La estrella pop se vuelca al synth-pop y graba un soundtrack para el sábado a la noche
4 estrellas
Cuando Taylor Swift decide hacer algo, sabe realmente cómo exagerar. Así que en su quinto disco se sumerge en su amor por el synth-pop de los 80 y trata de convertirse en los Pet Shop Boys. 1989 es un cambio drástico: hay sólo un par de tracks que tienen su clásica guitarra lacrimosa. Swift ya compuso suficientes buenas canciones como para dos o tres carreras. Red, de 2012, fue su Purple Rain, una épica enorme y egocéntrica con banjos disco, baladas de piano y drops de dubstep. Pero como lo saben todas las estrellas de los 80, a una épica no debe sucederla otra: en vez de repetir el gran alcance que tuvo Red, Swift se concentra en un solo aspecto de su sonido a lo largo de todo el disco: algo muy propio de Prince.
Max Martin produjo muchas de estas trece canciones y sus beats crean una banda de sonido de sábado a la noche mientras Swift canta sobre ser soltera en la gran ciudad con la que siempre soñó. "How You Get the Girl" mezcla lo mejor de sus viejos y nuevos truquitos mientras rasguea una guitarra acústica con violencia sobre la ola de disco experta de Martin. En "Clean", un final impresionante, la cantante inglesa Imogen Heap añade unos suspiros etéreos a la melancolía electrónica de Swift ("Todavía te siento en mí/ Como una mancha de vino en un vestido que ya no puedo usar").
Por Rob Sheffield