¿Qué veo? 7 series “tapadas” de Netflix
Recomendamos varias ficciones que en Argentina aún se encuentran debajo del radar
Big Mouth
Con una segunda temporada ya confirmada, la áspera versión de la preadolescencia según el director Nick Kroll, Big Mouth es una serie a la que podría caratularse, a falta de un mejor término, como única. La historia hace foco en cómo un grupo de chicos y chicas vive la pubertad, el creciente interés por el sexo opuesto y los cambios corporales propios de esa etapa. Es una ficción animada que juega con las fantasías de esa edad de manera muy original.
Los protagonistas parecen víctimas de una revolución hormonal a la que no saben cómo enfrentar y desde ese lugar los guionistas construyen una galería de preadolescentes que en su torpeza terminan siendo muy cercanos para cualquiera que haya transitado esa etapa. Con el correr de los episodios, Big Mouth se revela como una ficción mucho más amable de lo que parecía a priori, e incluso a pesar de su humor salvaje e incorrecto, a la larga exhibe una ternura y una nostalgia que resulta encantadora.
Blazing Transfer Students
El absurdo japonés es un género que no deja de dar grandes obras y Blazing Transfer Students es un gran ejemplo de eso. Con una estética heredada del animé, pero filmada en imagen real, esta comedia japonesa cuenta la historia de siete alumnos de intercambio que llegan a una escuela con el objetivo de cumplir una inesperada misión. Pero antes de descubrir justamente en qué consisten sus tareas, los siete deberán enfrentarse en una pelea sin cuartel, en un ring de lucha libre.
Blazing Transfer Students no es una propuesta típica, el desborde constante, las sobreactuaciones y la gigantesca dosis de humor surrealista la convierten en una obra maestra que puede no ser apta para todos. Los integrantes de la banda pop Johnny's West son los protagonistas y todos ellos pasan airosos el desafío de transformarse en comediantes y llevar adelante una historia muy particular en la que, por ejemplo, deben interactuar con un muñeco tipo G.I. Joe, que es el director de la escuelay manejar curiosas técnicas de lucha como la llamada el Golpe del ferrocarril nacional.
Pulsaciones
España es cuna de grandes series. Desde clásicos obligados como la versión de Pepe Carvalho protagonizada por Eusebio Poncela hasta otras más recientes, pero igual de necesarias como El caso. Crónica de sucesos o El ministerio del tiempo. Y, entre estas últimas, se encuentra Pulsaciones, una ficción que no hay que pasar por alto. Su protagonista es Alex (Pablo Derqui), un ambicioso neurocirujano que al sufrir un paro cardíaco, recibe un transplante de corazón. Luego de la operación, el médico comienza a tener visiones y recuerdos que no le corresponden e investigando deduce que son las memorias del portador original de su nuevo órgano, un periodista llamado Rodrigo ( Juan Diego Botto ), que murió en extrañas circunstancias mientras llevaba adelante una peligrosa investigación. De esta manera, Alex comenzará a involucrarse no solo en la antigua misión del periodista, sino también en su vida afectiva.
Con influencias de lo más variadas (entre las que llamativamente resaltan los mangas Black Jack, de Osamu Tezuka, y Monster, de Naoki Urasawa), Pulsaciones construye en diez episodios un policial perfecto, que desarrolla una ambiciosa historia motorizada por un sinfín de misterios, en una trama que dejará al espectador totalmente atado a su sillón.
The Good Place
Son tantas las comedias que surgen año tras año, que lamentablemente muchas quedan enterradas bajo la catarata de lanzamientos. Y ese es el caso de The Good Place, una de las mejores sitcom actuales. Protagonizada por Ted Danson y Kristen Bell , la serie comienza con una premisa muy sencilla: Eleanor (Bell) llegó al Cielo por error y para disimular la confusión ella debe procurar no caer en ningún vicio que pudiera dar como resultado su expulsión del paraíso. Por otra parte, Michael (Danson) es el ángel responsable de la construcción de ese lugar idílico en el que las almas mortales van a vivir placenteramente por toda la eternidad. Pero, como es de esperar, con el tiempo no solo comenzará a salir a la luz la mentira de Eleanor, sino que el propio Michael también deberá revelar su verdadera naturaleza.
