True Detective: otra historia oscura alrededor de un crimen que jamás se resuelve
LOS ÁNGELES.- Cuesta encontrar en el mundo de las producciones audiovisuales más exigentes un ejemplo parecido al de True Detective. Cuando faltan apenas 48 horas para el comienzo de su tercera temporada, la serie creada por Nic Pizzolatto todavía tiene abiertas varias preguntas cruciales sobre la definición de su propia identidad. Esta encrucijada se explica a partir de las atípicas características de una obra que deslumbró a todo el mundo en su primera temporada y cosechó una decepción unánime en la segunda.
De un resultado tan desconcertante podía esperarse cualquier cosa. Que HBO le retirara para siempre la confianza a Pizzolatto, como muchos imaginaron un año atrás a esta altura, o que resolviera darle un nuevo espaldarazo a la espera de otra gratificante sorpresa en un terreno de ficción siempre abierto a la exploración, el de las series policiales con formato de "antología", aquellas en las que tramas y personajes se alteran de temporada en temporada a partir de un común denominador como premisa.
Largas deliberaciones precedieron la decisión de darle otra oportunidad a Pizzolatto. Parece haber prevalecido la convicción de que un autor "brillante y a la vez bastante complicado", según la definición que le dio a LA NACION Mahershala Ali, siempre tiene guardado algún as en la manga, dispuesto a seguir sorprendiéndonos. Ali, ganador del Oscar al mejor actor de reparto por Luz de luna hace dos años y camino (luego de su triunfo del último domingo en los Globo de Oro) de repetir ese lauro por su labor en Green Book, una amistad sin fronteras, es el gran protagonista de la tercera temporada de True Detective, que HBO estrena hoy. A las 23, hora argentina, arrancará el ciclo 2019 con la emisión consecutiva de los dos primeros episodios, "The Great War and Modern Memory" y "Kiss Tomorrow Goodbye", de los ocho con los que contará la temporada.
La conversación entre los principales intérpretes de la serie y un puñado de medios internacionales, entre ellos, LA NACION, transcurre a mediados de un templado diciembre en un elegantísimo hotel de Beverly Hills pletórico de ambientación navideña. Ali, que en ese momento estaba lejos de las expectativas en torno del Oscar que giran ahora alrededor suyo, es aquí Wayne Hays, un detective de Homicidios de la policía de Arkansas, veterano de Vietnam, que comienza en el otoño de 1980 a investigar, junto a su compañero Roland West (Stephen Dorff), la desaparición de dos chicos que salieron a andar en bicicleta en la zona de los Ozarks. En medio de esa búsqueda se cruza en la vida de Hays una maestra local llamada Amelia (Carmen Ejogo), que conocía de cerca a las víctimas.
"Cosas oscuras"
Ausente Pizzolatto (responsable de todos los guiones y de la dirección de algunos episodios), le toca a Ali hablar de cómo decidió zambullirse "en las cosas oscuras que les ocurren a los personajes de True Detective" y a Ejogo, destacar que antes de sumarse al elenco ya se había entusiasmado en las temporadas anteriores con "el ritmo de la narración, tan tranquilo y sugestivo, distinto a todo el resto".
Vestido con un pulcro traje oscuro y sin abandonar jamás en sus palabras el tono calmo, sazonado de tanto en tanto con alguna ironía, Ali se alegra de haber encontrado en su personaje coincidencias con lo que está buscando hoy el público que devora series policiales. "Me da la impresión de que quienes nos ven buscan los elementos más auténticos y reales. Y nosotros estamos en sintonía con eso todo el tiempo. Stephen y yo somos dos detectives que encontramos un agujero en la pared y empezamos a mirar y a actuar. En cambio, las otras series que tienen la misma temática muestran actitudes mucho más pasivas. Yo tomo como referencia de True Detective las series de la BBC. Son historias que exigen un compromiso total, tanto de quienes trabajan en ellas como de quienes las miran. Una atención completa", señala.
El rodaje se hizo durante siete meses en los escenarios naturales de Arkansas señalados desde el guión de Pizzolatto. "Me sentí durante todo ese tiempo como una serpiente que iba cambiando de piel", reconoció Ali en alusión a las tres instancias temporales simultáneas en las que transcurre la historia. Ejogo asintió, pero con un matiz. Dispuso de algunos momentos libres para hacer viajes relámpago a Nueva York y pasar algún tiempo con sus dos hijos.
