"Pruebas, pruebas, miles de pruebas": la historia del regreso de Aquí no podemos hacerlo

Todo empezó en el sótano de la familia Mihanovich, a comienzos de 1978, cuando Pepe Cibrián junto a su amiga Sandra, Edgardo Moreira, Ana María Cores, Dalma Milebo, Ricky Pashkus, Graciela Pal, Enrique Quintanilla, Déborah Warren, Graciela García Caffi y Héctor Álvarez, entre ideas e improvisaciones, fueron dándole forma a lo que sería el primer musical conceptual de la Argentina: Aquí no podemos hacerlo. Durante seis meses cada ensayo era una lluvia de ideas que Cibrián supo compactar, junto al músico Luis María Serra y la coreógrafa Ana Itelman. Así nació lo que la crítica de la época denominó "el primer gran musical argentino", que luego de las reposiciones de 1988 (también mítica), 1996 y 2002, vuelve a la cartelera porteña de la mano de un discípulo de Cibrián, el actor y director Nicolás Pérez Costa.

Con tan sólo 14 años empezó a estudiar teatro musical con Pepe, trabajó en varias de sus puestas, fue su asistente de dirección, y hoy completa el rompecabezas dirigiendo una de sus obras. "La idea de reponer Aquí no... surgió de la angustia de sentir que se perdió un poco la militancia por una idea, de hacer política no partidaria; empecé a escribir algo propio pero no encontraba una idea central, y después me di cuenta de que este musical reflejaba exactamente lo que yo sentía. Así que hablé con Pepe y su esposo, el productor Santiago Zenobi, les conté la idea y me dieron el OK", cuenta Pérez Costa.

"Pruebas, pruebas, miles de pruebas", dicen al comienzo de la obra estos artistas que deben pasar por mil y una audiciones y castings para conseguir algún papelito que les permita tener al menos entre tres y cinco meses de trabajo. Conflictos personales, egos encontrados, burocracia, pruebas y más pruebas, y también infinidad de motivos y trabas para darse cuenta de que "allí no pueden hacerlo" son algunos de los ejes de este musical conceptual que hace eje en la figura de Rodolfo, un director de teatro -que será interpretado por el mismo Pérez Costa-, que vivió unos años en el exterior y regresa al país con la idea de hacer un musical. Para eso convoca a varios actores a fin de tomarles una audición. "Aunque nos duela, la obra cuenta la realidad que vivimos día a día los artistas. La temática que trata es contundente, representa mucho, expone todas las cosas por las que el artista pasa desde que arranca su carrera", dice Agustina Cedraschi, una de las protagonistas de la puesta. Su compañera Manuela Perín agrega: "Sin embargo, mucha gente que vio el musical y que no es del ambiente teatral también se siente identificada porque el hecho de rendir una prueba, de que no te acepten o de tener un conflicto interno se puede trasladar a cualquier ámbito. Puede ver la obra un artista y decir: «Esto me pasa siempre, en cada audición», pero también puede venir una persona de una profesión diferente y decir: «Esto me pasa todos los días en la oficina con mi jefe, cuando le presento los proyectos y no me los acepta»". Por su parte, Joan Ramis, otro de los integrantes del elenco, argumenta que tanto el musical como los personajes transitan por muchos vínculos humanos -amor, amistad, laborales- y eso ocurre siempre a cualquier persona, razón por la que cualquiera que se sume a esta propuesta se va a sentir identificado en algún punto.

Es la primera vez que este musical sube a escena sin la mirada de Cibrián Campoy; sin embargo, Pérez Costa tiene tan bien estudiado a su maestro que no hace falta que le diga nada para saber qué es lo que está bien o mal, qué falta y qué está de más. Pero más allá de esa seguridad que pueda llegar a tener, la presión de estar a la altura de las circunstancias palpita fuerte como el corazón de este joven director días antes del gran estreno. "Fue muy grato el proceso con Pepe porque me acompañó mucho en la comprensión de la obra, en lo que quería contar. Le llevé videos a su casa, le mostré fotos y vestuario, y él iba opinando. Incluso quería que venga antes del estreno para que me diera algunos tips, pero me dijo que no porque confía en mí. Me dijo que ya era mi obra y que tenía que ser como yo la sienta? y eso sí genera presión. Es el sentido enorme de la responsabilidad, por él y por lo que significó este musical en la historia del género", explica Pérez Costa.

Una nueva mirada

Aunque sea una reposición, no se busca copiar con exactitud lo que hicieron años anteriores, sino dar otra vuelta de rosca y reforzar la puesta con una nueva visión del mismo tema. "Fue complicado porque se me generó una dicotomía entre conservar ese espíritu y generar la nueva puesta bajo mi mirada. Si bien la ambienté en la misma época, quería que todo lo que se cante en la obra esté interpretado más desde la bronca que desde el dolor, como se hizo en las otras versiones. Esto se fue propagando a la propuesta coreográfica y dramática, y se generó algo que es muy avasallante", explica Pérez Costa.

