Shirley Temple: los secretos detrás de la estrella infantil de Hollywood
Google le rindió homenaje a la “niña dorada”: los oscuros detalles de la vida de la actriz que rompió todos los récords de taquilla
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Este miércoles, Google le rindió homenaje a la actriz, cantante, bailarina y activista Shirley Temple. El buscador creó un doodle inspirado en el aniversario de la exhibición especial del Museo de Historia de Santa Mónica, que cada año presenta una colección de los recuerdos de “la niña dorada” de Hollywood. Detrás del arrasador éxito de la estrella infantil se ocultaba una vida de secretos y sacrificios: desde el polémico inicio de su carrera y las malas finanzas de sus padres hasta un truncado primer amor.
La artista nació el 23 de abril de 1928 en California, y a los tres años empezó a tomar clases de baile. Su madre, Gertrude Amelia Temple, soñaba con que su hija se convirtiera en una bailarina famosa, pero el camino a la época dorada tuvo sus tropiezos.
Un debut oscuro
La pequeña Shirley tuvo su gran debut en una serie de cortos llamados Baby Burlesks (1932-33), cuyo contenido resultó perturbador: chicos de entre tres y cinco años recreaban escenas de películas conocidas, pero su imagen era sexualizada con atuendos impropios para su edad y argumentos de doble sentido.
La misma Temple se refirió a esa etapa como “una cínica explotación de la inocencia infantil”. Sin embargo, el verdadero éxito que la catapultó a la fama llegó en 1934, de la mano del musical Stand Up and Cheer, donde actuaba, cantaba y bailaba a la par de sus compañeros adultos.
Luego sobrevinieron docenas de películas y un ritmo muy acelerado de grabaciones: llegó a filmar cinco producciones por año durante una década. Todo aquello tenía doble mérito en un complicado contexto internacional: los años 30 estuvieron marcados por la Gran Depresión y el público apostaba al cine como válvula de escape.
En esa época se destacó en los films Bright Eyes (1934), Poor Little Rich Girl (1936), Heidi (1937) y Little Miss Broadway (1938). El “fenómeno Temple” no duró tanto como su familia esperaba: para 1940, los gustos de los espectadores habían cambiado, y la niña se había convertido en una simpática preadolescente de 12 años.
Del estrellato al olvido
Además de la mala racha que experimentaba la estrella infantil, se sumaban los efectos de la Segunda Guerra Mundial; las oportunidades laborales eran cada vez menos. En esos tiempos de desesperación, acudió junto su madre a MGM (Metro Goldwyn Mayer) en busca de una propuesta que salvara su fama y su carrera.
“Fuimos con mi madre a una reunión con Cecil B. De Mille para hablar de un proyecto, pero nos separaron. Ella fue a la oficina del Sr. De Mille mientras yo fui a la del productor Arthur Freed”, relató Temple años más tarde. “Yo creía que era un productor, pero también era un exhibicionista; se bajó los pantalones delante mío, y yo tenía 12 años, hasta ese momento no había visto a nadie desnudo”.
“Cuando volvíamos en el auto se lo conté a mi mamá y me respondió: ‘Y eso que no sabés lo que me pasó a mí’. De Mille había querido acosarla también a ella”, remató, recordando las experiencias aberrantes que afrontó cuando su popularidad decayó.
Batallas personales de un ícono
A los 16 años, Shirley conoció al sargento de aviación John Agar y se enamoró perdidamente de su “príncipe azul”, como ella misma lo definió. Cinco meses después de cumplir sus 17 años, se casó con quien pensó sería su compañero para toda la vida.
Su boda coincidió con una inesperada crisis económica por malos manejos de las finanzas por parte de su padre. “De los US$ 3.400.000 que había facturado, únicamente me quedaban US$ 44.000 en mi cuenta. Eso era todo. Fue un shock”, admitió la actriz en distintas entrevistas. Como si fuera poco, durante la convivencia descubrió que su marido era un hombre alcohólico, agresivo e infiel.
Temple pidió el divorcio en diciembre de 1949, alegando “violencia psicológica, alcoholismo y agresiones”, y la custodia de la hija de ambos nacida en 1948, Linda Susan Agar. A los pocos meses conoció a Charles Black, su segundo esposo, y el verdadero amor de su vida: tuvieron dos hijos y también le dio su apellido a la pequeña Susan.
Cuando las luces de la gran pantalla se apagaron, la actriz empezó a interiorizarse en las relaciones internacionales y fue nombrada representante de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas en 1969. Tres años después enfrentó otra batalla personal, cuando le detectaron cáncer de mama.
Le realizaron una mastectomía y fue una de las primeras celebridades en contarlo para inspirar a otras mujeres a hacerse estudios preventivos. En 2006, el Sindicato de Actores (SAG) le entregó su Lifetime Achievement Award, el mayor honor de la organización. Shirley, recordada como la “niña dorada”, murió el 10 de febrero de 2014, a los 85 años, por causas naturales en su casa de California.
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