Shonda Rhimes, la reina de la televisión normal

La creadora de Grey's Anatomy, en primera persona y según sus actrices

23 de noviembre de 2015

Actualizado el 20 de julio de 2020

Hay una mujer a la que en Estados Unidos llaman la reina del prime time. Tiene 45 años y desde hace doce posee una fuerte presencia en el mundo de las series. Shonda Rhimes es reconocida por muchos como la persona que cambió los cánones en la nueva edad de oro de las ficciones televisivas. Ella es responsable de haber incluido dentro de las historias a las minorías y de romper con la desigualdad de género. En los productos hechos por Shondaland (su productora) las mujeres ocupan un lugar preponderante y están a la par de cualquier hombre. Además, es reconocida su mirada sobre la diversidad. Hace poco, en una gala por los Derechos Humanos dijo: "Realmente, odio la palabra diversidad, es sugestiva, como si algo fuera especial o raro. Como si hubiera algo inusual al contar historias de mujeres, gente de color y personas del colectivo LGBT en televisión. Tengo una palabra diferente: normalizar. Estoy normalizando la TV".

Tanto en Grey's Anatomy como en Scandal y How to Get Away with Murder todas de Shondaland las protagonistas son mujeres fuertes que asumen papeles y lugares que en general están relacionados con hombres. Ellen Pompeo, por ejemplo, es quien encarna a Meredith Grey en el drama médico que ya va por su duodécima temporada. Shonda la eligió como centro de la ficción para remarcar la importancia de tener en pantalla a mujeres inteligentes que puedan llevarse el mundo por delante. También puso el foco en las diferentes etnias y empezó su propia revolución que terminaría con Kerry Washington como primera figura de Scandal y Viola Davis como cara visible detrás de How to Get Away..., el otro éxito de la cadena televisiva ABC (acá la emite Sony), que va por su segunda temporada y que le valió este año un Emmy a mejor actriz a su protagonista.

Sentada junto con sus tres heroínas, Rhimes estuvo en Los Angeles hace unos meses en la presentación oficial de las nuevas temporadas de sus series. La acompañó Peter Nowalk, guionista de How to Get Away with Murder, la ficción televisiva sobre Annalise Keating, la profesora de derecho que se ve envuelta en el complot de un asesinato. La productora y guionista esquivó los halagos con simpatía y sus chicas intentaron alejarla de la modestia.

"Lo que me encanta de trabajar en Shondaland es que no importa quién seas, siempre pertenecés. No importa tu edad, ni tu orientación sexual ni tu raza o tu etnia. Quiero decir, no importa quién seas, vas a tener un lugar para vos en esa tierra y te podés encontrar en sus historias. Y ése es el tipo de lugar donde quiero trabajar", dice Washington. A lo que Davis aporta: "Estoy de acuerdo con eso de que no importa ni tu edad, ni tu orientación sexual o tu color, te sentís que estás incluido en la narrativa de Shondaland y es como debería ser, porque es como la vida real".

En ese sentido, Davis contó en la conferencia de prensa de la que participó La NaciOn que, cuando le llegó el papel de Annalise, sintió que no encajaba con el estereotipo que rige a la industria por estos días. En How to... interpreta a una profesora sexy de mediana edad. "No había precedentes de este papel, nunca vi una mujer de 49 años, de color, que no es talle 2, tener un papel sexy en cine o televisión. Soy sensual, pero nada en mi carrera había tenido que ver con eso", remarcó. Pero no sólo logró hacerse de ese rol sino que se llevó un galardón. El pasado 20 de septiembre, cuando subió a recibir el premio por su trabajo, y se convirtió así en la primera mujer negra en obtener el reconocimiento a mejor actriz de drama, dio un significativo discurso: "No podés ganar un Emmy cuando los papeles no están. Acá estoy con la gente que redefinió qué es ser linda, sexy, líder y negra".

Washington empezó a trabajar con Rhimes en 2012 cuando aceptó convertirse en Olivia Pope (Scandal; va por la quinta temporada), una abogada experta en manejo de crisis y escándalos. En la serie, los espectadores se encuentran con los riesgos de abuso y acoso que existen en las altas esferas y con la diferencia de cómo los medios tratan a las mujeres involucradas en política. Basado parcialmente en Judy Smith, jefa de prensa de la administración de George H. W. Bush, el personaje de Washignton es una demostración del nuevo lugar que ocupa el género femenino en el poder.

"Antes de Scandal estaba haciendo un trabajo del que estaba orgullosa, pero eran roles que desaparecían después de interpretarlos porque esa es la naturaleza de las películas. Pero la televisión vive en la gente que la ve y mi relación con los espectadores realmente cambió", dispara Washington, la actriz de Django sin cadenas.

Mejor por docena

Pompeo y Rhimes trabajan juntas desde hace doce años y el vínculo que las une es más fraternal. "Ha sido todo un viaje, fueron doce años y creo que más allá de la experiencia en la actuación ha sido un aprendizaje. Shonda y yo crecimos juntas y las dos aprendimos mucho de la vida. El negocio cambió, la televisión cambió y ahora están las redes sociales. Para mí ha sido increíble, no lo puedo poner en palabras pero ella obviamente cambió los cánones de la televisión", sostiene la protagonista de Grey's Anatomy ante la prensa.

Sobre los desafíos a enfrentar, Rhimes -que está por estrenar tres nuevos programas el próximo año (una versión de Romeo y Julieta, una ficción que tiene como productora ejecutiva a Washington y Splitsville) asegura: "No hubo desafíos porque decidí no ver a los desafíos como tales ni a los obstáculos como obstáculos. Creo que si los ves los obstáculos te frenan. Nunca sentí que tuviera desafíos y nunca escuché a nadie decirme «no». Siento que tuve suerte de tener padres maravillosos que no me hicieron pensar que no podía hacer algo".

Claro que para esta gran productora el camino también fue difícil y tuvo que lidiar con los prejuicios de la industria, pero el mayor logro de su creadora fue que siendo mujer y negra logró romper las barreras y abrir así el panorama para el resto. "Lo que importa es contar la realidad y la realidad somos todos", remarca la guionista y productora en más de una oportunidad. Y, por ahora, pareciera que la televisión norteamericana coquetea con esa idea. Habrá que ver si el paradigma Shondaland contagia a otros productores o si queda ella sola con la bandera de la igualdad.ß