Talento argentino para "Chicago", de Fosse
"Chicago", con Sandra Guida, Alejandra Radano, Salo Pasik, Rodolfo Valss, María Rosa Fugazot y elenco. Letra: Fred Ebb. Música: John Kander. Libro: Ebb y Bob Fosse. Producción original y coreografía:Fosse. Escenografía:John Lee Beatty. Vestuario:William Ivey Long. Luces:Ken Billington. Directora residente:Bebe Labougle. Recreación coreográfíca:Ann Reinking y Gary Cyryst. Dirección. Walter Bobbie. Duración: 2 horas 40 minutos (con intervalo). Teatro Sky Opera. Nuestra opinión: muy bueno .
Después de varios meses de ensayo, debutó "Chicago". Y la pieza creada originalmente por Bob Fosse se convierte en la experiencia más excitante en lo que va del año. Es más, podría asegurarse que desde que Daniel Grinbank desembarcó con "La Bella y la Bestia" generando este boom de comedias musicales, el espectáculo que se ofrece ahora en el Sky Opera seguramente es el más electrizante del género.
Pero vayamos por partes. "Chicago" es un verdadero extracto del genial Fosse. Allí están todos sus tics, sus obsesiones: el uso del color negro en el vestuario, los mínimos movimientos del cuerpo, su pasión por el jazz, los pantalones de tiro bajo, el rap, el uso recurrente de los guantes, su bastón, algunos pasos de tap, su sombrero, sus cigarros y hasta el tango. Un mundo atravesado por una sensualidad cautivante, por un erotismo subyugante. En esta versión de la pieza que Fosse estrenó en Broadway en 1975, el director Walter Bobbie y la coreógrafa Ann Reinking extractaron la esencia de aquella trama, indagaron en los símbolos más precisos de su coreografía y en los nudos dramáticos de una historia basada en un caso real, dejando una versión casi neta, de corte minimalista.
Fosse amaba a los bailarines de las comedias musicales y eso se nota, se hace carne, se aprende y se agradece como espectador;porque todo está depositado en ellos. Son ellos la escenografía. Son ellos los motores de un gran engranaje que no necesita de cambios de vestuario ni de enorme despliegue escenotécnico. Son ellos, aun cuando están sentados al costado del escenario, los que se convierten en espectadores de lujo de esta maravillosa historia.
Por elevación, semejante austeridad en el uso de los engañosos espejitos de colores se convierte en una bofetada a esas grandes puestas basadas en los efectos técnicos que el público, en general, termina aplaudiendo. Aquí, nada de eso. Aquí se aplaude el talento de cada uno de los que conforman este preciso montaje. Por eso es un acto de justicia nombrar -por orden alfabético- a Anahí Allué, Pastora Barrios, Patricia Browne, Cecilia Estévez, Daniela Fernández, Fabio Gigli, Christian Giménez, Oscar Lajad, Alejandro Lavallén, Federico Lynch, Mauricio Mayer, Luis López Morera, Marcela Paoli, Ariel Darío Pastocchi, Gabriela Rosviar, Andrea Surdo, Gustavo Wons y Cristian Zabala. Ellos (reales bichos de la comedia musical, apasionados del género, talentos construidos sobre la base de un enorme esfuerzo) tienen la posibilidad de demostrar lo que saben. Cantan, bailan y actúan con garra, con una sensualidad que les brota de la piel, con una entrega que contagia. El mismo despliegue demuestra la orquesta dirigida por Gerardo Gardelín a lo largo de las casi tres horas que dura el show. La misma energía electrizante que invade a la platea en la apertura del segundo acto o al final, con versiones del tema "All that jazz". La música de John Kander es fundamental y, como ocurre con los bailarines, está puesta en primer plano. Yno hay metáfora en esto: en definitiva, los músicos ocupan el centro del escenario.
