Westworld: Tessa Thompson, Evan Rachel Wood y Thandie Newton adelantan la tercera temporada
LOS ANGELES.- Si la primera temporada de la serie se ocupó de mostrar el "despertar" de los anfitriones/androides y la segunda retrató su furiosa reacción frente a la revelación de que eran usados por los humanos con fines meramente recreativos, la tercera temporada de Westworld promete una nueva e interesante línea argumental, en un escenario completamente distinto.
Para los nuevos episodios –que llegan esta noche a las 22, por HBO–, los showrunners Jonathan Nolan y Lisa Joy decidieron trasladar el conflicto fuera de lo que alguna vez fue un parque de experiencia inmersiva en el que los visitantes podían darle rienda suelta a sus más bajos y oscuros instintos con total impunidad. Dolores (Evan Rachel Wood), Bernard (Jeffrey Wright), Charlotte (Tessa Thompson) y compañía se encuentran ahora en el "mundo real", buscando la manera de exterminar a la humanidad, vivir como un mortal más o sacar alguna tajada a partir de su condición.
"Las dos primeras temporadas se ven iguales, pero la narrativa es radicalmente diferente, y el género también. Y luego, la tercera temporada se ve diferente, pero presenta los mismos personajes –explica Nolan–. Eso es lo mejor de una serie como ésta: con el mismo elenco y equipo técnico, podés reinventarla cada temporada. Durante años, la premisa televisiva indicaba que si una serie funcionaba, no había que cambiar nada. Esas reglas, afortunadamente para nosotros, ya no corren".
Ser o no ser
En "Parce Domine", el primer episodio de la nueva temporada, se muestra el destino de algunos de los anfitriones que consiguieron salir de Westworld y hoy conviven de "incógnito" entre los mortales. Así, Dolores sigue adelante con su sangrienta venganza en Los Angeles, al tiempo que Charlotte busca mantener una posición de poder dentro la compañía que adquirió Delos, la misteriosa operadora de los parques, y Bernard trabaja –vaya ironía– en un matadero, tratando de pasar tan desapercibido como sea posible.
Evan Rachel Wood se detiene en la evolución de su personaje: de la cándida chica rubia condenada a vivir en un western en eterno bucle con finales mayormente infelices, a la fría y calculadora mujer decidida a "despertar" a los androides para liderarlos hacia su supremacía mundial. "En la primera temporada, Dolores tenía una personalidad más liviana, que luego se fue oscureciendo. Para la segunda, se había vuelto más despiadada y calculadora, y aún cuando cometió algunos errores, finalmente pudo escapar del parque –sostiene la actriz–. Ahora se siente como pez fuera del agua: está explorando el mundo que la rodea. Es la primera vez que realmente debe tomar una decisión, está fascinada por el concepto de libre albedrío pero se termina dando cuenta de que el mundo real no es diferente al parque, que los seres humanos también están atrapados en sus propios bucles y rutinas".
En medio de su incursión por Los Angeles, Dolores se topa con Caleb (Aaron Paul), un obrero que le dará una visión distinta de la humanidad. "Él es una de las únicas personas que aún pueden tomar decisiones en un mundo en el que la libertad parece haber dejado de existir. Y hay algo intrigante en eso. Creo que ella quiere explorar por qué es así. Eso es ciertamente lo que la atrae hacia él", adelanta la actriz en diálogo con LA NACION.
"Caleb será, de algún modo, el encargado de darle a Dolores una mirada diferente sobre la raza humana en su conjunto. Ese será realmente su propósito, porque él ve algo en ella que no está muy seguro de qué es, pero que le despierta una confianza instantánea. Y es mutuo, porque él llega en su ayuda sobre el final del primer episodio, y Dolores puede ver la bondad que hay en Caleb. Y entonces elige creer y confiar en él", apunta el protagonista de Breaking Bad, que se suma en esta tercera temporada de la serie .
Maeve (Thandie Newton) es la única que parece permanecer en el parque, aunque ya no en el Lejano Oeste estadounidense, sino en uno inspirado en la Segunda Guerra Mundial. "El hecho de que haya otro parque temático es una dimensión completamente nueva para la serie. Una de las mejores cosas del programa es que constantemente están inventando nuevos problemas para los anfitriones", explica la actriz británica entre risas, sin dar demasiados detalles acerca del arco argumental de su personaje.
