Taquilla teatral. Las salas oficiales y el fenómeno de “no hay más localidades”

“No conozco fracasos que se conviertan en éxitos ni éxitos que se conviertan en fracasos”, dice Carlos Rottemberg a partir de los números elocuentes de la planilla de esta semana de AADET, la cámara que reúne a los empresarios teatrales del sector comercial y que el productor preside. Es que Inmaduros, la obra que lideran Adrián Suar y Diego Peretti lleva 33 semanas en el primer puesto desde aquel 13 de enero cuando estrenó en El Nacional. Nunca abandonó el podio y entonces la teoría de los nombres propios que venden entradas se sigue consolidando. Muchos productores aseguran que con las primeras semanas de funciones se puede pronosticar el éxito o fracaso de las obras y, en este caso, la aguja del termómetro de las funciones de debut sigue siendo exacta. Todas las funciones desde su estreno fueron a sala absolutamente llena, unas mil localidades por función.

Ayer, Inmaduros hizo una función especial para la Obra Social de Actores, en la que le donó absolutamente toda la recaudación. En el evento estuvo presente Alejandra Darín y parte de la comitiva de la Asociación Argentina de Actores.

En el segundo lugar sigue cómoda Piaf que también conserva esta ubicación desde su estreno el 26 de julio en el Teatro Liceo. Todas las funciones a sala completamente llena con tres semanas de preventa, el musical que repasa la vida del Gorrión de París, con Elena Roger, se consolida como uno de los fenómenos de este 2022.

En tercer lugar estuvo Kinky Boots, en su último fin de semana. Los siguientes siete lugares que completan la planilla que semana a semana provee AADET no tienen demasiadas variaciones respecto a la de la semana pasada. En el cuarto y quinto puesto se encuentran Los Bonobos y El método Moldavsky, respectivamente, que la semana pasada habían estado al revés. El sexto puesto lo sigue ocupando El método Grönholm. Mientras que el séptimo y el octavo también lo ocupan La verdad y Art. Estas dos obras habían enrocado sus posiciones en la tabla de la semana anterior pero es una leve variación. En los dos últimos lugares se encuentran Brujas y Mi madre, mi novia y yo que destronó a Yo soy mi propia mujer, el unipersonal con Julio Chávez, que por esta semana salió del top ten.

Recién terminado el mes de agosto, ya los pronósticos sobre cómo fue este año se empiezan a esbozar. La temporada 2022 es comparable con la previa a la pandemia, es decir a la de 2019, y está dando un empate técnico desde abril. Desde ese mes, luego del desolador paso de la variante Omicron, los números de espectadores se estabilizaron y se acercaron mucho a los de 2019. De todos modos, ese no fue un gran año de recaudación pero teniendo en cuenta los años anteriores -un 2020 con teatros cerrados y un 2021 con cortes parciales-, poder cerrar parecido a aquel 2019 es una buena base para imaginar un crecimiento sostenido para 2023. A eso apostamos”, concluye Rottemberg con optimismo. Si algo queda claro es que los espectadores volvieron con gusto a las salas porteñas.

El teatro oficial

Otros datos suman información para hacer una evaluación más exhaustiva de lo que va del año en materia teatral, porque no todos los teatros de Buenos Aires forman parte de Aadet. Muchas veces, conseguir entradas para algunas obras del Complejo Teatral de Buenos Aires o del Teatro Nacional Cervantes o del Cultural San Martín requiere ir a la boletería con 15 o 20 días de anticipación. Claro está, el valor de las entradas es económico y el nivel de sus producciones es altísimo, una ecuación que al espectador teatral porteño deja muy satisfecho. Y en los números de Aadet no figuran las salas llenas de estos teatros emblemáticos.

Muchas de las propuestas de los teatros oficiales han tenido una aceptación inmediata y absoluta por parte de los espectadores. Es así que la sala Martín Coronado, que con sus 935 butacas es la mayor del Complejo Teatral de Buenos Aires, tuvo este año las 20 funciones de Campo minado, de Lola Arias, a con su capacidad colmada. Entretanto, Cantata de Mauro Bigonzetti, propuesta del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, que se estrenó en marzo pasado, de las 21 funciones, 10 tuvieron las localidades agotadas. Algo parecido sucedió con Boquitas pintadas, de Manuel Puig, con puesta en escena de Oscar Araiz y Renata Schussheim: de 24 funciones, 15 fueron a sala llena.

