Sin ideas, pero con efectos
Efectos especiales millonarios y guiones pobres, la fórmula con la que Hollywood, ahora más que nunca, trata de conquistar al mundo entero
NUEVA YORK (The New York Times News Service).- Gracias a los fabulosos avances tecnológicos, Hollywood puso su mejor empeño para ser lo más gráfico posible, sin dejar blancos que puedan exigirle al público que los ocupe con la más mínima imaginación. Hoy, las estrellas del cine no son los actores, las actrices ni los directores, sino algo que ocupa el trono más preciado: su majestad, los efectos especiales.
Y la herramienta que se utiliza es la más extraordinaria introducida desde la aparición de la cámara: la CGI (imagen generada por computadora), conocida como lo último en materia de efectos especiales.
Los expertos en este rubro nos han fascinado o entretenido durante años, cada vez con más y más trucos sorprendentes. Estampidas de dinosaurios, en "Jurassic Park"; una ciudad sin fondo, en "El quinto elemento"; ejércitos de insectos, en "Invasión". ¿Y quién se atreve a olvidarse de cierto barco que se hunde?
Los productos infalibles llenan las pantallas esta temporada, cuando la Tierra y el Sol y la oferta y la demanda entran en una especie de alineación perfecta. Las películas cargadas de efectos especiales están hechas principalmente para los chicos; después de todo, estamos en julio y ellos necesitan diversión.
Pero ahora estamos frente a otra temporada completamente distinta y los magnates del cine no pudieron haber pedido una más oportuna. Si la existencia planetaria es una jugada de dados, los films sobre asteroides que amenazan estrellarse contra la Tierra son un as. Y vienen por partida doble en el mismo mazo.
Una es "Impacto profundo"; la otra, "Armageddon" (que se estrenará el mes próximo en la Argentina). Coinciden en el mismo año, como un símbolo de la falta de ideas en la gran fábrica del cine internacional y, además, para recordarnos la existencia de un peligro en el que nunca pensamos: el choque de un asteroide contra la Tierra. Y aquí, la Hermana Hollywood nos explicará a todos, y nos mostrará exactamente, por medio de sus efectos especiales, lo que podría haber ocurrido. Sin mayor riesgo que el que implica pagar una entrada y asistir a un show pirotécnico de efectos desde las butacas.
No es lo único. Un reptil de la altura de un edificio de 20 pisos hace de Nueva York su pista de baile en "Godzilla". Soldados de juguete librarán guerras frente al parque en "Small Soldiers". Un héroe de historietas extraerá sangre de vampiros en "Blade".
¿Terminarán algún día los efectos especiales? ¿No aburre todo este despliegue generado por computadoras? Para la primera pregunta, los números en la taquilla dirán que no; para la otra, habrá diversas opiniones.
Según Alan Caruba, agente de publicidad, el aluvión de efectos especiales se ha tornado aburrido. "Son extraordinarios -afirma-, pero tenemos una generación de cineastas que dependen de los efectos especiales como opuesto al elemento principal de un buen film, es decir, un buen guión." Esta es una época de Hollywood en la que se piensa que el público tiene el nivel de atención del hongo. Es decir, no sólo los efectos dejan poco librado a la imaginación, sino que tampoco satisfacen, aun cuando la gente regrese por más. Y a menudo se repiten de film en film, creando un campo nuevo de clichés visuales.
Los unos y los otros
Esto no quiere decir que todos los efectos especiales sean iguales. Desde el punto de vista estético, van desde lo kitsch hasta lo simplemente hermoso. Los mejores pueden aun dejar una impronta en la imaginación: la tormenta bíblica iracunda en "Twister" o la genial nave en "Encuentros cercanos del tercer tipo".
"Pienso que los efectos especiales ya aturden -dice el escritor Neal Gabler, que escribe un libro sobre el tema-. Y el público no tiene que hacer nada. En este sentido los films han colonizado la imaginación".
