La nueva temporada de la serie se estrenará este domingo por HBO, a las 22, y a través de la plataforma Max
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“Antes del estreno de la primera temporada me preguntaba todo el tiempo ¿alguien va a mirar este programa? Porque la realidad es que estábamos siguiendo los pasos de Los Beatles, de la ficción más exitosa de la TV de todos los tiempos. ¿Es posible hacer algo para mantener ese nivel? No, no lo es. Lo único que podés hacer es intentar producir algo bueno que se sostenga por sus propios méritos”. Así explicaba Ryan J. Condal, el showrunner de La casa del dragón, en un encuentro con la prensa internacional del que participó LA NACIÓN, su estado de ánimo en 2022, al tiempo del lanzamiento de la serie de HBO de la que, mal que le pese a su creador, el público esperaba que estuviera a la altura de su adorada Game of Thrones.
Algo que La casa del dragón consiguió al menos en términos de popularidad y cifras de rating, lo que por supuesto elevó las expectativas para la segunda temporada que llega este domingo por la señal premium, a las 22, y la plataforma Max. Los casi dos años que pasaron entre el final de la primera y este regreso contribuyeron a acrecentar el entusiasmo por la historia que ahora promete más conflictos familiares, más intrigas palaciegas y, por supuesto, más dragones. Que en los primeros capítulos aparecen en plena luz del día, un método apropiado para disipar las preocupaciones de muchos espectadores, que apenas podían vislumbrar a las bestias-las míticas y las humanas-, en la oscura paleta elegida por los productores en la temporada anterior.
Claro que el mayor cambio de una temporada a la otra está en el desarrollo narrativo del relato adaptado de la novela Fuego y sangre, la precuela de Game of Thrones, escrita por George R.R. Martin, el alma páter de este complejo universo que atrae al público desde hace décadas. “La primera temporada la grabamos en medio de la pandemia. Y todo el mundo estaba inmerso en esa incertidumbre, por eso me pareció brillante que HBO le devolviera este mundo conocido a los espectadores que estaban rodeados de dudas e incógnitas en la vida real. Porque cuando todo en el afuera era incierto, en la ficción tenían la tranquilidad de saber cómo eran los Targaryen o los Baratheon y creo que esa familiaridad en tiempos de zozobra hizo que el público tuviera algo a lo que aferrarse”, decía en la conferencia de prensa Ewan Mitchell, el actor encargado de interpretar al príncipe Aemond Targaryen, responsable material de la guerra fraternal central en los ocho nuevos episodios. Una división que, como se vio en el final de la primera temporada, dejó a la reina Alicent (Olivia Cooke) convencida de que su hijo Aegon (Tom Glynn-Carney) era el verdadero heredero del trono de hierro y los siete reinos y no su vieja amiga y reina aparente, Rhaenyra (Emma D’Arcy). El enfrentamiento entre “los verdes” radicados en King’s Landing y “los negros”, exiliados en la isla de Dragonstone aumentará capítulo a capítulo, con los bandos dispuestos a todo para vengar sus respectivas pérdidas. Cómo sucedía en Game of Thrones ningún personaje, por más querido o inocente que sea tiene el futuro asegurado en ninguno de los Siete Reinos.
“Al final de la primera temporada quedó claro que tenemos dos lados con una historia en común, que se odian y ese odio solo empeorará. El hecho de que Aemond matara a Luce cambió todo lo que vendrá hacia adelante. ¿Cuál será la respuesta por esa acción y la que le seguirá en el camino de las revanchas cada vez más sangrientas y desaforadas? Establecimos esos parámetros narrativos para que los espectadores ya conocieran y entendieran a los personajes, qué es lo que los hace fuertes o débiles, lo que desean y lo que aman, para luego ponerlos frente a frente y ver cómo reaccionan”, adelantó Condal sobre los nuevos episodios de la temporada cuya trama comienza pocos días después de los acontecimientos del final de la anterior.
Las dos reinas
“Cada cosa que hacen termina en desastre. Para ellos todo se trata del legado y de que su nombre aparezca mencionado en los anales de la historia. Desafortunadamente no piensan en el gran cuadro de lo que sus acciones provocan. Ni siquiera piensan en el pequeño cuadro. De hecho es un autorretrato”, dice Olivia Cooke, la actriz que interpreta a la ahora reina viuda Alicent Hightower, sobre los hombres Targaryen, sus batallas y violencia desatada. A su lado, Phia Saban, la intérprete que encarna a Helaena, su hija que al mismo tiempo es su nuera y la nueva reina-ya se sabe el afán de los rubios por la endogamia-, asiente y completa la idea: “con la familia Targaryen partida a la mitad llegó la hora de forjar alianzas, lo que ampliará el espectro de los personajes, los clanes y la geografía que el público conoce gracias a Game of Thrones. Se trata de cuánto poder va acumular cada lado, cuántos hombres, armas, dragones e inteligencia. Lamentablemente ese último ingrediente no lo usan demasiado”, se ríe la joven intérprete, completamente irreconocible sin su peluca platinada y el vestuario de la misteriosa Helaena, uno de los personajes clave en la nueva temporada que incluye la aparición de un integrante de la familia Stark y los guardianes del Muro y que se jugará entre épicas batallas y escenas intimistas plenas de drama.
