Spielberg va a la guerra
En "Rescatando al soldado Ryan", que se estrenará en septiembre en la Argentina, el director cambia los efectos especiales por un realista y despiadado relato bélico
LOS ANGELES.- Varios lanchones llegan a Omaha Beach, el lugar elegido por los Aliados para el desembarco en Normandía. A bordo, un soldado vomita, otro mira aterrado hacia adelante. No pasa más de un minuto hasta que el enemigo descubre a las fuerzas invasoras. Las ametralladoras alemanas empiezan a funcionar. Una bala le perfora el casco al soldado aquel que miraba con ojos de terror. Y allí empieza una de las carnicerías más salvajes jamás mostradas en el cine. "Rescatando al soldado Ryan", el último film de Steven Spielberg, que se estrena pasado mañana en los EE. UU., es el más violento de toda su carrera.
Es como estar mirando "Jurassic Park", pero ahora no son los dinosaurios los que parecen de verdad, sino los muertos. Un soldado que ha perdido un brazo mira desconsolado a su alrededor. Lo encuentra y lo recoge, mientras un poco más allá otros soldados mueren incendiados, ametrallados, despedazados. Una bala alemana rebota en el casco de un aliado. El muchacho tendrá poco más de veinte años. Se saca el casco, lo mira alucinado pensando en que se ha salvado por milagro. No tiene tiempo de alegrarse porque otra bala está vez cumple su cometido. Steven Spielberg también lo cumple. Ha logrado mostrar la guerra como es, sin romanticismos, con una crudeza que convierte a "Apocalypse Now" en un film para chicos.
Consciente de que su nueva producción generará polémicas, el director más poderoso de la industria norteamericana decidió modificar su tradicional postura de evitar al periodismo y ha salido a defender su film.
-¿Por qué se presta tan poco a las entrevistas? Y en todo caso, ¿por qué aceptó hablar antes del estreno de "Rescatando al soldado Ryan"?
-Por lo general no concedo entrevistas antes de los estrenos de mis películas porque siento que la mayoría de mis films no sirve para generar debate. Casi todas mis películas son puro entretenimiento. Y si hago una película para entretener, me parece tonto sentarme luego a contar lo entretenido que fue rodarla. Simplemente pienso que no va a ser una buena entrevista si voy a hablar dos minutos de la película y después voy a tener que hablar de otra cosa. Por lo general termino hablando de mi madre, de mi padre, de mis hermanas o de cómo fue mi infancia. Pero en el caso de "Rescatando al soldado Ryan" me pareció que era saludable el debate. Y por eso aquí estoy...
-¿Por qué cree que los cineastas tienen la necesidad de recrear el infierno de la guerra una y otra vez? ¿Por qué decidió sumarse a la legión de quienes que ya lo hicieron?
-Quizá porque he visto todas las películas de guerra y raramente he sentido que estaba viendo algo mejor que las que se hacían en la década del cuarenta, que eran instrumentos de propaganda para conseguir que más voluntarios se enrolaran. Esas películas mostraban la Segunda Guerra Mundial como un sitio ideal para vivir aventuras y encontrar la gloria. De chico, cuando miraba esas películas, me daban ganas de convertirme en soldado. Fueron muy útiles en su momento.
Y aunque John Wayne no representaba verídicamente en esos films lo que pasaba en Europa, los que estábamos de este lado del océano pensábamos que así era la guerra que se estaba viviendo. Hay excelentes películas de guerra, pero no eran realistas. Mi padre tiene 81 años y luchó en la Segunda Guerra Mundial, en Birmania. Yo crecí rodeado de veteranos, que siempre se reían de cómo Hollywood describía la guerra mientras me contaban historias que me ponían los pelos de punta... Con mi padre hemos estado hablando durante décadas sobre mis ganas de hacer un film sobre su guerra. Una guerra en la que el motor era la diferencia entre la libertad y su ausencia. El siempre me decía que en esa guerra o ganabas o te morías. Y que la Segunda Guerra Mundial fue el único momento de este siglo en que no hubo alternativas. O liberaban al mundo o lo perdían para siempre. Creo que fue el momento más importante de la historia de la humanidad en los últimos cien años.
-Algunas escenas de "Rescatando al soldado Ryan" son muy difíciles de tolerar. ¿Le asusta que la audiencia de hoy, tan acostumbrada al puro entretenimiento, prefiera el escapismo a confrontar una verdad nunca contada?
-No me asusta. Me parece que hay gente a la que le interesa conocer la verdad. Creo que el film es muy potente y que va a sacudir a la audiencia, pero también los va a llamar a la reflexión. Hay quienes me han dicho que esta película es demasiado fuerte para las mujeres. Es cierto que tradicionalmente las películas de guerra han sido para los hombres. Pues bien, yo no hice "Rescatando al soldado Ryan" para hombres ni para mujeres. Lo hice para cualquiera que quiera experimentar cómo fue para nuestros soldados tener que hacer el sacrificio que hicieron para que hoy nosotros estemos hablando tranquilamente.
