¡Volvió Sherlock! El detective se vuelve a encontrar con su enemigo preferido
Se estrenó anoche la cuarta temporada del famoso detective inglés; ¡ATENCIÓN HAY SPOILERS!
Después del especial “The Abominable Bride”, emitido hace casi un año, mucho se esperó y especuló alrededor del estreno de la cuarta temporada de Sherlock , dentro de la cual ese episodio puede funcionar como un número cero que no avanzó sobre ninguna de las líneas abiertas del cierre de temporada anterior (que terminó en enero de 2014).
Un trailer y no mucha más información preanunciaron “The Six Thatchers”, el primero de los esperadísimos nuevos tres episodios. Al estreno lo rodeó una noticia que bien podría haber salido de la trama de la ficción creada por Mark Gatiss y Steven Moffat: Benedict Cumberbatch y el creador de su personaje, Sir Arthur Conan Doyle (quien murió en 1930) comparten una rama de sus árboles genealógicos según la plataforma ancestry.com (una rama bastante lejana, pero una conexión al fin).
Sin embargo, el dato de los primos lejanos no pudo ocultar la verdadera pregunta: ¿es esta la última temporada de Sherlock? El hecho de que Cumberbatch haya desembarcado en el universo Marvel, capa y mente expandida mediante, bajo el nombre de Dr. Strange podría ser uno de los indicios para pensar en eso. El segundo, bien podría ser el título del tercer capítulo anunciado para el 15 de enero: “The Final Problem”. Pero por ahora, los noventa minutos que se estrenaron ayer por BBC Entertainment alcanzaron para dejar al detective de la calle Baker mucho más roto que cuando se tiró desde una terraza al final de la segunda temporada.
El muerto que no solo habla
"¿Me extrañaste?", le gritó Jim Moriarty en cuanta pantalla fue posible luego de morir. ¡SPOILER ALERT! A partir de acá se revelan detalles importantes de la trama). Si la temporada anterior terminaba con un Sherlock en problemas con la ley, en esta empieza con una carta blanca. Su hermano Mycroft se encarga de borrar la evidencia en su contra después de que Holmes le disparara a Charles Augustus Magnussen, el Napoleón del chantaje.
Este borrón y cuenta nueva lo deja libre para esperar la misión póstuma que, está seguro, su archienemigo le ha dejado. Sherlock sabe que Moriarty tiene que darle el desafío de su vida y necesita encontrar un indicio que le asegure que el último juego esté por comenzar.
Las mujeres inglesas
Replegándose sobre sí mismo, el capítulo salta de una dama británica a otra, dejando al descubierto el destino del detective. La primera es la del título, Margaret Tatcher, y en este caso viene en forma de busto destrozado. En una vorágine de casos resueltos, Sherlock sabe que hay algo detrás de esas esculturas que tiene que ser el esperado inicio. Hasta cuando bautizan a la pequeña Rosie, hija de Watson y Mary, Holmes tiene la atención puesta en resolver lo que bien podría ser un récord de casos por minuto.
Los rostros de piedra que, según sus meticulosos cálculos, lo llevarían hasta el más desafiante de los juegos mentales lo dejan frente a la que podría convertirse en la verdadera misión de su vida. Dentro de uno de esos bustos hay un pen drive idéntico a aquel que un tiempo atrás Watson decidió tirar al fuego como un gesto de confianza hacia su mujer. Las siglas A.G.R.A. están escritas en él e inmediatamente eso lleva la trama hacia la segunda mujer inglesa: Mary, pieza fundamental de todo esto.
El pasado de la esposa de Watson como agente especial -otrora conocida como Rosamund, la tercera de esas letras- la pone en peligro. A ella la persigue Ajay (otra de esas iniciales) pero, como voto definitivo, Sherlock había prometido proteger a la familia de su fiel compañero y eso es lo que va a intentar.
La aparición de la tercera mujer inglesa propone el giro más doloroso para el protagonista: un bala dirigida hacia él, pero que impacta sobre Mary, que decide salvarlo con su propia muerte. Game over. En un golpe trágico, Sherlock no puede cumplir con su voto y le toca perder mucho más que una simple batalla.
Samarra, con la muerte en los talones
Destino vs. voluntad luchan salvajemente a lo largo de un episodio cruzado por el relato de un hombre que quiere escapar de la muerte, The Appointment in Samarra. El halo definitivamente oscuro y la muerte persiguen a Sherlock desde el comienzo. La guerra abierta que tiene con el azar lo deja tan herido que cuesta ver cuáles van a ser sus próximos pasos. Todos sus intentos para calcular el destino en cuantas variantes sea posible se arrojan por la borda después del balazo fatal sobre el pecho de la mujer que él había jurado cuidar. La idea algo arrogante de que su existencia no puede estar cruzada por otra norma que no sea la suya queda desterrada de una forma impactante y cruel.
El episodio cierra con un segundo caso póstumo: Mary (que en la ficción literaria no muere de esta manera) le pide que se haga cargo de John. Después de trabajar como un trío durante un tiempo, todo indica que la ficción volverá a la indiscutible fórmula Holmes-Watson. Sin embargo, queda claro que recuperar esa dupla no va a ser tarea sencilla.
El próximo episodio, “The Lying Detective” se estrena el domingo 8 de enero.
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