Este domingo, la ficción basada en el crimen de María Marta García Belsunce llegará a la pantalla de HBO Max; la palabra de sus protagonistas, las diferencias con el documental de Netflix y la verdadera misión de esta propuesta
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“Viví en primera persona lo que siempre te contaron”, es el lema de María Marta: el crimen del country; la serie basada en uno de los crímenes que más conmocionó al país y que este domingo llega a la pantalla de HBO Max.
El 27 de octubre de 2002, María Marta García Belsunce fue encontrada sin vida por su marido, Carlos Carrascosa, en el baño de su casa ubicada en un exclusivo barrio privado de Pilar. Lo que en un principio parecía ser un accidente doméstico, se convirtió en uno de los crímenes más emblemáticos de la Argentina que aún hoy, a casi 20 años, tiene más dudas que certezas.
A lo largo de ocho capítulos (de 45 minutos cada uno), esta ficción –dirigida por Daniela Goggi y producida por Warner Bros. y Pol-ka– mostrará la intimidad del caso como nunca antes para que la audiencia pueda vivir en primera persona cada parte del relato, seguir de cerca a los sospechosos, las dinámicas familiares y la agenda mediática. Sobre todo, revelará claves de la vida de la víctima.
“Representar este caso fue un desafío enorme para mí, porque al ser escenificado como una ficción, el espectador va a poder ver lo que siempre le contaron sobre el caso. Va a poder ponerse en el lugar de la familia y de los jueces, ya que les brindamos todas las evidencias para que ellos mismos generen sus propias conclusiones”, comenta la directora sobre qué hará que los espectadores conecten con la serie y puedan crear un vínculo más cercano con los nombres de esta historia.
Laura Novoa (María Marta) y Jorge Marrale (Carlos Carrascosa) serán los encargados de encabezar un elenco que reúne a figuras de la talla de Carlos Belloso (Horacio García Belsunce), Esteban Bigliardi (John Hurtig), Ana Celentano (Irene Hurtig), Guillermo Arengo (Guillermo Bártoli), Mike Amigorena (el fiscal Marcos Del Río), Muriel Santa Ana (la investigadora y bloguera Belu Franessi), Valeria Lois (la investigadora y bloguera Juana Gómez Andrada), María Leal (Elvira, madre de Belu) y Nicolás Francella (el vecino Matías Centeno).
Perseguir la verdad vs. encontrar emociones
Sin dudas, la muerte de María Marta García Belsunce conmocionó a la opinión pública, a la Justicia y a los medios, que durante años han tejido todo tipo de teorías, especulaciones, y conjeturas al respecto. A diferencia del documental (Carmel: ¿Quién mató a María Marta?, de Netflix), esta miniserie documental intentará mostrar cómo era la vida de esa mujer de 50 años que tenía un fuerte rol solidario en Missing Children. “El documental siempre habla de un tiempo que ya pasó, esta ficción habla en presente y va a ir acompañando a los personajes y construyendo sus emociones”, explica Daniela Goggi sobre lo que quiso transmitir con esta nueva propuesta, que llevó cuatro meses de rodaje.
Quien tuvo la gran responsabilidad de encarnar a la protagonista de esta historia fue Laura Novoa, quien reconoce haber hecho un minucioso trabajo para abordarla con mucho respeto. “Lo enfrenté con mucha responsabilidad. Sentía la responsabilidad de cuidar esa imagen tan vapuleada y manoseada. Me interesaba recrearla desde lo ficcional pero también con determinadas cosas de su realidad. Poder mostrar una imagen de ella viva porque sólo teníamos una imagen congelada, con todos los prejuicios que puede llegar a despertar una mujer de country, que vivía viajando, que no tenía hijos. Sin embargo, poder mostrar su valor humano, su calidez, su compromiso social y su sencillez tuvo una sensibilidad muy especial para mí”, cuenta la actriz, que se acercó al entorno de la fallecida para poder conocerla en la intimidad.