La queja es de larga data, desde que se inventó el cine. Un entretenimiento que, decían los primeros críticos, "desgastará nuestra prodigiosa capacidad, en comunión con el escritor, de armar mundos imaginarios enteros a partir sólo de palabras en una página impresa". La introducción del sonido socavó aún más nuestros poderes imaginativos o, al menos, eso es lo que decían los expertos. Luego vino el color, y lo demás...
El problema se agravó en 1991, con "Terminator II", que agregó la palabra "morphing" (un método de computadora que se utiliza para hacer que una imagen cambie gradualmente hasta convertirse en otra) e incluso con la despampanante "Día de la Independencia". Ejemplos de films en los que los efectos especiales apabullan. Un alienígeno líquido en una película o la explosión de la Casa Blanca en otra puede haber sido divertido, pero tenían diálogos con tanto poder como las historietas o los videojuegos. ¿A alguien le molesta?
El placer narrativo
A Gabler sí, como a muchos otros que creen que el contar una historia visualmente no significa que se tenga que mostrar todo. "El peligro que veo es en la narración en sí -sostiene-. Si no tenés que preocuparte por el personaje, el desarrollo del argumento -todo lo que tradicionalmente ayudaba a despertar una respuesta de nuestra parte-, entonces perdemos uno de los grandes regocijos y valores del logro artístico: el placer de la narrativa".
Los cineastas que hacen films de grandes sumas y que exhiben efectos especiales dicen estar de acuerdo con que la tecnología nunca debería reemplazar a la historia; aunque insisten en que los "realces visuales" son indispensables para el relato.
"No podríamos hacer esta película sin estos efectos", dice Jerry Bruckheimer, el productor de "Armageddon". "Pero se trata primordialmente de personajes. Los efectos especiales sólo intentarán atraerlo.En "Día de la Independencia", si no hubiese tenido el personaje de Will Smith, no creo que hubiese tenido tanto éxito".
Para Mimi Leder, la directora de "Impacto profundo", los efectos digitales le sirvieron para su historia, y no a la inversa. "Se trata de gente que se enfrenta con el fin del mundo, con decisiones terribles, y esto lleva a preguntarnos: "¿Qué haría en su lugar?"" ¿Podría haber hecho la película sin efectos especiales?
Aun un productor y guionista con una trayectoria impresionante como James Schamus se inclina por la posición de la señora Leder. "Contar bien una historia, crear mundos fílmicos donde hay monstruos, explosiones y fenómenos meteorológicos adversos no es un obstáculo mayor que el de contratar un actor por 20 millones de dólares", asevera, antes de puntualizar que también se utilizaron efectos especiales en un film de época como "Sensatez y sentimientos": el velo de niebla sobre una laguna inglesa fue creado digitalmente.
"Creo que hablamos de dos tipos de films aquí -dice Schamus-. Hay efectos especiales que se utilizan para realzar la imagen o la trama, para fijar cosas o destacar algunos aspectos emocionales del film, y está la otra cara, cuando los efectos especiales se convierten en la estrella. En "Titanic", uno veía un film protagonizado por Leonardo DiCaprio, Kate Winslet y Digital Domain, una de las grandes empresas de efectos especiales contratadas por el estudio".
Las fábricas digitales han oído quejas antes, desde luego. Jim Morris, presidente de Lucas Digital, la empresa madre de otro estudio generador de efectos especiales, Industrial Light and Magic (ambas, creación del líder en la industria George Lucas), admite que quizá Hollywood piense demasiado en forma digital. Y luego define esta era de Hollywood en forma contundente: "Ahora reina el efecto por el efecto mismo".
Fuegos artificiales
- 1977 fue el año en el que comenzó la era moderna de los efectos especiales con "La guerra de las galaxias".
- 40 tomas con efectos especiales tenía un film hace diez años; hoy tiene, por lo menos, 200.
- 6 millones de dólares es la inversión promedio que demanda instalar una empresa mediana de imágenes computadorizadas y de efectos especiales.
- 50.000 dólares es el sueldo de un profesional que recién empieza, porque los especialistas son difíciles de conseguir.
- 90 por ciento de los films más taquilleros de la historia tienen efectos especiales.
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