Twin Peaks, el final de un extraño regreso
David Lynch propuso un alucinante retorno a la ficción y desafió los límites de las historias hechas para la televisión
El regreso de Twin Peaks , la serie creada por David Lynch y Mark Frost, llegó a su fin. Con un episodio doble, que en la Argentina se puede ver hoy en Netflix , concluyó esta tercera temporada en la que volvieron viejos personajes y lugares conocidos, aparecieron otros nuevos y el asesinato de Laura Palmer, la intriga que ponía en marcha la trama de la serie original, sobrevoló este reencuentro como parte de algo mucho más grande y menos sencillo de comprender.
Quienes aún no vieron esta tercera temporada todavía tienen la posibilidad de darse un atracón de los 18 episodios. Vale aclarar que esta continuación de la serie no es de fácil digestión, como no lo fue en su emisión original, a principios de los 90. Probablemente necesiten descansar unos minutos y tomar un poco de aire antes de seguir con el próximo episodio, pero el viaje y su resultado final habrán valido la pena.
Si todavía tienen dudas, acá siguen cinco razones por las que ver el regreso de Twin Peaks.
1. Provoca diversas emociones
Twin Peaks es críptica, pero no fría; todo lo contrario, pocas series juegan tanto con las sensaciones y sentimientos del espectador. Lynch, que coescribió los guiones con Frost y dirigió todos los episodios de esta nueva temporada, es un gran manipulador. Puede crear suspenso y aterrorizarnos con una caja de vidrio vacía en el medio de una habitación; hacernos reír con juegos de palabras un poco bobos, y también es capaz de entregarnos la escena romántica perfecta con música de Otis Redding. La puesta en escena, el diseño de sonido, el trabajo con los actores, todo está pensado para conseguir un efecto determinado, dejando en claro que el director podría hacer una película de cualquier género a la perfección, si decidiera abandonar sus búsquedas más experimentales.
2. Obliga a ejercitar la paciencia
La paciencia no es una virtud que esté de moda y Twin Peaks se la exige al espectador. No se trata de "entender", sino de interpretar lo que sucede o lo que significan ciertos detalles. La mejor forma de abordar esta nueva etapa de la serie es abandonarse a ella y tener fe en sus creadores. Sin caer en el temido spoiler diremos que el episodio 16 trae gran satisfacción al espectador, pero no tendría el mismo impacto sino lo hubiera hecho pasar por muchas frustraciones antes. Por qué se abren tantas líneas narrativas sin destino a la vista; cuál es la función de ciertos personajes; por qué nos hacen pasar tanto tiempo lejos de Twin Peaks (el pueblo en cuestión); algunas de estas preguntas van surgiendo según la lectura que cada uno hace de los episodios y hubo varias críticas al respecto. Sin embargo, ver cómo se desarrolla esta narrativa peculiar resulta fascinante y al llegar al último tramo de la temporada queda claro que Lynch y Frost saben hacia dónde quieren llevarnos.
3. La calidad artística de sus imágenes y sonidos
La nueva era de oro de la televisión, que la Twin Peaks original ayudó a construir, asesinó la idea de que una serie no puede tener una puesta en escena y diseño de sonido dignos de una película. La tercera temporada de Twin Peaks viene a terminar de enterrar esa noción. El episodio 8 es el epítome de esto. Lleno de ideas visuales, con una fotografía en blanco y negro que va de la belleza a lo aterrador sin escalas, este capítulo ya es parte de la historia de la TV. La estética de la serie, que no es uniforme, sino que va variando con los diversos tonos de la historia, es clave para la inmersión total que se requiere del espectador para entrar en ese universo y comprender lo que está contando en un nivel que no es el de la lógica realista. En ese sentido es fundamental el sublime diseño de sonido y la música, incluyendo el famoso tema principal compuesto por Angelo Badalamenti, que juega un papel importante. Los números musicales en los que se ve y escucha tocar a músicos como Eddie Vedder y los Nine Inch Nails funcionan como un cierre en cada episodio que permite al espectador hacer la transición entre el estado de ensueño/pesadilla que propone la serie y la realidad.
4. Ver el trabajo de grandes actores
Dale Cooper, protagonista y alma de Twin Peaks, volvió de maneras múltiples y sorprendentes, todas interpretadas a la perfección por Kyle MacLachlan. Laura Dern se coronó como una de las actrices del año en la TV encarnando a Diane, la misteriosa mujer a la que Cooper le enviaba mensajes grabados en las temporadas anteriores. El trabajo de Miguel Ferrer, una de sus últimas actuaciones antes de morir, en enero, tiene un sentido del humor perfecto y rompe el corazón. El mismo efecto devastador tiene ver a Catherine Coulson haciendo por última vez de la Log Lady, la señora que recibe mensajes del pequeño tronco que lleva a todos lados. La lista es larga e incluye a viejos conocidos del universo Twin Peaks, como Grace Zabriskie, la madre de Laura Palmer; Sherilyn Fenn, como una extraña Audrey adulta; Harry Dean Stanton, y el propio Lynch repitiendo su personaje de Gordon Cole, el agente del FBI con problemas de audición. También hay nuevas incorporaciones destacadas, como Naomi Watts, Tim Roth, Jennifer Jason Leigh y Jim Belushi, entre otros, además de una bizarra aparición de Michael Cera imitando a Marlon Brando.
5. Es inédita
Nunca se vio una serie como ésta en la televisión... y es difícil que se repita.
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