Star Trek: Picard, promisoria reencarnación de un clásico
PARA LA NACIONHernán Ferreirós
Star Trek: Picard (Estados Unidos/2020). Creadores: Michael Chabon, Akiva Goldsman, Alex Kurtzman y Kirsten Beyer. Elenco: Patrick Stewart, Santiago Cabrera y Alison Pill. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: buena.
Estrenada en plena Guerra Fría (apenas cuatro años después de la crisis de los misiles entre Cuba y Estados Unidos), Viaje a las estrellas fue una serie con una inclaudicable fe en el porvenir. Presentaba un futuro poscapitalista sin clases sociales ni dinero, en el que la ciencia había resuelto toda necesidad material. También abogaba por la hospitalidad y el multiculturalismo: en la nave Enterprise convivían rusos y norteamericanos, aliens y terráqueos, blancos y negros. Ante el mundo real en pie de guerra, Star Trek ofrecía escape hacia un futuro utópico en el que el motor de la historia ya no era el conflicto sino el progreso infinito y la curiosidad ante lo desconocido.
En Picard, la nueva iteración de la franquicia, que marca el regreso de Patrick Stewart al rol del título (18 años después de su última aparición en el film Star Trek: Némesis),esa utopía empieza a resquebrajarse: la Federación de Planetas ya no parece abocada a la integración de otros mundos sino que se deja ganar por el aislacionismo, acaso un reflejo muy al día de la involución manifestada por el Brexit y el ascenso de los populismos nacionalistas.
Picard, de 92 años (Stewart tiene 79), vive retirado cuidando sus viñedos y sueña recurrentemente con Data (Brent Spiner), el androide que fue su primer oficial y, como suele pasar, sacrificó su vida para salvarlo. Esta existencia menguante se interrumpe con la aparición de una joven llamada Dahj (Isa Briones), quien podría estar extrañamente vinculada a Data y es el objetivo de un escuadrón de asesinos. Esto inicia una cadena de acontecimientos que pone al anciano excapitán nuevamente al frente de una nave.
Stewart declaró que una de las razones que lo llevaron a aceptar este regreso fue la incorporación del novelista Michael Chabon (ganador del Pulitzer) como coguionista y coproductor de la serie (junto a los veteranos Akiva Goldsman y Alex Kurtzman). Chabon escribió una novela llamada La solución final en la que reencuentra a un personaje legendario (sin nombre en el libro, pero es Sherlock Holmes) ya nonagenario para una última aventura, que quizás haya sido el modelo para esta versión de Picard. Ciertamente, el paso al que avanza la narración es novelístico: todo el primer episodio no sería más que el prólogo de un capítulo de Star Trek: La nueva generación. Tal como pasaba allí, Stewart eleva el material que le toca: los diálogos sobre cerebros positrónicos en su voz suenan graves y naturales sin esfuerzo, mientras que en sus interlocutores parecen infantiles y forzados. Claramente, esta serie intenta ser la versión "Peak TV" de un mundo originado en las convenciones de la pulp fiction. Stewart y su Picard están ahí desde el primer momento. Falta que el resto vaya a su encuentro.
Por Hernán Ferreirós
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