Famosas y efímeras
La pieza transcurre en una prisión de Chicago en los años 20, a la cual van a parar dos chicas: Velma Kelly (Sandra Guida), por haber matado a su esposo y a su hermana, y una tal Roxie Hart (Alejandra Radano), por haber asesinado a su amante. O sea, dos chicas pesadas. Pero, hábiles como son, descubren que gracias a esos crímenes que conmueven a la ciudad toda sus nombres ocupan las primeras planas de los diarios. Y ahí ven el filón del asunto: con tanta popularidad en sus manos se dan cuenta de que pueden aprovecharla para descollar en lo que saben hacer: numeritos de varieté. Pero claro que la relación amor-odio entre estas aspirantes a famosas y los titulares de las revistas es tan efímera como en la actualidad.
En la edición de mañana de la Revista La Nación , Radano hace un paralelismo con nuestra realidad digno de reproducir. Para ella, esta historia del crimen visto como un espectáculo se parece a la saga de Natalia Denegri y Samantha Farjat. Habría que agregar que el abogado de esta historia recreada por Fosse bien podría ser Mauro Viale. Pero si bien Natalia y Samantha ya pasaron al olvido (para tranquilidad de la ciudadanía toda), no podrá ocurrir lo mismo con estas Velma y Roxie. Porque estas chicas dispuestas a todo son tal vulnerables que se transforman en dos seres entrañables.
Fosse, a contramano de los musicales light , va a fondo en esa mirada, en esa crítica a la sociedad, construyendo una trama irónica, punzante, con momentos desopilantes. Su historia posee tanta actualidad que parece un producto made in Argentina . Seguramente, el preciso y meticuloso trabajo de traducción y adaptación del libro de Fredd Ebb y Bob Fosse ayuda a pensar que esta historia sea tan nuestra como las de las mismasSamantha y Natalia.
Roxie v. Velma
Quienes les ponen el cuerpo a estas dos chicas de pasado mediático son Sandra Guida (como Velma) y Alejandra Radano (como Roxie). Ellas concretan dos trabajos mayúsculos.
La primera despliega una interpretación apoyada fundamentalmente en el baile y en el canto, construyendo una Velma carismática, de enorme entrega y que alcanza excelentes resultados artísticos. La Roxie de Radano (quien tiene mucho de Liza Minelli)juega escenas en las cuales saca a relucir toda su gracia, su manejo clownesco, su personalidad arrasadora. Como en la escena en la que hace de títere o en la del juicio, en las cuales brilla con luz propia, sacando a relucir todas sus condiciones actorales.
De todos modos, da la sensación de que a las dos les falta que se larguen, que se saquen chispas, para que disfruten verdaderamente de este irresistible espectáculo. Habrá que dejarlas madurar, que algunas fichas internas bajen para que actoralmente se apoderen con verdadera desfachatez de estas dos bataclanas que se la pasan compitiendo entre sí. Tela para hacerlo no les falta.
Junto a ellas, tres actores de peso:María Rosa Fugazot, como la guardiacárcel, se roba merecidos aplausos cuando canta "Sé buena con Mami". Es más, su sola presencia en el escenario posee un plus de reconocimiento a su extensa trayectoria. Todo un merecido homenaje. Rodolfo Valss, como el ambicioso abogado, despliega todas sus dotes de excelente cantante (de gran lucimiento en "Sólo me importa"), aunque a su personaje le falte hallar matices que lo hagan crecer. Justamente la faceta que mejor resuelve Salo Pasik, como el esposo de Roxie, quien en el cuadro de "Mister Celofán" apenas con mínimos elementos arma una situación escénica de enorme vuelo.
A este tríptico hay que sumarle a "M." de Paula (el uso de la abreviación en el nombre tiene su razón de ser que vale la pena no revelar), quien, como la periodista Mary Sunchine, concreta una efectiva representación destacándose como cantante.
Con todos estos elementos en perfecta sincronización y una ajustada puesta de luces, "Chicago" se convierte en uno de esos espectáculos que seguramente marcarán un hito en la evolución de la comedia musical argentina. A la vez, demuestra que, contra viento y marea, acá se puede hacer vibrar al espectador apelando a recursos tan finos, tan exigentes y de tanta entrega como requiere este género.
"Chicago" se anuncia apenas por diez semanas. Sería una injusticia que fuera cierto.
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