Lo que sí se sabe es que se topara con el personaje de otro recién llegado a la serie: el actor francés Vincent Cassel. Newton explica que será él quien le dé un propósito a Maeve para seguir adelante, tras la pérdida de su hija. "En esta temporada, después de todo lo que le tocó pasar en la segunda, te das cuenta que a ella no le importa una mierda la humanidad ni tampoco los robots. Convencerla de que haga cualquier cosa es una hazaña y ahí es donde entra obviamente el personaje de Vincent", señala con misterio.
"Creo que mi mayor desafío en este temporada es interpretar a Charlotte ya no como una humana, sino como androide –dice Tessa Thompson–. Podría decirse que Charlotte era la única humana en el programa a la que no le importaban los anfitriones. Y a partir de que le implantan la conciencia de un anfitrión, hay un verdadero disgusto por estar dentro del cuerpo de alguien que era tu enemigo. Es una metáfora de lo importante que es tratar de entender a las personas que son diferentes a vos y poder sentir compasión".
¿Y después qué?
Como toda historia que plantea un atemorizante futuro distópico, cada episodio de Westworld deja un sabor amargo en la boca que no se extingue de inmediato con los créditos finales. La ficción siempre apostó a las disquisiciones filosóficas y a cuestionar temas como los peligros del uso indiscriminado de los avances tecnológicos, la violencia por diversión, la esclavitud, el sexismo y hasta el especismo.
Thompson siente que el universo retratado por Westworld no es del todo pesimista: muestra que los humanos "no somos ni buenos ni malos" pero subraya que es necesario detenerse a reflexionar sobre las acciones cotidianas y el modo en que nos comportamos. "El cambio cultural siempre precede al cambio político. Es necesario discutir, por ejemplo, sobre la tenencia de armas en los Estados Unidos. Y cuando digo discutir no me refiero a cambiar el mundo, sino a ayudar a plantar semillas en términos de generar cambios de opinión", reflexiona.
"Las armas también son nuestra creación, pero esas creaciones se nos vuelven en contra. Cualquier avance tecnológico es un arma de doble filo, y estamos llegando a ese punto de crecimiento exponencial en el que todo pasa cada vez más rápido –opina Evan Rachel Wood–. "En la escuela, mi hijo no está aprendiendo a escribir en cursiva, sino programación. Todo está cambiando, y no entiendo mucho de eso. Pero creo que una de las cosas que más me sorprende de Westworld es que es capaz de dar una representación visual de la tecnología y cuáles son sus peligros, pero también de la belleza que esa tecnología es capaz de crear, el acceso al conocimiento y la conexión entre las personas. Creo que depende de nosotros decidir dónde estamos parados".
Inequidades y cuestionamientos
La primera temporada de Westworld presentó a dos personajes femeninos, Maeve y Dolores, que "despertaban" de una realidad que era completamente cruel y comenzaban a desandar su camino hacia la libertad y hacia lo que cada una de ella consideraba justo. Y esa historia llegó justo en momentos en que muchas actrices de Hollywood comenzaban a alzar la voz para reclamar trato equitativo y, meses después, para dar a conocer la forma en que la industria muchas veces se había aprovechado de sus inequidades para explotarlas y abusarlas.
"Mucha gente nos pregunta si escribimos la primera temporada pensando en el llamado empoderamiento femenino que comenzaba a asomar en Hollywood, pero lo cierto es que escribimos la primera temporada antes de que iniciara el movimiento #MeToo –explica la directora, guionista y productora Lisa Joy–. Todos vivimos en el mismo universo, todos sentimos y sufrimos la misma corriente de injusticias o estructuras problemáticas o conflictos. Por eso, al trasladar la acción fuera del parque, lo que en la temporada anterior era más subtextual se vuelve mucho más textual, porque el mundo que mostramos es mucho más reconocible como nuestro".
En ese sentido, Newton reconoce que para ella fue una sorpresa cuando, sobre el final del rodaje de la segunda temporada, HBO le anunció a las actrices que sus sueldos serían equiparados al de los actores. "Estaba en shock, porque pensé que nuestros representantes se habían ocupado de eso desde un principio. No estoy pendiente de cuánto cobra un compañero de trabajo... Es decir, aplaudo la decisión de HBO porque ha sentado un precedente, pero cuando supe cuánto iba a cobrar tomé conciencia de que a los hombres se les había estado pagando mucho más desde un comienzo", recuerda. "Fue muy impactante pensar en cómo la industria se ha movido durante décadas valorando a un artista por su género antes que por su trabajo".
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