protocolos, son seguras y que es necesario transmitir esa realidad al público a fin de no resentir aún más la industria. Finalmente, resulta necesario volver a trabajar cuanto antes, aún con los aforos reducidos, a fin de mantener vivo el músculo de la industria y los puestos de trabajo de los miles de trabajadores y servicios del sector”, concluye el comunicado.
En cuanto a la producción de conciertos en streaming, desde la asociación creen que no es una vía efectiva para reactivar el circuito musical. Incluso, integrantes de la asociación lo describen con una dura analogía. “Es como medicar con aspirina a un enfermo terminal”.
En salas de gran envergadura, como el Teatro Colón, solo se sabe que hasta el 30 de este mes no habrá actividades para el público. Toda modificación de la grilla artística demorará unos días en reacomodarse, por este motivo el gran coliseo argentino de la lírica no puede ofrecer comunicados oficiales hasta tener el esquema reorganizado. Sin embargo, por fuentes cercanas al teatro, LA NACION pudo saber que no habría cancelaciones y que ya se habla de reprogramar las fechas que quedaron incluidas dentro del calendario del DNU del Poder Ejecutivo Nacional. Pero una de las claves es rearmar el cronograma de ensayos. “Entre las 9 y las 19 –confiaron- esto podría ser posible”. Entre el 27 y el 30 de este mes, el Colón tenía programadas dos funciones de Altri Canti, tres dramas líricos de Claudio Monteverdi, y el comienzo de temporada de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, con un programa integrado por Das Lied von der Erde (La canción de la Tierra), de Gustav Marhler, que está conformado por un ciclo de canciones en forma de sinfonía para dos solistas y orquesta, en la versión de Arnold Schoenberg.
Desde el Instituto Nacional de Música (Inamu) indicaron que entre fines de la próxima semana y principios de la siguiente se hará efectivo el pago de la convocatoria Reactivar Escenas, realizada de manera conjunta entre el Inamu y el Ministerio de Cultura de la Nación (con presupuesto del Ministerio). Consiste en un plan de fomento de 44.000.000 de pesos a salas de hasta 300 personas. Se anotaron 192 espacios, que recibirán subsidios de hasta 360.000 pesos cada una. A cambio, las salas se comprometen a realizar una serie de shows subsidiados para que, llegado el momento de volver a la presencialidad, los músicos también puedan tener un mayor porcentaje de la venta de tickets que vaya a sus bolsillos. En cuando a los artistas, a partir de las nuevas medidas anunciadas en la noche del miércoles, desde el Inamu están evaluando de qué manera se puede ayudar a los músicos que tenía shows previstos las próximas semanas.
Señales de alarma
La previa a la decisión que tomó anoche el Ejecutivo Nacional ya daba señales de alarma. Ante los rumores de restricciones horarias que circularon la semana pasada, Aadet había sacado un comunicado en el que resaltaba el cuidado sanitario con el que se llevaba a cabo la actividad: “El grado de seguridad en el que se realizan funciones de teatro y conciertos se basa en las medidas implementadas, no en restricciones horarias. La sola mención de las mismas, sin haber considerado su daño, las lleva al camino a su debacle irrecuperable”, decía el comunicado que afirmaba que “el teatro y la música son seguros de noche y de día”. En paralelo, el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, señalaba que si el Gobierno decidía restringir los horarios de las salidas nocturnas, el sector cultural porteño iba a recibir “una herida de muerte”. El Ejecutivo decidió finalmente anoche una medida aún más restrictiva.
Cuando se conocieron las primeras restricciones horarias se registró una caída en la venta de entradas en la escena comercial producto de la menor cantidad de funciones. “Así como la actividad no paraba de crecer hasta el domingo 4, fue notoria la caída en ventas la semana pasada y la preventa para esas dos semanas”, había dicho el lunes pasado Rottemberg.
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