WandaVision: Marvel se nutre de la inocencia televisiva de los 50 para fabricar un relato intrigante
WandaVision(Estados Unidos, 2020). Creadora: Jac Schaeffer. Director: Matt Shakman. Elenco: Elizabeth Olsen, Paul Bettany, Kathryn Hahn, Kat Dennings. Duración: 27 minutos. Disponible en: Disney+. Nuestra opinión: muy buena.
Hace más de un año que el público no se encontraba con ninguna ficción de Marvel. Desde el estreno de Spider-Man lejos de casa, y el posterior cierre de salas a causa del coronavirus, durante el 2020 ninguno de los títulos programados de esa productora pudieron ver la luz. Viuda Negra y Los Eternos, por ejemplo, sufrieron reprogramaciones para el 2021. Por ese motivo, el estreno de WandaVision tiene valor por partida doble. Por un lado, porque supone descubrir un poco más sobre cómo quedó el mundo luego de lo ocurrido en Avengers: Endgame, y por el otro, porque es reencontrarse con una historia de esa factoría luego de un extenso paréntesis. Y alcanza un solo capítulo para descubrir que Marvel, en la pantalla chica, tuvo la capacidad de reinventarse.
Los primeros avances de WandaVision eran un verdadero interrogante. Las imágenes mostraban a Wanda (Elizabeth Olsen) y a Vision (Paul Bettany) disfrutando una feliz vida matrimonial, plasmada según la estética televisiva de los cincuenta y sesenta. Claro que teniendo en cuenta que el héroe murió a manos de Thanos (Josh Brolin) en Avengers: Infinity War, el acertijo era aún mayor. Por todo esto es que el comienzo de WandaVision resulta tan fascinante como rodeado de intriga. En la historia, efectivamente la pareja se establece en un típico hogar de los suburbios, concretando esa idea de la familia feliz. Con el registro de lo que hoy se entiende como televisión de los cincuenta, la acción transcurre en blanco y negro, con grandes decorados, chistes acartonados y un sinfín de risas grabadas. La trama tampoco dista mucho del que podría ser un episodio de Yo amo a Lucy, con Vision procurando impresionar a su jefe invitándolo a comer, mientras que una confusión lleva a Wanda a pensar que la cena será en realidad un íntimo aniversario de pareja.
La mala comunicación entre Wanda y Vision provoca todo tipo de risas, y solo la magia de la heroína podrá salvar a la velada del desastre. Claro que como era habitual en la televisión de esa época, los finales felices son un destino obligatorio. Pero esa vida perfecta comienza a presentar sutiles fisuras, grietas que delatan que de alguna manera, el matrimonio de Vengadores vive una fantasía que les permite evadirse de la realidad. Un punto rojo en una imagen blanco y negro, o un terrible accidente casero son pistas que revelan la presencia de otra cotidianidad amarga, que Wanda o alguien más, intenta disfrazar a como dé lugar. Queda entonces el interrogante sobre qué se esconde detrás de esta inocente sitcom, y por qué Wanda y Vision parecen gustosamente anclados a una vida feliz que siempre les fue negada.
Este título es el primer proyecto televisivo cien por cien nacido de la cantera Marvel. Porque Daredevil, Jessica Jones, Agentes de SHIELD o Agente Carter no gozaron de una interacción tan cercana entre lo que sucedía en la tele con respecto al cine, como sí lo hace WandaVision. Y es indudable que para su proyecto inaugural en Disney+, la intención de Marvel no fue la de brindar un inmenso espectáculo audiovisual: lejos de la impresionante batalla final de Avengers: Endgame, esta ficción se traslada a la intimidad de un domicilio conyugal.
De esta forma, Marvel vuelve sobre sus pasos. Y no es casual que la trama elegida sea una que a priori, resulte tan chica. Más aún, menos casual es que este título sea una suerte de repaso por la historia de la pantalla chica. Y así como Wanda juega a manipular su realidad otorgándole sesgos de ficción, WandaVision hace exactamente lo mismo y cuenta una saga que se traslada no solo a una época puntual, sino también al registro de un período clave y fácilmente reconocible de la narrativa televisiva.
Una figura clave en WandaVision es su creadora, la guionista Jac Schaeffer. Para su historia, ella se nutre de manera evidente del pasado, a la vez que toma otras influencias mucho menos obvias. Schaeffer combina con habilidad una trama feliz, que empieza a virar hacia un tono inquietante que remite a David Lynch. En Terciopelo azul, una vida de postal se resquebrajaba ante la aparición de una oreja cercenada, ticket de ida hacia una realidad de pesadilla que habitaba subterránea a ese presunto paraíso. Algo similar le sucede a Betty en El camino de los sueños, quien lleva una vida perfecta que se derrumba para dar paso a la pesadilla de la verdad. Y siguiendo esos pasos, WandaVision también presenta una heroína que elige (o es forzada, aún no lo sabemos) a habitar un endeble paraíso prohibido.
Con este debut, Marvel rinde y aprueba su primer examen televisivo. No solo logra una historia sólida que se anima a reversionar a dos de los personajes más simbólicos de su universo, sino que también le huye a la solemnidad que tan de moda está en muchas de las producciones televisivas, que entienden seriedad como sinónimo de calidad. En ese sentido, WandaVision tiene un espíritu similar al de The Mandalorian, otra gran ficción que se refugia en un género clásico para innovar dentro del viciado mundo de las series.
Como le pasa a Wanda y a Vision, esta ficción nos pide que huyamos de la cotidianidad y nos entreguemos al placer de una comedia sencilla pero eficaz. Claro que como le sucederá a los protagonistas, esos gags pronto se revelarán como el parche que esconde una inquietante realidad. Las series son un escape feliz pero no permanente, y en la autoconciencia de eso radica la belleza de este título, del que aún queda mucho por descubrir.
Los episodios 1 y 2 de WandaVision se encuentran disponibles en Disney +.
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