Serrat festeja 50 años con la música
El gran cantautor catalán está de regreso, para presentar a partir de hoy, en el teatro Gran Rex, las canciones clave de su carrera, que ha reunido, y vuelto a grabar, en Antología desordenada
"Me gustaría poder hablarle del valor del tiempo, del paso del tiempo, pero es una cosa difícil de explicar a una persona tan joven como usted", dice Joan Manuel Serrat, otra vez en la Argentina, a solo horas de presentarse en el teatro Gran Rex con un concierto que ya algunos consideran histórico y en el que el cantautor celebrará los cincuenta años sobre el escenario, con las cincuenta canciones de su Antología desordenada. Rápidamente, aclara: "No porque no pudiera entenderlo, sino porque la juventud arrastra un cierto sentido de inmoribilidad y de perpetuidad que está muy bien. Si no, sería horroroso".
Vale entonces preguntarle al autor de palabras como "Ahora que tengo veinte años, ahora que aún tengo fuerzas, cuando mi alma no está muerta, y me siento hervir la sangre", qué agradece conservar de aquel joven que, seguramente, se sentía inmortal y estrenaba primero escenarios de su Cataluña natal, más tarde de la Argentina y otros lugares del mundo.
"Lo que agradezco es haber sobrevivido", responde, y ríe. "Lo que me queda de aquel joven es un recuerdo cariñoso. Tengo una gran relación con aquel que fui. Pero, de ninguna manera, soy el mismo: ésa sería una gran negación biológica. Cuando escucho a alguien decir que cambiaría su vida por otra pienso que debió pasarla realmente muy mal. Yo he pasado la mía, y ahora espero disfrutar lo que me queda con ilusión, alegría y salud. Pero no renuncio a nada de lo que he vivido. A fin de cuentas, todo lo que me ocurrió sirvió para alguna otra cosa. Lo bueno y lo malo. Y debo confesarle -asegura, aunque pasó, entre otras situaciones, el exilio en tiempos de Franco y fue prohibido en la Argentina y Chile- que no tengo memoria de experiencias irremediablemente malas. Por eso, a esta altura del partido, lo que más me importa es usar el tiempo en aquello que me divierte, como hacer música y subirme al escenario cada día. Disfrutar de lo que la vida me ha regalado. Y no quiero con esto sonar a abuelito, porque en absoluto me gusta transmitir esa imagen. Pero hemos llegado aquí a partir de la idea de que no, no renuncio a lo vivido", insiste "el Nano" que ya ha cumplido 71 y muestra una figura todavía jovial, serena la mirada, firme la voz y una sonrisa... que trae a la memoria sus propias palabras: "La luna de tu sonrisa de gato de Chesire colgada de la cornisa".
De padre catalán y madre aragonesa ("¿Qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo?"), el antes "niño de Poble Sec" y ahora, según Jorge Fernández Díaz, "poeta plebeyo", no cree que el ser humano haya cambiado de manera tan drástica como para pensar que no sean las mismas pequeñas cosas las que dejan tiempo de rosas. "Tengo hijos, tengo nietas y ningún problema para entenderme emocionalmente con ellos. Puede ser que se hagan músicas diferentes, aunque no tanto. Puede ser que tengan necesidad de encontrar nuevas formas de comunicación y de expresión, es normal, necesitamos inventarlas constantemente. Pero después no, no creo que existan tales diferencias. No pienso que esta juventud sea mejor o peor que la de hace 20 o 30 años. Viven tiempos en que pueden manejarse, expresarse y relacionarse con más libertad, pero también corren riesgos que se han acumulado a lo largo del tiempo. Tienen cosas favorables y muchas en contra y habrá unos que se despabilarán muy bien y otros que no, como sucedió en la generación que vino antes y en la de antes y en la anterior."