-¿Diría que "El imperio del sol" y "La lista de Schindler" también son películas de guerra?
-No. "La lista de Schindler" no lo es. Yo considero que el Holocausto es algo separado y aparte de la Segunda Guerra. Aunque nunca hubiera habido un enfrentamiento bélico, Hitler igual hubiera creado una industria criminal para asesinar a tantos judíos como pudiera. Es un evento totalmente diferente del siglo XX, por lo que yo lo quiero mantener tan aparte como pueda. "El imperio del sol" tampoco es una película de guerra, aunque muestra un microcosmos generado por la Segunda Guerra Mundial, visto a través de la mirada de un chico de doce años. Yo considero a "Rescatando al soldado Ryan" como la primera película de guerra que he hecho. A menos que también incluyas en mi filmografía las peliculitas caseras que hacía cuando tenía catorce años...
-Cuando empezó con este proyecto, ¿sabía lo horrendo que había sido el desembarco aliado en Omaha Beach?
-No. Fue algo que aprendí a través de los relatos de los sobrevivientes de ese día terrible. Yo siempre pensé que Omaha Beach había sido una victoria de los aliados. Siempre pensé que el desembarco en Normandía había sido una victoria. En definitiva, todos los soldados llegaron a la playa y empezamos a empujar a los alemanes hacia tierra adentro al día siguiente. Nunca imaginé que había sido un desastre, una masacre.
-¿Hubo algo que no se animó a mostrar en la película?
-Todo lo que ves en el film en las escenas de combate ocurrió de verdad. Es honestidad gráfica, como a mí me gusta llamarla. Sin embargo, algunas cosas que me contaron fueron demasiado fuertes como para ponerlas en pantalla. Yo quería mostrar la guerra como la guerra es, porque en el cine siempre nos la han mostrado de una forma esterilizada, para glorificar nuestras victorias y para que la audiencia entienda nuestros sacrificios. Una forma falsa, en otras palabras.
Por eso yo no quería que ésta fuera una experiencia voyeurística, sino física. Que la gente pudiera sentir casi en carne propia cómo es estar en combate, cómo es perder a tus mejores amigos en un instante, y luchar minuto a minuto por tu supervivencia. La guerra es caos. Muchas veces no sabés a quién tienes que obedecer. Te quedás sin superior en una ráfaga de ametralladora y no sabés quién es el que está dando las órdenes. Muchas veces es un sargento el que comanda al teniente, el teniente el que comanda al capitán. Nada que ver con la vieja historia que siempre vemos de los soldados machísimos que se dedican a ametrallar enemigos con una mano mientras se fuman un cigarro con la otra.
-¿Por qué los actores hicieron entrenamiento militar?
-Porque son actores, no militares. Y no quería que vinieran al set quejándose de que la alfombra de sus casas rodantes no estaba impecable. Quería que supieran desde un principio que hacer este film iba a ser una odisea con una tremenda exigencia física. Mi plan siempre fue hacer este film rápidamente, sin tiempo para descansar. Hicimos cuarenta o cincuenta tomas por día, y solamente parábamos para almorzar. Por eso me pareció que era ideal que hicieran una semana de entrenamiento militar. Y debo reconocer que me dio muy buenos resultados...
-Se dice que siempre se va de Los Angeles cuando se estrena una película suya, porque no puede aguantar la tensión de esperar los primeros resultados de la boletería...
-Es cierto. Me he ido de Los Angeles con cada película y me iré de Los Angeles cuando se estrene ésta. Nunca estuve en mi casa para un estreno. Muchas veces he estado filmando afuera cuando una película mía se estrenaba. Perdón, miento... cuando se estrenó "Cazadores del arca perdida", yo estaba filmando "E.T." en Los Angeles. Estaba atrapado, pero si hubiera sido por mí, me hubiera ido...
-Pero después de tantos éxitos, ¿sigue teniendo dudas con respecto a su capacidad?
-Sí. Yo nunca me he sentido seguro de mi trabajo. Y creo que mi falta de seguridad es lo que me empuja a seguir haciendo las cosas lo mejor que pueda. Además, yo pienso que el público es impredecible, nunca vas a poder estar seguro de lo que van a decir de tu película. Y cuando ponés muchísimo amor y dedicación en un largometraje, es como tener un hijo. Y, lógicamente, querés que triunfe y que se gradúe con las mejores notas. Y eso no ha cambiado, por lo tanto, siempre es duro el momento del estreno. Nunca me ha sido fácil esperar el momento en que sabré cómo recibirán a mi hijo...
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