Mística y responsabilidad

Al igual que el director, el elenco de esta nueva puesta -que en su mayoría llegó a la obra a través de una audición abierta- también se llena de ansiedad y nervios por intentar ocupar esos lugares que dejaron los grandes artistas que protagonizaron la versión original de Aquí no podemos hacerlo. Pamela Houston es el personaje que encarna Tatiana Luna, y confiesa: "Yo no conocía mucho de la obra, así que cuando agarré el libreto me encontré con un mundo nuevo, y fue algo positivo porque no busqué parecerme a ninguna versión anterior. Ana María Cores encarnó al personaje en la puesta original (se llamaba Sarita Lopreito), y después hizo también una gran versión Laura Manzini, en las dos versiones siguientes. Me puedo llegar a imaginar cómo lo hicieron porque conozco sus estilos, pero con Nico vengo trabajando hace bastante tiempo y como director es muy solidario y me dejó jugar siempre; entonces, me parece que el resultado es un personaje remasterizado". Algo similar ocurre con Agustina Cedraschi, que se pondrá en la piel de Bárbara. "Yo tampoco conocía mucho la pieza hasta que me topé con el libro, y reconozco que no busqué ningún video ni quise ver a ninguna de las actrices que hicieron este personaje para no mimetizarme con lo que habían hecho ellas. Quise hacer una búsqueda desde cero, quería ver qué le pasaba a Bárbara, por qué dice esto o por qué no dice nada, pero desde mi perspectiva". En el caso de Manuela Perín encarnar a Verónica es algo que la movilizó desde siempre: "Admiro profundamente a Sandra Mihanovich, y cuando me llamó Nico para hacer el personaje no lo podía creer. Me siento con una responsabilidad enorme de tener que llenar ese lugar, estoy muy feliz". La actriz explicó que la idea no era imitar lo que hizo Mihanovich ni lo que hicieron Ana Acosta o María Rojí después, sino que en esta ocasión se buscó que sea un poco más exagerada, delirante, una diva potenciada que no tiene casi contacto con la realidad. Joan Ramis encarnará al supermacho Dani, que fue interpretado por Ricky Pashkus en el 78, una época donde hablar de la homosexualidad estaba prácticamente prohibido y justamente era ésa la temática que envolvía al personaje. "Con los avances que tuvimos como sociedad, y aunque todavía hay algunos prejuicios, hablar de este tema hoy no es un problema. Por eso traté de encarar el conflicto no tanto con la sociedad y el entorno, sino con la aceptación de Dani de sí mismo", dice el actor.

Ellos, los originales

Dos de los grandes íconos del teatro musical en la Argentina, sin duda alguna, son Ricky Pashkus y Ana María Cores, quienes integraron el elenco original del 78 de este musical. Y aunque los años pasen y ambos tengan una trayectoria inigualable en el género, coinciden sin lugar a dudas en que Aquí no? marcó un antes y un después en sus carreras. "Fue un momento muy hermoso porque implicó trabajar con un montón de talentosos y además provocó en mí el hecho de creer que se podían llevar a cabo ideas propias, de no esperar a que te llamen o comprar derechos de espectáculos de afuera. Fue un gran cambio dentro del musical en la Argentina", dice Cores. Pashkus suspira y se le quiebra un poco la voz al intentar explicar lo que significa este musical y Pepe Cibrián en su vida. "A lo largo del tiempo, esta obra me dio la oportunidad de conocer a Pepe; tanto él como Hugo Midón me acompañaron en toda mi carrera. Ellos me conocieron actuando; luego Pepe me permitió ser coreógrafo de sus obras, y el año pasado fui su director en Tiempos relativos. Es un círculo increíble. Es muy difícil decir qué significa esta obra? es mi vida", cuenta emocionado el director.

Ambos felices por el regreso de Aquí no? y ansiosos por ver la nueva versión, también unifican conceptos a la hora de opinar sobre la presión que puede llegar a tener Pérez Costa a la hora de dirigir un espectáculo de alguien como Cibrián. "Yo creo que nunca hay que tomar la presión de estar a la altura de alguien, sino estar a la altura de uno mismo. Creo que somos personajes únicos y Nico tiene que estar a su altura, que es lo importante. No tiene que tratar de ser parecido a alguien, tiene que ser él, con su impronta, su forma? eso va a ser lo más maravilloso", expresa Cores. Por su parte, Pash-kus agrega que el joven director "es muy talentoso y está heredando una gestión y movida del musical que él puede transformar. Eso es heredar: transformar lo recibido. Tiene que hacer oídos sordos a lo que puedan decir; pero creo que el mayor esquema de presión que puede llegar a tener Nico es qué le va a aportar de nuevo a la obra, cuando fue tan genialmente establecida por otro anteriormente, y aun así respetar el espíritu y la esencia original".

Aquí no podemos hacerlo

De P. Cibrián Campoy y L. M. Serra

El Cubo, Zelaya 3053

Sábados, a las 21

El nuevo elenco

Durante tres meses, todos los sábados, a las 21, El Cubo será el lugar de desahogo para este numeroso elenco: Martín Nahuel Alongi, Juan Damián Benítez, Sacha Bercovich, Agustina Cedraschi, Denise Depauli, Pedro Estrada, Juan Fonsalido, Federico Gara, Marina Gaud Arena, Taisa Isola, Nahuel Lozano, Tatiana Luna, Manuela Perín, Julieta Rapetta, Joan Ramis, Eugenia Spallanzani, Antonela Misenti, Melisa Nievas, Rocío Medina y Nayla Vieytes, junto a Pérez Costa como protagonista, director y coreógrafo de la puesta, acompañado de Ángel Mahler en los arreglos musicales. Al parecer, aunque los años pasen y los elencos cambien, aquí sí se puede hacer.

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