¿Nada cambia? "Sí. Mi voz es distinta, todo es distinto en Antología desordenada. No quería que este trabajo tuviera el menor regusto a recopilatorio. Tampoco que fuera un resumen, sino una conmemoración. Por eso solo mantuve las canciones que eran irrepetibles como «Pequeñas cosas» con Mercedes Sosa y «Hoy puede ser un gran día» con Ana Belén, Miguel Ríos y Víctor Manuel. El resto las grabé de nuevo para que el resultado fuera homogéneo. El disco -cuádruple CD- dura aproximadamente dos horas y media y llegar a eso llevó seis meses. Tal vez con esto le quito un poco de lirismo y de poesía a lo que la gente puede creer o entender -admite-, pero el proceso de grabación es muy técnico. Trabajé mucho en este disco. Claro que, tampoco es un castigo. Lo contrario. Pienso seguir haciéndolo hasta que la vida me lo impida o hasta que encuentre algo más divertido para hacer. Aún no le he encontrado. Pero, de nuevo, todo lo hice yo, sin intervención de ninguna compañía, en relación directa con compañeras y compañeros".
Los mencionados compañeros son, entre otros, Pablo Alborán, René de Calle 13, Lolita Flores, Pablo Milanés, Minga, Miguel Poveda, Silvio Rodríguez, Alejandro Sanz, Dulce Pontes, Rubén Blades, María Bethania, la mexicana Paquita del Barrio y, claro, Joaquín Sabina y lo que ha dado en llamarse Resaca Sudaca -Adriana Varela, Celeste Carballo, Fito Páez, León Gieco, Patricia Sosa, Alejandro Dolina, Cesar Isella, Victor Heredia-, con quienes canta aquello de "Vamos subiendo la cuesta que arriba mi calle se vistió de fiesta.. y hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha".
"Quise hacer también «Las malas compañías» en colaboración con Les Luthiers. Carlos López Puccio me envío un mail maravilloso. En síntesis decía que estaba muy contento de hacer aquello, pero que necesitaba saber si yo quería hacer una canción con Les Luthiers o hacerme una foto con Les Luthiers. Que, en cualquier caso, estaban de acuerdo. Me pareció estupendo y aclaré que lo que pretendía era grabar con su lenguaje, sus instrumentos, que ellos hicieran una alter canción. Hicieron una obra de arte", festeja el que tantas veces cantó que de vez en cuando la vida nos besa en la boca.
Verso que, como tantos otros, escribió -afirma- desde lo que es, lo que fue y lo que jamás va a ser. "Creo que lo que hago es muy transparente. No hay un mundo oculto. A través de la música cuento quién soy, qué pienso. Pero claro, en este mundo del escribir hay metido un mundo onírico, de fantasía. Todos vivimos encerrados en fantasías, son muy saludables siempre que uno encuentre el modo de darles salida, aunque no siempre sea cumpliéndolas ¿Mis fantasías? Algunas no se pueden contar, señorita. Mire, trato de cumplirlas y las que no puedo cumplir no las cuento."
Serrat se graduó como perito agrícola en 1965. Ese mismo año se presentó por primera vez en Radioscope en Radio Barcelona. "Tocaba la guitarra en el programa de Salvador Escamilla, un gran, gran amigo que creyó en mí y me empujó en los primeros y más difíciles momentos. No recuerdo fechas exactas, pero sí la escalera por la que bajaba todos los días, cada espacio del estudio de radio ya desaparecido. El progreso le pasó por encima." Poco tiempo después, "un 15 de mayo", arriesga, subió a un escenario. Fue en el teatro L'Avenc de Esplugas de Llobregat. "Lo que sentí aquella vez no es lo mismo que siento ahora, claro. Supongo que en aquel momento pasé muchos nervios y vi crecer la posibilidad de un camino en la música. Aunque, entonces, solo deseaba sacarme un dinero para mis cigarrillos, mis extras y la Universidad. La pasaba bien, me divertía. No fue hasta dos años después que de verdad me planteé convertir aquella afición en una posibilidad de oficio, en algo definitivo."
Mis quince minutos con Serrat terminan. Aunque lo que vino después de aquellas presentaciones inaugurales ya se contó y escribió infinidad de veces, cuesta dejar de preguntar. Me animo pensando que el mejor Serrat, la verdadera "fiesta" empezará en unas horas, cuando el mayor cantautor de lengua hispana pise, otra vez, un escenario porteño.
Hará diez Gran Rex y una gran gira por todo el interior
Serrat actuará hoy, mañana, el lunes 9, el viernes 13 y el sábado 14, en el teatro Gran Rex. Como están agotadas las entradas para todos esos shows, tras una gran gira por el interior del país volverá a Buenos Aires el 29 y 30 de marzo, y el 7 y 8 de abril.
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