Susana Giménez en un muy destacado regreso
Piel de judas / Autores: Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy / Intérpretes: Susana Giménez, Antonio Grimau, Mónica Antonópulos, Alberto Fernández de Rosa, David Masajnik, Goly Turilli, Marcelo Serre / Diseño de escenografía: Alberto Negrín / Diseño de luces: Mariano Demaría / Diseño de vestuario: Ximena Puig / Vestuario de susana giménez: Marcela Amado / Música original: Eduardo Zvetelman / Asistente de dirección: Max Otranto / Dirección: Arturo Puig / Sala: Lola Membrives (Corrientes 1280) / Funciones: jueves y viernes, 20.30; sábados, 20 y 22.30; domingos, 20 / Duración: 110 minutos.Nuestra opinión: muy buena.
El esperado regreso al teatro de Susana Giménez finalmente se produjo y es notable la calidez con que el público acompaña a la actriz y conductora televisiva. La sala colmada del Lola Membrives, los aplausos y risas en momentos inesperados, la ovación cuando termina el espectáculo y hasta los celulares preparados para tomar una foto de la artista en el momento del saludo son pruebas concluyentes de ello.
En ese clima se desarrolla esta nueva puesta de la comedia de Barillet y Grédy. Un material ya clásico dentro del género y que en esta versión actualizada (sobre todo en el lenguaje) demuestra que todavía sus condimentos, ingenuos y pícaros, pueden proporcionar un muy buen entretenimiento.
La historia es sencilla. Marion Brucker, la protagonista, está casada con un reconocido violinista. Ella lleva las riendas de la casa y también se ocupa, con severidad, de conducir la carrera de su esposo. El matrimonio vive en una elegante casa en la campiña francesa. El marido tiene un gusto especial por las muchachas jóvenes, y su mujer lo sabe, pero cuando una periodista llega al hogar, comienza a modificar esa construcción familiar que parecía tan establecida. Cansada de la situación Marion reacciona y hace estallar la historia.
Arturo Puig desarrolla un trabajo muy destacado como director. Conduce a sus intérpretes con maestría, controla el ritmo de cada situación y pone en valor las cualidades de unos personajes que no son para nada lineales sino que, continuamente, están mostrando que sus conductas poseen muchos pliegues y que deberán mostrarse con astucia.
Comediante innata
Susana Giménez en el rol de Marion logra una composición muy íntegra. Es una comediante innata y a la vez una intérprete que sabe que para ningún actor es bueno jugar solo en el escenario. Es también notable su capacidad para guiar la acción. Posee una energía y una concentración particulares que atraen a los otros actores, los convierte en cómplices y así potencia cada escena. Siempre construye con el otro, en un muy interesante proceso. Solo un caso para ejemplificar: la escena en la escalera con el veterinario (interpretado por David Masajnik) es de una conmovedora riqueza.
Antonio Grimau y Mónica Antonópulos son dos partenaires muy adecuados, en el rol de dos pícaros que esconden sus verdaderos deseos y que pondrán en jaque a Marion. El primero lo hace con delicadeza, la segunda, sin escrúpulos. Grimau expone su oficio con altura; Antonópulos construye con mucha profundidad a su inquietante criatura en un trabajo que es una verdadera revelación. Alberto Fernández de Rosa, David Masajnik, Goly Turilli y Marcelo Serre le dan vida al cuarteto de vecinos que entrega momentos desopilantes.
La escenografía de Alberto Negrín posee mucha grandeza. Hasta los mínimos detalles han sido cuidados en la construcción de esa casa que, a través de un mecanismo giratorio, puede mostrar su interior o su exterior y hasta el bosque que la rodea. Las luces de Mariano Demaría resultan un complemento ideal para dar vida a ese mundo que asombra desde que se levanta el telón y que no deja de aportar sorpresas al cabo de la representación.
Hace tiempo que el teatro de la calle Corrientes no muestra una experiencia de la calidad artistíca de esta producción. Los procedimientos son los conocidos: una figura destacada en la televisión, una comedia simpática, una dirección profundamente conocedora de los mecanismos del teatro comercial y mucho rigor en los rubros técnicos. Si todo está en equilibrio, y aquí lo está sin dudas, el producto trasciende.