Al rescate de una ópera de Verdi
Con la dirección de Mario Perusso y la actuación de Carlos Duarte y Marquita Lister, la obra se estrenará mañana en el Teatro Colón
Con la dirección musical de Mario Perusso, el coro preparado por Salvatore Caputo y puesta del francés Eric Vigié, mañana subirá a escena en el Teatro Colón la ópera "I vespri siciliani", de Verdi, en una producción que para muchos constituirá una novedad, ya que se ofreció por única vez en 1970, con figuras como Martina Arroyo, Sherrill Milnes, Pedro Lavirgen y Bonaldo Giaiotti, con la batuta de Francesco Molinari-Pradelli.
Escrita por encargo de la Opera de París, "I vespri siciliani", con libreto en francés de Scribe y Duveyrier, plantea el amor de la duquesa Elena y el disidente Arrigo en medio de la lucha de los sicilianos contra los invasores franceses, que culminó con la masacre del enemigo en las vísperas de la Pascua de 1282, en Palermo.
LA NACION asistió a uno de los ensayos y tuvo la oportunidad de hablar con varios de los responsables de esta nueva versión.
-¿Qué opina de la obra?
Mario Perusso: - Es como si fueran dos "Il trovatore" o dos "Aida" al mismo tiempo -explica con una sonrisa-. Es muy difícil para todo el elenco, pero estoy muy contento porque Verdi es grande, todo está funcionando en la preparación y estamos adelantados, cosa que no ocurre con frecuencia.
-¿Es posible señalar algún rasgo especial en la partitura?
-Sí. A diferencia de Puccini, donde uno conduce desde la orquesta, aquí son los cantantes los que mandan, entonces hay que estar muy "canchero" en acompañar, lograr equilibrio como pasa con Mozart. Todo tiene que ser perfecto.
-Se advierte que la conoce muy en detalle...
-Cuando se hizo aquí con un elenco formidable -¡qué grandes, mamma mia !- fui el apuntador y ahora la veo de nuevo y la siento muy atractiva.
-¿Y cómo es su relación con la dirección escénica?
-Muy buena. Debo decir que es una puesta inteligente. Los coros, adelante para que me vean. Tenemos en Eric Vigié a un hombre de la ópera que conoce el estilo del melodrama, no hay rarezas y la ubicación de la acción en época de Garibaldi resulta linda, tradicional, con banderas italianas... (ríe con gestos elocuentes).
Además de la puesta del francés Eric Vigié, quien fue asistente de Menotti en Spoletto, la escenografía está a cargo de Enrique Bordolini.
-¿Por qué modificó la época de la acción dramática?
Enrique Bordolini: -Creo que la acción del medioevo no tiene mayor sentido práctico porque tenemos que hacer ocho decorados, más un vestuario complicado, ya que es un drama donde se alterna el pueblo con los soldados. Entonces la época elegida hace todo más liviano y sencillo sin por ello dejar de lado una ambientación sugerente.
-Entonces, ¿hay sintonía con el régisseur?
-Sí. El tema lo trabajamos desde hace tiempo intercambiando ideas y nos pareció interesante hacer un poco de "risorgimento" al modo de "El Gatopardo", que en realidad no contradice los ideales de Verdi. La acción la ubicamos en 1860, en Nápoles, en la época del reino de las dos Sicilias. Por eso el jefe de los patriotas sería como la mano derecha de Garibaldi, que hace la revolución cuando comenzaron los Saboyas y las banderitas.
Los cantantes
Arrigo, joven siciliano e hijo reconocido de Monfort, será interpretado por el tenor Carlos Duarte, cantante de muy destacada trayectoria nacional e internacional.
-¿Qué problema plantea la parte del tenor?
Carlos Duarte: -Son dos los problemas. El primero es el cómo fue pensado musicalmente el texto original en francés. Entonces, la relación palabra y música es distinta cuando se canta en italiano y todo es más complejo y difícil de memorizar. Los acentos musicales no coinciden con la prosa, que está como sin lógica en relación con la música y uno tiene que hacer un esfuerzo mayor. El otro es que Verdi jugó con temas y asuntos técnicos valiosos, como los cambios armónicos y ritmos, además de una rica orquestación al que se suma su inspiración.
-¿Cómo es la gran aria de Arrigo?
-Tiene un previo recitativo enriquecido realmente importante y original, tanto que hace presuponer un momento posterior de gran desarrollo. Pero el pasaje se resuelve al modo de Donizetti y con la complejidad de la tesitura.
-Sos entrerriano y un especialista en recursos hídricos. Entonces, ¿qué puedes opinar de las papeleras?
-El problema es muy serio y va más allá de la política. La gente no mide las consecuencias hasta que ese problema no se traslade hasta la Capital Federal y afecte al Delta interior y la desembocadura del Río de la Plata. Yo estaba en Chile haciendo "Rigoletto" y supe del asunto ocurrido en Valdivia, que fue desastroso porque hasta los cisnes perdieron, a causa de la dioxina en el agua, la coordinación de sus movimientos y contrajeron problemas neurológicos. Por otra parte los peces desaparecieron. Además, la dioxina provoca cáncer. Entonces, es un problema profundo sobre el hombre y la vida, y por lo tanto hasta filosófico. Porque yo no quiero para mis hijos que no puedan seguir paseando y disfrutando de la naturaleza.
-Volviendo a la ópera, ¿cómo estudias un título nuevo?
-Siempre con la partitura y desde la palabra para lograr simultáneamente el conocimiento de la intención expresiva, porque la música la tiene sin duda, pero a veces la significación es más fuerte e intensa que el sonido elegido por el autor. Claro que en este caso el tema es realmente muy arduo, complejo pero apasionante.
Personificando a Elena, hará su debut en el Teatro Colón la soprano norteamericana (con abuelos españoles de La Coruña) Marquita Lister, atractiva morena muy simpática y efusiva.
- ¿Es usted admiradora de Martina Arroyo?
Marquita Lister: -Sí, desde que la conocí mientras estaba dando clases y yo estudiaba el rol de Aida. Le dije que era su admiradora y le pregunté si siendo joven podía cantar esa obra y me respondió: "Si puedes hacer el último acto con comodidad, entonces puedes hacer el resto".
-¿Y su impresión del Colón?
-¡Fantástico! ¡Increíble! (Los ojos y gestos de Marquita eran para ser filmados.)
Al caminar hacia la salida, se produjo el encuentro con Salvatore Caputo, director del Coro Estable del teatro.
Salvatore Caputo: -Tenemos el coro dividido en dos estilos completamente diferentes; el brillante de los franceses y el canto sul fiato de los sicilianos, y todos juntos se escuchan como una polifonía de Palestrina a seis voces. También con la fuerza de Verdi, pero con muchos detalles y delicadezas que se deben escuchar: legatos, staccatos, tesituras agudas. Por suerte, el coro responde gracias a su disciplina y espero que tenga un buen resultado.
-¿Usted cree que esta ópera podría llegar a ser popular?
-Yo creo que sí. Pero se necesitan grandes intérpretes dueños de voces importantes. Además, como no es un título de comprensión inmediata, hay que escucharlo más de una vez para tomarle cariño y estima.
Después del estreno del martes, las otras funciones se llevarán a cabo el viernes, a las 20.30 (Abono Nocturno Tradicional); el domingo, a las 17 (Abono Vespertino); el martes 16, a las 20.30 (Abono Nocturno Nuevo), y el jueves 18, a las 20.30 (Función Extraordinaria).
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