En la sala Casacuberta (535 butacas), Cae la noche tropical, otra novela de Puig en este caso traspuesta por Santiago Loza, tuvo sus 37 funciones con el 80% del aforo de la sala. Mientras que Recuerdos a la hora de la siesta, el musical familiar basado en el universo de María Elena Walsh, de Emiliano Dionisi y Martín Rodríguez, hizo 24 funciones agotadas. Por otro lado, Las manos sucias, de Jean Paul Sartre, dirigida por Eva Halac y protagonizada por Daniel Hendler, todavía en cartel hasta el domingo, lleva 47 funciones con localidades agotadas. En la sala Cunil Cabanellas (cien butacas) se abrió en febrero la temporada de este año con ¿Quién es Clara Wieck?, y tuvo un record absoluto de 104 funciones todas agotadas.

Y algunos datos más son elocuentes a la hora de analizar los números de las salas del Complejo Teatral. El Teatro de la Ribera que siempre presentó la dificultad de llevar el público hasta La Boca, este año tuvo la reposición de Las cautivas, estrenada el año pasado bajo la autoría y dirección de Mariano Tenconi Blanco, y las 30 funciones que realizó fueron con un 80% de la capacidad de la sala ocupada, que cuenta con 500 butacas; mientras que las últimas seis funciones fueron con localidades agotadas. Una vez más el boca en boca porteño muestra su eficacia. Mientras que en el teatro Regio, con 439 butacas, Vassa, de Máximo Gorki en una versión de Felicitas Kamien, Walter Jakob y Agustín Mendilaharzu, con Humberto Tortonese al frente del elenco, tuvo sus 42 funciones a sala completamente llena.

Otro dato llamativo: una nueva sala se sumó al Complejo Teatral desde fines del año pasado, el Cine Teatro El Plata en Mataderos. En ella se estrenó Julio César, el clásico shakesperiano dirigido por José María Muscari, con Moria Casán a la cabeza del elenco y sus 23 funciones con 439 butacas tuvieron el aforo completo.

Por su parte, el Teatro Nacional Cervantes también presentó una programación que contó con el aval del público. Desde el verano, con su ciclo en la explanada de la Biblioteca Nacional subieron a escena las cuatro partes de la Teoría King Kong con un promedio de ocupación de la sala de más del 80%. En total casi seis mil espectadores participaron de estas funciones. En las salas del propio teatro, La traducción, de Matías Feldman, fue la gran sorpresa a nivel público. La sala María Guerrero, con un aforo de 746 butacas, hizo las 31 funciones con más del 70% de la capacidad, 16544 espectadores vieron esta gran puesta en escena. Por su parte, Medea meditativa de Emilio García Wehbi, con Maricel Álvarez, fue otro de los fenómenos de la temporada 2022. Con más del 80% del aforo cubierto, la obra experimental tuvo una gran aceptación llegando incluso a vender sus localidades con muchas semanas de anticipación.

El Cultural San Martín también tuvo una programación acorde a los gustos porteños. Lorca, el teatro bajo la arena, perteneciente al Ciclo Invocaciones y con la participación de Laura Paredes hizo prácticamente todas sus funciones a sala llena con una preventa de semanas de anticipación. Chicos de Varsovia, dirigida por Dennis Smith fue otra de las obras más convocantes. Al igual que Caribe, escrita por Yanina Gruden y dirigida por Katia Szechtman, Eternidades. Te póstumo en hall de cine, el musical de Luis Longhi y Juan Ignacio López, dirigido por Pablo Gorlero; y El Parador 2. La historia continúa…, basado en el texto de Paula Schapiro, con dirección general de Iara Grom y dirección musical de Carlos Gianni. En total más de diez mil espectadores participaron de la programación del Cultural San Martín.

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