"El lugar del rodaje resultó muy interesante -detalló la actriz con su enfático y musical acento natal londinense-. Filmamos en un pueblo que en algunos aspectos resulta ciertamente contemporáneo y que mantiene en otros ese espíritu sureño tan característico, con muchas banderas confederadas bien visibles en los balcones. Hay muchas contradicciones a la vista en ese lugar, muy propicias para el clima de la historia".
Ejogo dijo que esa atmósfera la ayudó mucho a interpretar a Amelia. "En los años 80 es muy interesante encontrarse con una maestra de origen afroamericano en ese lugar. Su mirada se identifica con algunos aspectos más bien modernos del lugar para esa época, pero por otro lado se enfrenta a ciertas costumbres incómodas del pasado".
Un vínculo enigmático
En nombre de la sacrosanta costumbre de alejar todo riesgo de spoiler, los protagonistas de la nueva temporada de True Detective prefieren dejar abierta la intriga sobre el vínculo que los une a lo largo del relato. Sobre todo porque ambos terminan unidos y los matices de ese vínculo matrimonial resultarán claves para desentrañar un enigma que permanece abierto desde el comienzo. "El personaje de Mahershala es un soldado marcado por lo que vivió en Vietnam. Metódico, riguroso, busca certezas todo el tiempo. En cambio, mi personaje es el de una intelectual que se mueve en un mundo de dudas y relatividades. Tiene una expectativa de éxito, progreso y realización en el matrimonio que afectará esa relación. Amelia es visceral, le gusta ir al frente. Wayne, en cambio, es una persona socialmente inepta", cuenta.
Para Ejogo, Pizzolatto es un autor que retrata ante todo ambientes de fuerte masculinidad. "Nic escribe para un público de hombres, de eso no hay dudas. Pero al mismo tiempo tiene un enorme talento para hacer excelentes retratos femeninos, auténticos e inteligentes. Me parece que se lo subestima en ese aspecto", aclaró. Ali, por su parte, destacó que el autor y creador de la serie le dio un espacio muy amplio para poner en juego sus instintos. Hablando ante la prensa con el mismo tono persuasivo que debe haber usado en sus charlas con Pizzolatto, dice que logró convencerlo de que esta tercera temporada debía tener, a diferencia de las anteriores, un protagonista de raza negra.
Pizzolatto no tenía originalmente esa idea, pero la aceptó y, en consecuencia, Ali se convirtió en el protagonista de la historia cuando en un principio había sido convocado para un personaje secundario. "Es una persona fácilmente accesible y tuvimos intercambios muy fértiles. No es de la clase de autores o directores que están todo el tiempo hablándote en la oreja. Hablamos mucho de los rasgos que debía tener Wayne y descubrimos que no se reía nunca. A Nic le interesó mucho reflexionar sobre la idea misma de la risa o de su negación, más que ver reír o no al personaje", afirmó.
El permanente salto temporal al que se expone su personaje fue otro de los factores que atrajeron con fuerza a Ali al mundo de True Detective. "La idea misma de repetir escenarios y circunstancias es incompatible con mi manera de ser. No me interesa hacer dos veces el mismo personaje porque creo en las personas en tanto individuos. Y me pasa lo mismo cuando se trata de escribir historias", subrayó.
Para que surgiera un matiz diferenciador en cada una de las tres etapas en las que transcurre la historia para su personaje, Ali recurrió a algunos "trucos" que le permitieron ponerse a tono con sus respectivos momentos, sin perder un eje constante de identidad: "En 1980, Wayne debía mostrar algún residuo de Vietnam y cómo esa experiencia límite terminó marcándolo a su regreso. Trabajé con toda esa información en la cabeza. En el caso de 1990, arrancaba las grabaciones pensando en alguien que lleva muchos años de relación con su esposa, pero que no está enamorado exclusivamente de ella. Alguien que sigue dispuesto y abierto al amor. Y en la actualidad lo que más me interesó es marcar el contraste con las otras etapas vitales en el ritmo corporal, la articulación entre el movimiento del cuerpo, la cabeza y el habla. Fue un desafío superar todos esos saltos".
Ejogo prefirió cerrar la charla con un tema que resulta incómodo para muchos. "La primera temporada de True Detective me atrapó, pero la segunda no me decepcionó para nada. Todo lo contrario. Tenía la misma carga visual, poderosamente gótica", dijo. Con esa marca como bandera, True Detective se propone resolver sus dilemas de identidad. ¿La tercera será la vencida?
Una historia de contrastes
Dos temporadas bien diferentes. La primera, sobre la caza de un asesino serial, entregó antológicas composiciones de Woody Harrelson y Matthew McConaughey; la segunda, con Rachel McAdams y Colin Farrell, decepcionó. Ambas están disponibles en HBO GO.
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