¿Cómo es que el ex líder de una banda emo se vuelve el principito del dubstep? Conocé a la nueva superestrella de la música electrónica que se presentará hoy y mañana en Groove
"No he tenido vacaciones en, ponele, ocho años", confirma Skrillex. Esa incansable, nerviosa energía que tiene es lo que lo ha mantenido a todo ritmo en una acelerada carrera musical: armó sus primeros grupos de indie y punk a los 12 años, giró por el mundo con la banda emo From First to Last a los 16, y firmó su primer contrato como solista con Atlantic el año que tuvo la edad suficiente para tocar sus canciones en horario de protección al menor. Ahora, a los 24, da trescientos shows cada año tocando la música menos comercial de su carrera. Ganó tres premios Grammy en febrero. Su página de Facebook suma 300 mil nuevos fans por semana. Y todo el mundo lo llama por teléfono para grabar con él, de Dr. Dre a Kanye West.
CRIANZA Su padre era un agente de seguros y su madre, ama de casa. Ellos criaron a Skrillex (nacido como Sonny Moore, el 15 de enero de 1988) sin ningún tipo de castigo, apoyándolo en cualquier cosa que quisiera. Después de vivir un tiempo en San Francisco, la familia volvió a Los Angeles cuando él tenía 12 y en ese momento se hizo skate-punk: escuchaba The Dickies y The Subhumans y fumaba cigarrillos. De hecho, un día se fue de la escuela después de pelear con un profesor por fumar en clase, y nunca volvió. En ese momento frecuentaba MySpace en busca de chicas emo para salir y bandas emo para tocar. Así supo de un grupo de Georgia que necesitaba un guitarrista y se mudó para allá. De entrada, impresionó tanto a sus compañeros de grupo que terminó siendo el cantante. Firmaron con Epitaph y sacaron dos discos que entraron en el Top 40.
Los gritos que las canciones demandaban de él dañaron sus cuerdas vocales (lo operaron de nódulos en la garganta), pero lo más grave fue que en un momento dejó de disfrutar de lo que estaba haciendo. Después de tres años en el grupo, suspendió un show en Filadelfia y nunca más volvió. A los 19 aprendió a pasar música como DJ, firmó con Atlantic y editó Gypsyhook, un EP de emo-electropop con su nombre, Sonny. El LP que grabó luego y nunca salió es el eslabón perdido entre From First to Last y Skrillex.
El debut de Skrillex quedó cajoneado durante meses en Atlantic. Atrapado en ese limbo, él decidió subir a la red My Name Is Skrillex, un EP de industrial-dubstep. Su MySpace se abarrotó: cientos de miles de descargas colapsaron su cuenta incontables veces. Pronto, Deadmau5 lo convocó para llevarlo de gira como telonero y ficharlo para su label.
LOOK Skrillex se ve como un skate-rocker que se volvió gótico. Es pequeño y viste sólo de negro, con el pelo grasoso y largo, lentes de marco y zapatillas Converse. A los 16, cuando andaba de tour con From First to Last, un acné juvenil lo retrajo de la vida social. "Usaba mi pelo para taparme la cara todo el tiempo", dice. "Por eso tengo el pelo largo". Pero hace un año se rapó el costado de la cabeza, y fue su manera de terminar con eso. "Fue como: «A la mierda con esto, ya no voy a esconder mi cara. No estoy acá para ser lindo. Estoy acá para hacer música»."
LEGADO DUBSTEP "No creo que me recuerden a la manera de Michael Jackson o de Led Zeppelin", dice Skrillex. "Yo creo que voy a ser recordado de esta manera: por la gente que viene a mis shows y no puede capturar o explicar nada." Hace una pausa y luego aclara: "No estoy tratando de jactarme. Esto no es sobre mí. Es sobre facilitar un buen momento para todo el mundo".
EN VIVO En el escenario, él no es tanto un performer como alguien encargado de conducir a toda la gente que está en el lugar a través de una experiencia sonora. Y éste es el secreto de Skrillex: él no es un showman, es el host de una fiesta sin fin. Y no una fiesta en el sentido del descontrol y el abuso de drogas (de hecho, él nunca probó el ácido ni el éxtasis porque teme que, después de eso, su cerebro cambie para siempre). Una fiesta en el sentido de constantes buenos momentos, amigos cercanos y sobreestimulación.
AFTER La mayoría de las noches terminan con Skrillex pasando música en un after-party, en la casa de alguien o en una habitación de hotel. Es como si tuviera una adicción por pasar música, y necesita hacerlo todas las noches para cuidarse de no sentir esa angustia existencial que le agarra cuando no lo hace. Es una compulsión que no tiene que ver necesariamente con dar un show o que lo vean, pero sí con reunir a la gente y hacerla pasar junta un buen momento. "Yo soy transparente, man", elabora mientras enciende un cigarrillo. "Lo que ves es lo que hay: amo la música. Me encanta salir con otras personas. Me siento bien cuando hago feliz a alguien más. Quiero esa energía en la habitación. Vos sabés: nadie puede estar solo. Es por eso que soy DJ."
Por Neil Strauss
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