Vuelven Los Simuladores a Telefe: un repaso por sus mejores capítulos
En el marco del ciclo especial 30 años juntos, Telefe pondrá al aire el piloto de una de sus series emblema del siglo XXI: Los Simuladores. La ficción protagonizada por Diego Peretti, Federico D´Elia, Alejandro Fiore y Martín Seefeld, y creada, escrita y dirigida por Damián Szifron, gira alrededor de un equipo que organiza originales simulacros para cumplir los objetivos que les piden sus clientes, y que pueden ser de lo más triviales o llegar a involucrar al presidente de la nación.
Con influencias que van del cine clásico al "New Hollywood", pasando incluso por la televisión de los ochenta, Szifron creó una saga que renovó el panorama de la pantalla chica argentina. Los Simuladores solo necesitaron dos temporadas (emitidas entre 2002 y 2004) para dar inicio a una legión de fans que no se cansan de ver sus 24 episodios. Y utilizando como excusa la repetición del capítulo debut, recordamos las mejores tres entregas de esta enorme ficción.
Seguro de desempleo (tercer episodio, primera temporada)
Un empleado de una empresa láctea es despedido luego de cuarenta años de servicios. Desesperado, Feler (Jorge D´Elia) recurre a Los Simuladores para que organicen una estrategia que le permita recuperar su trabajo. Y cuando de México llegan los miembros del comité directivo de esa marca, el equipo encontrará la manera de acercarlos a Feler, convertirlo en su hombre de confianza y garantizar que el hombre no solo recupere su puesto, sino que incluso ascienda de posición.
A partir de esta historia empiezan a definirse los puntos más ricos de esta ficción. Szifron comienza a jugar con el humor (un ingrediente que cada vez tendrá más protagonismo), y con los rasgos propios de sus personajes, como la sexualidad de Medina (Seefeld) o las habituales inseguridades que atormentan a Lamponne (Fiore). Este episodio deja un verdadero desfile de momentos icónicos que son rápidamente asociados a la serie, desde el beso en el ascensor al ritmo de ABBA, pasando por los insoportables mariachis y al calvario del villano que interpreta Luis Machín. "Seguro de desempleo" es el primer gran capítulo de Los Simuladores, y el que marca un elevado pico de calidad que se sostendrá hasta el final de la serie.
Los impresentables (décimo capítulo, primera temporada)
Una joven estudiante llamada Clara (Érica Rivas) sale con un muchacho de muy buena posición, miembro de una familia de gustos refinados. Pero cuando su suegro decide festejar su cumpleaños con una fiesta de gran nivel, Clara se angustia frente a la posibilidad de presentarle a su padre, su madre y su hermano, a quienes considera extremadamente vulgares. Frente a ese dilema, ella contrata los servicios del equipo, y Santos elabora un plan para que los pésimos modales de la familia de Clara parezcan divertidas ocurrencias.
Si bien hay muchos casos cotidianos a lo largo de la serie, quizá por los nervios que supone una situación social de estas características es que esta historia conectó tanto con el público. La familia impresentable es la peor de las pesadillas, hace chistes ordinarios y tiene hábitos de muy mal gusto. Pero sin embargo, el operativo convierte esas debilidades en virtudes, y en la llave para lograr que ambas familias puedan congeniar a pesar de sus diferencias. Una vez más, el guion brilla no solo por sus originales vueltas de tuerca, sino también por su humor. Por último, imposible no destacar el gran trabajo del actor Cacho Espíndola en la piel del padre de Clara, que compone a un personaje tan maleducado como entrañable.
Fin de semana de descanso (octavo episodio, segunda temporada)
A lo largo de las dos temporadas que integran la historia, hubo un puñado de capítulos que escaparon de la estructura básica. Son tramas que no tienen que ver con simulacros, sino con situaciones inesperadas que ponen a prueba el poder de improvisación del equipo. El final del primer año con Santos (D'Elía) atrapado por unos delincuentes, o una toma de rehenes en un banco de Acasusso son buenos ejemplos de esto, pero "Fin de semana de descanso" es el que mejor demuestra cómo funciona el cuarteto en un contexto que les resulta extraño.
Agotados por el estrés del trabajo y los disgustos que les ocasionó la Brigada B (un escuadrón al que le delegan casos menores), los protagonistas se van a descansar a Entre Ríos. Instalados en el cómodo hotel, son testigos de una fuerte discusión de pareja que tiene un final inesperado cuando la mujer muere poco después en un accidente de tránsito. En la investigación posterior, un joven policía famoso por su torpeza, cree que ahí hay algo que no cuaja, por lo que Santos y su equipo deciden ayudarlo con su trabajo.
En este punto de la serie, ya muy cerca del final, cada uno de los simuladores gozaba de una personalidad absolutamente definida, y Szifron trabajaba el humor a partir de las diferencias entre los integrantes del cuarteto. La escena inicial, en la que ellos bailan al ritmo de "Billie Jean", es un momento de comedia casi absurda que en los capítulos iniciales difícilmente hubiera podido ocurrir. También cabe destacar que el torpe policía (interpretado por Pepe Monje) representaba a los típicos héroes que tanto le interesaban a Szifron, protagonistas "hitchcockianos"que de golpe se encontraban en el centro de una situación extraordinaria para la que demostraban una inesperada habilidad (como le sucede al personaje de Diego Peretti en Tiempo de valientes, segundo film del director).
Sobre el final de este capítulo, Szifron le declara su amor a una influencia que siempre sobrevoló alrededor de la serie, cuando Santos proyecta con su figura la sombra del detective más grande en la historia de la ficción.
De yapa: tres grandes escenas
La juguetería del señor Simón: los segmentos dedicados a la cotidianeidad de Medina eran de lo mejor de cada episodio. Y de todos ellos, uno de los más recordados es el de aquella canción improvisada en la que el simulador se indigna frente a un posible caso de racismo juguetero.
Valentía y fuerza: el arco de Milazzo (César Vianco) fue la única trama de la serie que avanzó paulatinamente a lo largo de varios episodios. Él fue el gran villano de los protagonistas, y todas sus apariciones fueron de otro de los grandes tesoros que dejó esta ficción.
El negocio de la rebeldía: Santos es un hombre íntegro, con un código de conducta intachable y una verdadera vocación por defender las causas justas. Y fiel a sus principios, apenas necesitó un minuto para explicarle a uno de sus clientes cómo es que verdaderamente se debe hacer para vencer al sistema.
El primer capítulo de Los simuladores se emitirá hoy por Telefe, a las 23:15
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