Tres razones para ver Broad City, la comedia que merece más fanáticos

El primer capítulo de Broad City - emitido en el 2014 - se titula "What a Wonderful World" y ya nos anticipa el juego que entablan sus creadoras, Ilana Glazer y Abbi Jacobson, con los significados. Las actrices y guionistas interpretan a dos jóvenes que intentan sobrevivir a la lógica de una ciudad tan inconmensurable como Nueva York pero quienes, lejos de querer aprehender un unívoco mundo maravilloso, optan por construir uno nuevo, más imperfecto, más puro, más verdadero.

Broad City se emitió primero en formato web y posteriormente sus creadoras se unieron con Amy Poehler para producir la serie que estrena cuarta temporada el 23 de agosto - en Argentina la emite Comedy Central - y cuyos cortos promocionales (Hack Into Broad City) acaban de ser nominados a los premios Emmy.

En esta nota, sólo algunas razones por las cuales el programa no debería pasar inadvertido...

*1. ABBI, ILANA Y UNA AMISTAD SIN ESTEREOTIPOS

Abbi Abrams e Ilana Wexler son los álter egos de Jacobson y Glazer, quienes concibieron Broad City a partir de una necesidad primordial: mostrar la idiosincrasia de su amistad con un lente que la intensifique. Así, las Abbi e Ilana de la serie son dos mujeres de veintipico sin demasiadas aspiraciones que representan involuntariamente a los hustlers, a los buscavidas que planean su cotidianidad sobre la marcha. Abbi es una dibujante que trabaja en un gimnasio donde anhela un ascenso que no se condice con sus verdaderos deseos, e Ilana es una mujer sin planes a largo plazo, que salta de empleo a empleo sin sentirse afectada por las consecuencias. Jacobson y Glazer deciden que estas amigas no vivan juntas sino con dos compañeros de departamento bien dísimiles (Bevers es exasperante, mientras que Jaime es encantador), como si quisieran fomentar sus encuentros al aire libre, con Nueva York en todo su trastocado esplendor.

A través de momentos netamente absurdos - desde secuencias oníricas por el consumo de estupefacientes hasta delirantes planes que concluyen de la peor manera -, Broad City nos muestra una amistad auténtica y revuelta, con Ilana y Abbi ayudándose con lo que no tienen, ya sea intentando ganar unos pocos dólares para acompañarse a un concierto de Lil Wayne, como festejando sus cumpleaños fieles a su torpe naturaleza. Por otro lado, hay que destacar el chiste recurrente del enamoramiento que siente Ilana por su amiga (la representación de la bisexualidad es más que bienvenida), la única persona por quien es capaz de sacrificarlo todo, tópico que se aborda con mayor profundidad en la tercera temporada con el memorable episodio homenaje a Papá por siempre, "Burning Bridges".

*2. LOS MONTAJES MUSICALES

Gran parte del sentido del ritmo que propulsa Broad City proviene de Jacobson, quien además de abocarse a la serie es una ilustradora con enorme devoción por los detalles (Carry This Book y Color This Book son exponentes de ésto), devoción que entrecruza toda la serie, incluso al revisitar personajes arbitrarios a los que se les termina dando una entidad superior (Broad City vive del caos y nos incita a sumergirnos en él). Por lo tanto, no es extraño que sus momentos musicales sean verdaderas joyas con impecable timing y un montaje a la altura de las circunstancias. Entre los más notables nos encontramos con aperturas de episodios en los quelas protagonistas pueden emular el famoso final de Whiplash (ese duelo incesante y agotador) como imaginarse millonarias al ritmo de "Started From The Bottom" de Drake tan sólo porque cobraron un abultado cheque por primera vez en sus vidas.

Asimismo, la música acentúa las contrapuestas personalidades del dúo dinámico, como se puede ver en la secuencia con pantalla dividida en la que Abbi e Ilana pasan dos días muy distintos en la ciudad (una amiga es más introvertida, la otra es puro desparpajo) mientras Anita Tijoux canta "1977". ¿Otra perlita? Cuando Abbi festeja un día de soledad en su departamento y realiza desnuda la coreografía de "Edge of Glory", uno de los irresistibles hits de Lady Gaga.

*3. NUEVA YORK , BAJO UNA MIRADA DIFERENTE

Broad City bien podría ser el equivalente visual de "Royals", aquella canción que puso a Lorde en el mapa musical y en la cual Ella Yelich-O'Connor se autoproclamaba como una joven a la que no le interesaban los lujos ("esa clase de vida no es para nosotros") ni las grandes mansiones ("no envidio esos códigos postales") sino más bien una existencia satisfactoria gracias a las peleas que se les da a las carencias cotidianas. Esta serie habla precisamente de eso. Desde su nombre ("broad" con doble significado, el sustantivo "amigo" y el adjetivo "amplio"), la comedia se reconoce como una versión alternativa de otras historias que retratan la vida neoyorkina. Abbi e Ilana casi nunca toman taxi, cuentan las monedas para cargar la Metrocard del subte, intentan revender artículos de oficina, le huyen a Times Square y abrazan lo marginal.

El episodio final de la segunda temporada se titula "St. Marks" en honor a esa calle de NYC y es la perfecta síntesis de lo que significa la ciudad para esas amigas: el descontrol, la convivencia de diferentes comercios, el sentarse a comer en una vereda, el atrevimiento, la invaluable posibilidad de ser uno mismo. Así, ese adjetivo "amplio" se aplica tanto a Nueva York como a Ilana y a Abbi, haciendo de Broad City una ejemplar sinergia entre contexto y personaje, con lo libre, lo espontáneo y lo subversivo como la mejor manera de enfrentarse a los paradigmas.

*El adelanto de la cuarta temporada de Broad City:

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