“¡Te ganaste un millón de dólares!”: el día que Susana Giménez paralizó al país con un sorteo para el infarto
Fue hace 25 años, en “Hola Susana”, el programa que batía récords de audiencia; 32 millones de cartas y un sueño: quedarse con una fortuna
PARA LA NACION
-¿Usted cree que el programa que conduce es el que más premios entregó en la televisión mundial?
-Sí, sin dudas.
La pregunta la hizo un periodista durante un informe especial de la televisión latina de Miami en los Estados Unidos, realizado a fines de 1996. La respuesta es de Susana Giménez. Y no era para menos. Es que el 18 de diciembre de ese año acababa de declarar ganadora de un millón de dólares a Irma Velázquez, una humilde enfermera de un hospital de Grand Bourg en “Hola Susana”, su programa que se emitía por la pantalla caliente de Telefe y batía todos los récords de audiencia.
Por entonces, de lunes a viernes de 20 a 21 horas, Hola Susana superaba los treinta puntos de rating, algo así como más de tres millones de personas sentadas frente al aparato para soñar con ser millonario y en dólares; no era pavada. Y ella, en su camino profesional, solo veía el brillo del éxito: un año antes, en 1995, había ganado el Martín Fierro de Oro.
Para el concurso se habían recibido ese año algo así como 32 millones de cartas desde que comenzó el programa, allá por abril: 27.406.000 certificadas por el Correo Argentino (lo que le posibilitaba al participante un premio extra de mil dólares si enviaba por esa vía). Y el resto llevadas por la propia gente en persona al canal y depositadas en una caja de acrílico transparente y gigante.
Por estas cifras récord, “Hola Susana” pasó a convertirse al año siguiente en uno de los tantos fenómenos incluidos en el libro Guinness.
El día del “millón”
Aquel 18 de diciembre de hace casi 25 años, Susana decía a “Susanos” y asistentas en medio de un clima de sobrada algarabía: “Empiecen a tirar todas las cartas, chicos”. Y comenzaron a arrojar los sobres al aire con entusiasmo. La responsable de tomar en el aire el sobre ganador fue Alejandra Suárez, conocida como “La coneja”, secretaria star del programa, que proclamó: “Irma de Grand Bourg”.
“Decime Hola Susana, Irma, te lo suplico”, rogó la diva y comenzó a discar. El grito de Irma no se hizo esperar: “Hola Susana, soñé que me ibas a llamar”. La conductora le consultó con quién estaba. “Con mi marido, mi hijo y la novia”, respondió. “¿De qué trabaja tu marido?”. “Es supervisor en una fábrica”, dijo Irma entre lágrimas.
Irma debía elegir tres números. Detrás de ellos debía estar el logo de los auspiciantes del envío o un comodín para continuar. Y entonces comenzó: “El 6″. Y al girar apareció la publicidad de “Resero”. “Es uno de nuestros avisadores, tenés otra oportunidad”, comentó Susana. “El 11″, expresó la concursante y salió un comodín. “Si sale otro te ganás el millón de dólares”, afirmó la Su entre carcajadas. “El 8″, y surgió un comodín más. “¡Ganaste Irma!”, vociferó la diva mientras atronaba un jingle pegadizo que rezaba: “Un palito verde te ganás”.
Irma Velázquez, ahogada por tanta felicidad, apenas balbuceaba: “Mi nuera soñó que en mi casa había mucha plata y se hizo realidad. Ahora le voy a poder regalar la casa a mi hijo que se va a casar y no tenía. Posiblemente dejaré de trabajar”, completaba exultante. “Estaba seguro de que íbamos a ganar, mañana no voy al laburo de la fábrica”, anticipaba Raúl, su esposo del otro lado del teléfono.
Al día siguiente, Irma fue presentada en Hola Susana con bombos y platillos. Antes Susana, sentada en su escritorio estelar, acariciaba un puñado de dólares con sus manos. “Bienvenida Irma y su familia, contame del barrio”. “Toda la gente de Grand Bourg está muy contenta. Te explico cómo elegí los números: El 6 porque me gustaba a mí, el 8 porque era el cumple de mi hijo, y el 11 de mi hija. Estamos tan felices Su, no lo puedo creer”, repetía Irma mientras todos bailaban en medio de un festejo impresionante.
Es palabra de Diva
Susana reflexionaba por aquellos tiempos acerca de su programa de concursos para la tele de Miami: “Abro las cartas de la gente y leo sus historias. No puedo creer que tantas personas tengan vidas tan terribles. Son relatos crueles. En muchos casos pude comprobar que son casos reales. Aunque en ocasiones, por ser tan espantosos, me pregunto si serán realidad o ficción. Por eso, soy feliz cuando los premios los gana la gente humilde”.
Y a continuación describía el total de lo entregado durante ese 1996 memorable: “3.345.000 dólares, 147 autos, 11 departamentos, 8 kilos de oro, 12 viajes alrededor del mundo y 3700 televisores y otros electrodomésticos”.
“¿Si esto no es un récord, el récord dónde está?, se preguntaba el periodista a manera de cierre de su informe para la tevé estadounidense.
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