Ángeles Díaz Colodrero, la actriz que sorprende al mundillo teatral
Consiguió su primer protagónico con Papaíto piernas largas gracias a Juan Rodó y, con su sentido trabajo, augura un gran futuro
Cuando Ángeles Díaz Colodrero escuchó el mensaje, pensó que era una broma. La voz del consagrado Juan Rodó -ya legendario protagonista de Drácula- al teléfono le proponía un protagónico en aquella historia que había leído en la escuela. Pero era verdad, sin audiciones, sin esperarlo, sin noticias previas, la varita mágica esta vez la había tocado. Igual que a Jerusha Abbot, su personaje en la comedia musical Papaíto piernas largas, una adolescente huérfana, la mayor entre los chicos del hogar John Grier, a quien un misterioso benefactor le otorga una beca para estudiar en la universidad. ¿Por qué hay que reparar en esta joven intérprete? Simplemente porque es excelente. Es de esos rostros, esos nombres que, sin dudas, pronto estarán ocupando marquesinas o primeros carteles en pantallas.
"Me enamoré de las letras y la música desde el primer minuto. Juan tenía los derechos y lo iba a hacer con su mujer Eluney Zalazar pero como ella, finalmente, no pudo (porque aceptó participar en El violinista en el tejado) me recomendó. Habíamos trabajado juntas en Ghost. Primero querían a alguien 'con nombre', más conocida, pero Eluney insistió y aquí estoy, me vino en bandeja", dice Angie Díaz Colodrero, la revelación de Papaíto piernas largas, el musical de John Caird (director ganador de los Tony Awards por Los Miserables), con libro y letras de Paul Gordon, estrenado en 2015 en el off Broadway. Y que en Buenos Aires armaron la directora general Lía Jelín, el codirector Matías Strafe y el director musical Santiago Rosso, más el bello vestuario y escenografía de Vanesa Abramovich. Hasta el último domingo de julio se presenta en la sala Enrique Muiño del Cultural San Martín, pero en agosto se muda a un teatro comercial, aún sin confirmar, según adelantó la productora Julieta Kalik.
Basado en la clásica novela de la estadounidense Jean Webster, publicada en 1912, el texto tuvo varias adaptaciones a distintos formatos. Solo en cine, tres películas: muda, en 1919, con Mary Pickford; en 1935, con Shirley Temple; y veinte años después, con Fred Astaire y Leslie Caron. "Jerusha es una huérfana que vivió hace más de un siglo, nacida en un contexto muy difícil, con muchas carencias y cuando las mujeres comenzaban a luchar por más lugar en la sociedad.
Sus reacciones son intensas porque todo lo vive como una sorpresa, no se victimiza, toma lo positivo y lo aprovecha, sin temor a decir lo que piensa, es muy fresca y querible", dice Angie de su encantador personaje: "Tuve muchos 'no' en mi vida pero no bajé los brazos. Por eso me siento cerca de Jerusha".
Solo dos actores en escena, Díaz Colodrero y Rodó, pero que casi nunca se encuentran, sino que se comunican a través de cartas. El riesgo de cómo contarlo sin aburrir era muy grande, pero la dirección de Lía Jelin le otorgó a la puesta más agilidad que en la versión original. "Hay más actuación, más movimiento, es menos estática y fría, ¿viste como es Lía de chispa? Fue clave ese toque", dice Angie, capaz de decir "estalactitas goteando" con gracia. "El texto tiene lectura de cartas y monólogos a los que les tenía miedo, pero fluyó".
Empezó desde pequeña en una academia de comedia musical por su barrio, en Boulogne. Nada raro si se tiene en cuenta que tomaba la mamadera mirando La novicia rebelde, Cats y Los miserables, con canciones que aprendió, muy pronto, de memoria. "En mi casa, siempre hubo mucha música. Papá toca la guitarra y el piano, mis hermanas cantan. Era pura diversión: en la academia, como éramos todas chicas, me tocaban personajes masculinos, podía jugar mucho y ser Danny Zuko en Grease", dice la actriz que duró seis meses en la carrera de Administración de Empresas para después continuar en la escuela Act&Art, una beca de perfeccionamiento en la Universidad de Nueva York y varios seminarios de actuación y profesores particulares de canto. "Mi papá me insistió en que hiciera lo que quería. Me mostró el video de Steve Jobs sobre el pasado y cómo se conectan los hechos que no parecían conectados. 'Si hacés lo que amás, vas a llegar adónde quieras', me dijo", cuenta la chica con apellido de calle de Villa Urquiza: "Era un pariente lejano pero no sé muy bien, no es pariente directo. Te puedo contar de mi abuelo, Mario, que era de Corrientes y fue político y diplomático".
En televisión, participó en la tira Heidi, por Nickelodeon, donde compuso a una institutriz buena (no como la Srta. Rottermeier que interpreta Florencia Benítez). Y en teatro, ha trabajado mucho aunque su nombre no haya brillado en marquesinas. Como ella misma lo define, "tengo un master en covers": hizo reemplazos, en Casi normales, en Cita a ciegas, en Ghost. Hasta ahora, su único protagónico había sido en el off, en el musical Historias de amor bajo la lluvia, con dirección de Marcelo Rosa, en el teatro Gargantúa. "Por eso es tan grosso para mí estar en esta obra nada menos que con Juan Rodó, que es muy laburante, rehumilde y generoso", remarca. Por ahora, disfruta. Y sueña con Éponine, con Bella, con Glinda y Kim, heroínas de musicales que atraviesan puertas, igual que la imbatible Jerusha.
Papaíto piernas largas
Dirigido por Lía Jelín
Sala Muiño del Cultural San Martín, Sarmiento 1551. Sábados, a las 21; y domingos, a las 20. $200.
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