Desde El champán las pone mimosas a Qué gauchita mi mucama, un repaso hilarante por los nombres de las obras que deleitaron o deleitan desde la calle Corrientes
Clásico porteño, savia vital de la calle Corrientes, meca de las chicas que quieren leer "Vedette" debajo de su nombre en los zócalos de los programas de la tarde: el teatro de revistas es ese género teatral pensado para el entretenimiento de las parejas de mediana edad que no pueden resistirse a la imbatible combinación de tangas diminutas y chistes verdes.
¿Cómo destacarse entre las 600 obras que se estrenan por año en Buenos Aires? ¿Cómo lograr el éxito sin tener un guión atractivo ni un elenco con muchas luces? La respuesta se cae de madura: eligiendo el nombre más llamativo posible. Dobles sentidos, malas palabras encubiertas, referencias al éxito cinematográfico del momento; todo es bienvenido. Este listado -en estricto orden alfabético- repasa las diez marquesinas más bizarras que alguna vez engalanaron los teatros argentinos. ¿Hay rock en estos títulos? Tal vez.
Alegría Ortomolecular
Hay dos cosas que nunca serán reveladas al común de los mortales: el sentido de la vida y el significado de palabras como "ultracavitación" u "ortomolecular". Moria Casán, la única persona pública que se animaría a contarle a los medios que hace un tratamiento con un nombre tan poco marketinero, siguió su campaña publicitaria con una obra de teatro adhoc. El médico que la atiende, feliz de la vida.
Cualquier gato callejero tiene una vida sexual más sana que la nuestra
Esta genialidad pasó desapercibida en 2007, año de su estreno, a pesar de contar con un elenco que poco tiene que envidiarle al tándem Alcón-Aleandro: Graciela Alfano, Matías Alé y José María Listorti fueron de la partida. No hay registro de su paso por Buenos Aires; tal vez nunca haya pasado por esta ciudad. De hecho, tal vez nunca haya existido. Mejor no saber.
El champán las pone mimosas
Más que el nombre de una obra de teatro, una filosofía de vida: con burbujitas todo funciona mejor. Título épico de Gerardo Sofovich, tuvo su primer estreno en la década del 80 con Rolo Puente y Luisa Albinoni. Las botellas volvieron a descorcharse en 2008, con la mejor vedette que se podía contratar por ese presupuesto: Victoria Vanucci.
El Maipo... es el Maipo (y el ‘74 es Nélida Lobato)
Alerta para pánfilos escasamente ilustrados: Zulma Lobato no es el nombre real de la (inserte aquí comillas cuerpo 72) vedette (cierra comillas) que todos conocemos. La doña armó su nombre artístico fusionando los de dos íconos del teatro de revistas porteño del siglo XX: Zulma Faiad y Nélida Lobato. En el pico de su carrera, Nélida llevó su nombre al mismísimo título de la obra que encabezaba: así nació "El Maipo... es el Maipo (y el ‘74 es Nélida Lobato)", cuyo significado sigue siendo analizado por cátedras de Semiótica de todo el mundo.
Flor de pito
Amigos, el día llegó: estamos ante el fin de la metáfora. Un despechado Gerardo Sofovich escribió esta masterpiece tras romper relaciones con su otrora protegida Florencia de la V. Cualquier otra explicación se desprende de lo anterior: hola, Inadi.
Lo que el turco se llevó
Nito Artaza encontró, en la política y en el teatro, la forma de capitalizar el creciente descontento de la Argentina pre-"que se vayan todos". Si el chiste de cambiar el título de una película por algo con doble sentido había funcionado en "Tetanic", ¿por qué no hacerlo con contenido político? De ahí en más, sólo una seguidilla de hechos bochornosos: "Cantando bajo la deuda", "Robó, huyó y lo votaron", "Fiebre de Senado por la noche", "El Fondo puede esperar" y siguen las firmas. La etapa post-separación de Cherutti parió un título magistral: "Danza con Cobos".
Más pinas que las gallutas
Si "Corrientes esquina Glamour" puede considerarse el mejor título de la historia del teatro de revistas, aquí tenemos tal vez al mejor referente de esos nombres que están a dos milímetros de convertirse en NSFW. "Más pinas...", la obra más taquillera de 1997, fue el pico de la carrera artística de Cris Miró (que ya había participado en "Entre pitos y flautas", otra obviedad) y el debut teatral de Florencia de la V.
Qué gauchita mi mucama
Única pieza de la lista que sigue en cartel, "Qué gauchita..." es una cabal muestra del amplio abanico conceptual del teatro de revistas en las últimas décadas: dueños de casa con plata, mucamas con ropa cortita, prostitución latente y a otra cosa mariposa. La bancamos, claro.
Tetanic
Hay que mentalizarse en la escena: interior, living del departamento del productor teatral, noche. Mesa chica, bebidas que van y vienen, debate sobre el nombre de la obra que ya huele a suceso antes de ser estrenada. "Tenemos a Isabel Sarli", grita uno. "Mañana voy al cine a ver Titanic", se escucha de fondo. Era sólo cuestión de cabecear y meterla en el ángulo.
Zulma Lobato: con esta los mato
Torry, cómico clase B que siempre se presentó "acompañado" por travestis en sus obras de teatro, contrató a Zulma Lobato, recién salida de Crónica TV, y la llevó a hacer temporada en Mar del Plata. El título no es más que eso: la alegría de Torry por haber fichado a la revelación del verano. Nada de doble sentido. Por supuesto que no.
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