“Es parte del truco de este trabajo. Es decir, estamos haciendo un programa de televisión que cuenta estas grandes historias que en realidad avanzan gracias a esos momentos más íntimos. Lo que más me enorgullece de esta serie son esas escenas en las que dos personajes están en una habitación dirimiendo un conflicto entre ellos porque estamos haciendo ocho episodios, casi nueve horas de TV, repletos de drama y no todo puede ser dragones peleándose entre sí. Tiene que haber más que eso y creo que si los espectadores se enganchan con los personajes a un nivel más profundo cuando llega el gran espectáculo, si yo hice bien mi trabajo, el público se conectará emocionalmente con ellos cuando aparezcan volando montados en dragones impresionantes”, detalló Condal durante la charla con la prensa internacional en la que participó el elenco protagónico pero, copiando la estructura en la que se grabaron los nuevos capítulos y los modos de la ficción, dividido en dos grupos: el equipo verde y equipo negro.
¿De qué lado estás?
Los primeros, sin orden de prioridad o preferencia según el productor, en aparecer en el escenario de la conferencia de prensa transmitida por Zoom, fueron los verdes que para muchos conocedores de la obra de Martin, son los usurpadores del trono cuya dueña legítima es Rhaenyra. Un dilema que seguramente dividirá las aguas entre los espectadores del programa. “Estoy seguro de que todos nos debatimos sobre el tema. Ojalá que resulte así y que al mismo tiempo la narrativa sea lo suficientemente flexible y maleable para que el público pueda ir cambiando de bando. Para mí, sería ideal que en un episodio estén alineados con el equipo negro y al siguiente se pasen al verde. Es parte de la diversión y la impredecibilidad de esta temporada”, apuntó Tom Glynn-Carney, el actor encargado de interpretar al malévolo rey Aegon, cuyas acciones en los nuevos capítulos podrían no solo inclinar la balanza hacia el clan enemigo sino también recordarle al público al infame rey Joffrey Baratheon de la serie original.
Sus compañeros de elenco, sin embargo, prefirieron ser menos ecuánimes. “La verdad es que a esta altura tenemos nuestra preferencia, sangramos en verde y nos divertimos mucho entre nosotros”, comentó Cooke mirando al resto de los actores con los que compartió los más de cinco meses de rodaje. “Como todo el tiempo que estuvimos en el set nos dedicamos a grabar nuestras escenas solo cuando veamos los episodios terminados nos enteraremos del punto de vista del equipo negro. Hasta ahora, para mí el programa somos nosotros”, apuntó Saban entre risas.
Más tarde, a la hora de defender la posición de la otra facción, Matt Smith, el actor que interpreta al carismático e impulsivo príncipe Daemon, el único del elenco que no suele pasar inadvertido para los fanáticos en su vida diaria y mucho menos para los paparazzi que lo persiguen hace años, esgrimió una suerte de defensa para su personaje. “Está loco pero ¿saben lo que me gusta bastante de Daemon? Que él se mueve a su propio ritmo, su moralidad solo depende de su punto de vista. Lo admiro por eso, admiro su convicción en sus acciones e incluso en sus errores. Para bien o para mal, es un hombre de acción, un salvaje y así lo interpreto. Me gusta sentir ese espíritu caótico, su arrogancia, es como caminar todo el tiempo en una cornisa de su propia creación”.
En ese precario equilibrio, siempre al borde del precipicio transcurrirá la nueva temporada del programa que más allá de las expectativas de ser “el nuevo” Game of Thrones logró recuperar una experiencia que muchos creían perdida para siempre cuando terminó su antecesor: hacer de un programa de TV un acontecimiento que semana a semana construye sentido, suma fanáticos y le devuelve la diversión a la ficción.
En números
Entre las cifras relacionadas con la serie que más le interesará conocer al espectador está la confirmación de que La casa del dragón acaba de confirmar que tendrá tercera temporada. Lo que sigue es un detalle de algunos de los elementos que forman parte de la ecuación para hacer de la ficción lo que es.
El rating: las expectativas para la segunda temporada son altas y en términos de rating se espera que supere o al menos iguale la marca que consiguió la serie en 2022. Su mejor marca fue en el segundo episodio con un acumulado de rating de 10.2 millones de espectadores solo en los Estados Unidos.
Nuevas criaturas: además del debut de personajes que serán fundamentales para la historia como Cregan Stark (Tom Taylor), el futuro señor del Norte, en la nueva temporada aparecerán cinco nuevos dragones que formarán parte de las sangrientas batallas por el trono de los siete reinos.
Episodios: a diferencia de la primera temporada que tuvo diez episodios, esta vez los fanáticos del programa deberán conformarse con ocho capítulos. El consuelo: la mayoría tendrá una duración de algo más de una hora.
La filmación: se comenzó a grabar en abril de 2023 y se terminó en septiembre. Aunque, como suele suceder en producciones de este calibre, hubo nuevas jornadas de rodaje hasta marzo que hicieron temer una demora en la fecha de lanzamiento del programa.
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