Con casi dos temporadas completas al aire, la ficción mantiene la frescura de su planteo y el enorme oficio que tienen Danson y Bell alcanzan para sostener con eficacia a esta producción, una de las mejores comedias que puede verse en la actualidad.
Erased: volver al pasado
La mezcla de estilos hace de Erased una serie muy atractiva. El protagonista de la historia es Satoru, un repartidor de pizzas que sueña con convertirse en historietista, pero cuyo talento para el arte pareciera no encontrar cabida en la industria del cómic japonés. De esta forma, su vida transcurre entre sueños frustrados y una necesidad por demostrarse que puede ser mucho más que un delivery de pizzas. Pero Satoru también esconde un secreto que lo hace único: cada vez que ocurre un accidente a su alrededor, es arrastrado hacia el pasado inmediato con el fin de impedir que esa fatalidad se concrete. Como resultado de ese don, suele encontrase encerrado una y otra vez en el momento previo al desastre, condenado a revivir varias veces el mismo instante hasta descubrir de qué manera puede evitar la fatalidad que está a punto de ocurrir. Y toda esta anomalía que, irónicamente, ya es normal para Satoru, lo lleva inesperadamente a una misión que lo devuelve a la época en la que tenía ocho años. Nuevamente atrapado en el cuerpo de su infancia, él deberá evitar el asesinato de una compañera de grado.
En Japón, Erased se convirtió rápidamente en un fenómeno de culto y el publico se dejó atrapar por su combinación de drama y fantasía, y la tragedia de un adulto que (re)vive con gran melancolía los pequeños momentos felices de su niñez. La serie se basa en el manga homónimo realizado por Kei Sanbe, que se publicó completo en nuestro país y que resulta una lectura igual de extraordinaria que esta serie televisiva.
Atlanta
Donald Glover es uno de esos pulpos artísticos que aparece muy de tanto en tanto. Es un músico de gran talento, hace stand up, es actor, es guionista e incluso director. Y todos esos amores que mantenía desparramados en distintos proyectos, los unificó para darle vida a Atlanta. Glover protagoniza y escribe esta comedia amarga sobre un buscavidas que encuentra en ser el manager de su primo, una posible solución a su precaria economía personal. Y desde allí el escritor trabaja el tono de su serie, para hacer foco en las desventuras de un grupo de lúmpenes que no pueden escapar de sus propias miserias y que parecen decididos a boicotearse una y otra vez.
Glover excava en la vida de los protagonistas, pero los construye desde la empatía, desde el genuino cariño que siente por este querible grupo de perdedores. La primera temporada se puede ver completa en Netflix y la segunda se emite todos los lunes, 22:30, por FOX Premium.
Argon
No hay grandes ficciones televisivas que transcurran en redacciones. Algunos pocos ejemplos son The Newsroom o incluso Primicias (cada una con la mira focalizada hacia un punto distinto, obviamente). Y por ese motivo Argon tiene un atractivo extra porque cuenta el detrás de escena de un noticiero, pero sumándole la interna de un canal. Sí, puede ser que así presentado tenga un aroma que remita a la ficción escrita por Aaron Sorkin, pero el eje de Argon está puesto en cómo un equipo de noticias debe volver a ganarse la confianza del público, luego de haber cometido un grave error. En la escena inicial del primer episodio, el conductor debe disculparse por una investigación mal realizada. A partir de ahí, ese informativo se convierte en la oveja negra del canal y relegados al horario de la medianoche, así el equipo de noticias no solo deberá convertirse nuevamente en un servicio confiable, sino que también luchará contra las internas del canal y contra el noticiero de la tarde que busca verlos fracasar.
Argon construye un relato con varias aristas: por un lado se encuentra el conductor que lucha incansablemente por revalorizar la franja de la medianoche, investigando las noticias más que matándose por la primicia; y, por otro lado, la ficción se centra en el personaje de Lee Yeon (Chun Woo-Hee), una joven empleada temporal con más entusiasmo que recursos. Argon es una miniserie que en solo ocho episodios lleva adelante una historia sólida que retrata el mundo de los noticieros de forma punzante.
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