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Sobre el sastre de moda
El uruguayo Gabriel Muto viste, a veces, al candidato presidencial
MONTEVIDEO.- Es un artista que ama su trabajo y que se maneja con la discreción que considera necesaria para su negocio. Combina el perfil bajo de los uruguayos con la elegancia italiana de sus antepasados. Presidentes de todos los colores partidarios vistieron sus confecciones y este año le toca una tarea que despertó curiosidad entendible: hacerle el traje al candidato presidencial del Frente Amplio, José Mujica, veterano político esquivo a las formalidades de protocolo.
Gabriel Muto, prestigioso sastre uruguayo, vistió a estrellas del espectáculo como Astor Piazzolla, Mariano Mores y Alfredo Alcón, y a figuras de la política que gobernaron en tiempos difíciles tanto en Uruguay como en la Argentina. Tiene tiendas en Montevideo, Punta del Este y Buenos Aires, adonde viaja semanalmente para atender a clientes que prefieren su sastrería fina.
Así describe sus trajes: "Son una obra que realizo con dedicación". Y es casi lo único que dice. Enseguida se disculpa por no acceder a una entrevista. "No puedo, no me gusta, le agradezco que me entienda." Es que estuvo muy requerido por los medios tras confeccionar el traje que Mujica llevó a Brasil para su encuentro con el presidente Lula da Silva. Este traje y otras prendas que hizo para el dirigente del Frente Amplio tuvieron una trascendencia mayor a la de otros trajes presidenciales.
Mujica se viste informalmente, suele mostrarse despeinado y sin afeitar, se expresa con un lenguaje popular, vive en una casa modesta en las afueras de Montevideo y está casado con la senadora Lucía Topolansky, que sintoniza con esa forma de ser. Eso generó interés en ver cómo luce un traje en este candidato del oficialismo.
En moto al Parlamento
Mujica y su mujer fueron activos militantes de la guerrilla que surgió al inicio de los años 60 en Uruguay, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T). Ingresó al Parlamento en 1995 como diputado: llegó en motoneta, con campera y casco. Un cuidador de autos le advirtió que el estacionamiento era sólo para legisladores, porque no creyó que ese hombre fuera parlamentario.
En febrero de 2005 asumió como presidente del Senado y, entre otras tareas, le tomó juramento a un senador que había sido dos veces presidente de la República y adversario político: Julio María Sanguinetti. Ese día, Mujica fue elogiado porque estaba bien peinado y con una campera nueva.
Como ministro de Ganadería mantuvo su estilo informal, nunca de saco o corbata, pero ahora, para dar con la imagen de jefe de Estado y anticiparse a críticas opositoras de que no tiene pinta presidencial, Mujica aceptó el consejo de asesores para hacerse un traje. Luego, en voz baja reconoció que una vez se había puesto uno para una reunión con Fidel Castro.
Así, la sastrería de Muto fue la elegida. A Muto se lo conoce como el sastre de los presidentes porque había vestido a Luis Alberto Lacalle (1990-5), Jorge Batlle (2000-5), en alguna ocasión a Julio María Sanguinetti (1985-90 y 1995-2000) y también al actual Tabaré Vázquez (2005-10). Y hasta llegó a hacerle trajes a Carlos Menem.
Muto heredó el oficio de su padre, que llegó del sur de Italia, de Calabria, a mediados del siglo XX y trabajó en grandes casas de Montevideo. El, mientras tanto, se formaba como artesano en los talleres Don Bosco de la capital uruguaya. Después trabajó en sastrerías de gran brillo durante aquellos años, como Trenchi o la Casa Soler, y en 1956 abrió su primer local en la Ciudad Vieja. En 1972 se instaló en Punta del Este y comenzó a vestir a una exclusiva clientela porteña. Eso le permitió tener un lugar propio en pleno centro de Buenos Aires.
Mujica es el cliente más célebre de Muto por estos días. Llegó al coqueto local de Punta Carretas, guiado por asesores y con la colaboración de empresarios amigos que corrieron con los gastos.
Se hizo un traje gris a rayas diplomáticas , otro traje gris pizarra liso y un blazer azul con dos pantalones. También se llevó seis camisas y eligió alguna con cuello mandarín. En su entorno aseguran que no hubo forma de hacerle elegir una corbata. Ya estrenó el saco y uno de los trajes. Guarda otro para el momento en que, si gana las elecciones, reciba la banda presidencial de Tabaré Vázquez. "El Pepe se pondrá traje con chaleco incluido, pero sin corbata", afirma uno de sus colaboradores más cercanos.
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