Sobre la psicobiología
Prestar atención a las células, no tener miedo y comprometerse a un cambio son algunos postulados de la psicobiología, desprendimiento local de la nueva medicina
La enfermedad es un intento desesperado por buscar amor. Cada célula ama la vida y hace lo imposible por subsistir. Ni con palabras ni con medicamentos le vamos a enseñar a una célula el camino para sobrevivir. Ella nos enseña a nosotros, con su esfuerzo y su adaptación a las peores circunstancias", reflexiona el médico Fernando Callejón, creador de la psicobiología.
La enfermedad como estrategia. Callejón fue discípulo del alemán Ryke Geer Hamer, fundador de la nueva medicina, que no considera la enfermedad un mal, sino un plan estratégico del organismo para superar un conflicto biológico; la tarea del médico es acompañar y facilitar el proceso para que llegue a su fin. "Después seguimos con nuestras investigaciones y fuimos agregando una serie de técnicas derivadas de nuestra formación, del psicoanálisis, de la antropología y de la filosofía, y así nació la psicobiología. Es decir, no negamos los descubrimientos de Hamer, pero acentuamos la importancia del hecho psicológico", agrega.
Un ejercicio. Un ejemplo de cómo encaran la enfermedad es la repetición silábica del conflicto. "Si el conflicto es siempre estoy relegado, siempre soy segundo y tengo que apurarme porque si no quedo afuera, le hacemos repetir al paciente esa frase, silábicamente: Siem-pre es-toy re-le-ga-do, siem-pre soy se-gun-do…, etcétera, con la respiración alternada, de manera que el aire entre por una fosa nasal y salga por la otra, y viceversa, porque eso estimula la actividad de los dos hemisferios cerebrales y hace que esa frase sea aceptada por el cerebro y no rechazada."
Compromiso de cambio. Para el terapeuta, la enfermedad es un programa inteligente de nuestra biología, encaminado a advertirles a las personas sobre los peligros de la situación que están viviendo como recuerdo de algún hecho conflictivo (pérdidas, peleas familiares, sentimiento de impotencia, etcétera) y superarlo. "La naturaleza quiere que seamos felices, y cuando nos empeñamos en vivir una situación contraria a nuestra propia esencia, a nuestra coherencia interior, desencadena un programa a nivel cerebral que nos pone sobre aviso. Entonces, la curación es un compromiso de cambio, de búsqueda de sentidos, de intercambio de conocimientos y vivencias, de entrega."
Historia de película. En 1994, a su hija mayor, Bárbara, le diagnosticaron sarcoma de Erwing, una clase muy grave de cáncer, y los especialistas le dieron entre dos y tres meses de vida. "Por casualidad descubrí por televisión al doctor Hamer, diciendo que de los miles de pacientes que había tratado, el 95% estaba curado. Me quedé helado, vendí todo lo que tenía, pedí dinero y me fui a Europa a estudiar con él. Así conocí a un verdadero sabio, del que la única frase que escuché en castellano fue: Necesito médicos de manos calientes, para hacer de la medicina un acto sagrado."
Todo, en el cerebro. "Fue maravilloso trabajar con Hamer. Más allá de entender que la enfermedad es un programa de supervivencia del organismo para resolver obstáculos, su gran descubrimiento es el haber diagnosticado la enfermedad mirando una tomografía de cerebro. Una tomografía cerebral puede diagnosticar qué enfermedad se tiene, qué conflicto la produce y en qué estado de su evolución se encuentra."
La misión. La nueva medicina de Hamer curó a Bárbara de su mal y cambió radicalmente su vida. Callejón recuerda que cuando volvió sintió que tenía una bomba en las manos, no sabía qué hacer. Entonces empezó a dar cursos, en general auspiciados por la Asociación Médica de Rosario y la Facultad de Medicina de Rosario. Transcurría 1995 y comprendió que, como misión en su vida, le había tocado difundir la nueva disciplina. Y así viajó difundiéndola por todo el mundo.
Validez. "Hoy no existen los problemas que había en los comienzos, cuando las teorías de Hamer eran consideradas algo raro, esotérico. Hoy se las reconoce como una medicina válida, como un aporte, un complemento, a cualquier otra medicina."
Un sentido. "La medicina clásica está basada en evidencias, en lo que ve. Así, a veces, se interpretan hechos que son parte de la naturaleza como hechos patológicos. La enfermedad no es un desequilibrio, estar enfermo tiene un sentido, el organismo es evolutivo, quiere crecer, mejorar."
Autoridad sobre el propio cuerpo. "La medicina clásica es lineal y, ante un virus, entiende que el virus es el mal y no se pregunta si, en realidad, el virus no viene a resolver el proceso conflictivo. Por otra parte, la medicina es un sistema de poder, y el poder se mantiene a través del miedo. Nosotros tratamos de que la gente entienda que no debe tener miedo, que el cuerpo no está contra ella. Que el paciente sea cada vez más protagonista de su curación y no pierda autoridad sobre su cuerpo. Algo que apuntaba Hamer era que medicina se aprende con el paciente, no sólo leyendo libros."
Lo más importante. "La enfermedad tiene que ver con la sociedad y, si queremos tener buena salud, debemos ser mejores personas. Felices, solidarias, hacer cosas que nos gustan, disfrutar de cada momento, no perder energía enredados en la ira, la envidia ni el resentimiento. Fundemos una sociedad donde todos nos preocupemos por el bienestar del otro y por el nuestro."
CAMINO
Fernando Callejón nació en Rosario en 1955. Se graduó de médico en la Universidad Nacional de Rosario y cursó estudios de psicoanálisis y antropología filosófica, y en sus comienzos se desempeñó como médico rural. En 1995 asistió a los seminarios dictados por el médico Ryke Geer Hamer. A su vuelta fue presidente del primer curso de Nueva Medicina en la Argentina. Dicta seminarios y conferencias sobre medicina psicobiológica a nivel nacional e internacional.
Como escritor tiene dos menciones honoris causa, una de la Sociedad Argentina de Escritores y otra de la Sociedad Iberoamericana de Escritores.
Lecturas
- La Lupa de la nueva medicina (Fernando Callejón)
- No es posible curarse sin aprender a vivir (F. Callejón)
- El milagro de curarnos (F. Callejón)
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