Simone White, la cantautora que piensa en música y no en canciones
Con su tercer disco ya editado, la artista norteamericana reconoce a Chet Baker y al grupo Low como sus mayores influencias
Con su último trabajo, Silver Silver , la cantante y compositora Simone White (nacida en Hawaii, hoy residente en Los Ángeles) confirma lo que ya anunciaban sus tres primeros álbumes: que es una de las voces más interesantes de este último lustro. Confirmar no equivale, en este caso, a repetirse. Tras I Am The Man (2007) o Yakiimo (2009), donde White mostró ante todo su exquisita faceta como cantautora pop-folk, el nuevo CD implica un cambio (anunciado en canciones previas como "Great Imperialist State"), cuenta con invitados de la talla de Andrew Bird y puede describirse, si vale la simplificación, como un disco de "música" más que un disco de "canciones".
La propia White, en charla con LA NACION, no parece en desacuerdo con la idea. "Espero que la gente entienda que los artistas evolucionamos con el tiempo. Al hacer Silver Silver no quise repetir mis discos anteriores. También fue diferente el proceso compositivo: escribí muchas canciones en el estudio. De modo que, sí, es más el disco de un músico que el de un cantautor".
Aunque de formación autodidacta, Simone White proviene de una familia ligada a la música. Su abuelo y su tía Anne T. White tenían un pequeño sello discográfico llamado White Star. La tía Anne escribió canciones pop en los años 50, algunas de ellas grabadas por los Tracey Twins y, de hecho, la sobrina acaba de plasmar una muy bella versión de "Every Little Now and Then", que la tía compuso a las catorce años.
A pesar de estos estímulos, Simone White tardó bastante en consagrarse profesionalmente a la música. Empezó a presentarse en vivo en el año 2000, recién cumplidos los treinta años, y editó su primer álbum en 2003, con la colaboración de su amigo Frank Bango, autor (con Richy Vesecky) de algunas canciones fundamentales en el repertorio de White: "Roses Are Not Red", "Worm was Wood" o "Bunny in A Bunnysuit". Todas estas circunstancias marcaron su estilo.
"Cuando tenía veinte años -recuerda-, tocaba en mi habitación una música muy distinta: potente, agresiva. A los treinta, cuando me volqué a la música, atravesaba un período mucho más apacible. Otra cosa que marcó mi estilo es que nunca podía encontrar gente para que me acompañara, de modo que acababa tocando sola con guitarra acústica, mostrando los «huesos» básicos: la melodía, la letra, la voz Pero en Silver Silver he querido explorar otros instrumentos en vez de crear a partir de la simple paleta guitarra-voz.
-La melancolía y los arreglos de canciones como "A Girl You Never Met" o "Without a Sound" hacen pensar en Nick Drake. ¿Ha sido su obra una influencia para usted?
-Me gusta Nick Drake, pero creo que el grupo Low y Chet Baker fueron influencias mayores. Sobre todo en el aspecto vocal.
-A la hora de escuchar música, ¿le interesan ante todo los cantautores?
-Resultará gracioso pero, salvo Joni Mitchell y Leonard Cohen, no suelo escuchar música folk ni cantautores...Es más, tengo que estar en un momento especial para sentarme a escuchar música: un momento en que la otra música no interfiera con la que quiero crear yo. Últimamente he descubierto que tiendo a escuchar repetitivamente una misma canción. La semana pasada puse "Port of Morrow", de The Shins, una veintena de veces. Lo mismo con "Opera II", de Durutti Column.
Simone White sabe de qué habla cuando afirma que "antes eran las compañías discográficas las que promocionaban la música, hoy son las publicidades". La fresquísima "Beep Beep Song", de su segundo disco, fue empleada en el aviso comercial de un automóvil y señaló un antes y un después en su carrera artística. Un par de años más tarde, "Bunny in a Bunny Suit" fue la banda sonora de una publicidad con Nicole Kidman.
"Mucha gente me dice que así descubrió mi música -cuenta White-. Pero también recibí ofertas que debí rechazar porque no me gustaban los productos que deseaban promover con mi música. ¡No podría ser tan hipócrita!"
-¿Cuál es su opinión de este especial momento que vive la industria de la música?
-El lado interesante es que uno está conectado muy de cerca con sus seguidores. Mucha gente compró mi CD tras un concierto y me confesó que anteriormente lo había descargado de modo gratuito. Pienso que cuando te ven allí como un ser humano, no como parte de una corporación, no quieren robarte. Porque además saben que el dinero va directamente a tus manos. Por otra parte, iniciativas como Kickstarter demuestran que los fans desean apoyar a los artistas. Pienso que no estaría mal montar un sistema de conciertos inspirado en Kickstarter. Me escriben personas de varias lugares del mundo pidiendo que vaya a tocar a sus ciudades, pero los empresarios no quieren arriesgarse. Acaso podría existir una especie de fundación o plataforma que hiciese que el público pudiera organizarse.
DIXIT
- "Antes eran las compañías discográficas las que promocionaban la música, hoy son las publicidades"
- "Nunca podía encontrar gente que me acompañara, de modo que acababa tocando sola con la guitarra acústica"