“Tenía mucha necesidad de verla en acción, de poder hablar con gente que la hubiese conocido. Fue mi manera de tomar la energía que ella tenía”, explica al tiempo que confiesa que le resultó mucho más difícil interpretarla de muerta que de viva. “Cuando estoy muerta en esa cama estoy muy presente, se siente mi energía y eso era lo que más me interesaba como actriz”, revela, muy conforme con el resultado logrado.
A diferencia de su compañera, Jorge Marrale prefirió crear su propia versión de Carlos Carrascosa. “En mi caso, trate de desembarazarme de lo previo, de lo que yo había vivido en 2002 y todo lo que fue el bombardeo mediático. Elegí correrme de eso y aprender un poco más de la historia. Junto a Daniela trabajamos este personaje viendo que era lo que queríamos contar. Yo no creo mucho en la mímesis, en andar copiando elementos parecidos y quedarme en ese recorte. A mí me parecía que si hay algo rico en este personaje es su inmovilidad, lo no dicho, sus silencios. Siento que es un personaje con muchos secretos”, dice el actor sobre uno de los principales sospechosos.
Con un gran parecido físico, Carlos Belloso se pone en la piel de Horacio García Belsunce (el hermano de la víctima), quién es conocido públicamente por su faceta periodística. Mientras analiza su experiencia a la hora de construir este personaje, el actor comparte la dificultad que le generó decir una frase tan sencilla como fue la del pituto. “No saben lo difícil que fue pasar esa escena, las veces que la tuvimos que hacer. Había que decirlo al pasar, tomar con naturalidad lo que después se levantó y quedó como una frase icónica. Esa escena es muy teatral para mí”, confiesa sobre esta tan cuestionada situación, que se verá en el primer capítulo.
Paradójicamente, el estreno de esta ficción coincide con el inicio de juicio a Nicolás Pachelo, ese problemático vecino del country que, en un principio, fue señalado como el principal sospechoso. Mientras la directora y el guionista, Martín Méndez, aseguran que el resultado del juicio no desactualizará la serie, quien tuvo el compromiso de recrearlo habló al respecto. “Tengo muchos recuerdos de terminar desgastado por la oscuridad, por situaciones muy violentas vinculadas a este personaje”, revela Nicolás Francella, que en la serie se llama Matías Centeno por cuestiones legales.
A pesar de ser uno de los más jovencitos del elenco, el hijo de Guillermo Francella asegura sentir una pasión especial por este caso. “Yo tenía 11 años cuando pasó esto y tengo recuerdos de estar en la cocina de mis papás y seguirlo a través de los diarios, haciendo pequeños dibujos hipotéticos sobre lo que había sucedido. Suelo navegar mucho por Internet y ver muchos videos de cosas que me interesan. Así que antes de leer los ocho capítulos, tenía una base de información bastante grande”, cuenta orgulloso. Sin embargo, a la hora de componer este papel, siguió la misma línea que la mayoría de sus compañeros y se dejó llevar por el guion: “Tuve que dejar un poco de lado esa pila de información que tenía para leer lo que me ofrecían los libros, cómo querían contar la historia. Traté de no pensar en un paralelismo sino meterme en la historia que había escrito Martín”, confiesa.
“Yo creo que aporté lo mío sin caer en el estereotipo, en lo comparativo. Yo no trabajo de esa forma, prefiero no caer en eso porque sino estas muy pendiente de ese otro. Más allá de que no hay mucha info sobre él”, explica el actor, quien define a su personaje como un hombre “oscuro”, pero “familiar” a la vez.
Volver a los sets luego de la pausa que implicó la pandemia y adentrarse en uno de los casos que más lo atraparon en su vida fueron motivo suficiente para aceptar este desafío. “Fue volver a sentirme útil después de mucho tiempo, fue volver a encontrarme con colegas. Fue viajar un poco en el tiempo, a veinte años atrás, y verme caracterizado (el parecido físico logrado es asombroso), meterme en una historia que en lo personal siempre me atrapó”, revela, quién en un trabajo conjunto con la directora encontró su propia caracterización.
Mientras Ana Celentano (Irene Hurtig) tampoco habló con la medio hermana de María Marta y sólo se nutrió de “lo que circula en Internet y las entrevistas televisivas”, el actor que interpreta a su hermano, John Hurtig, cuenta cuál fue el objetivo de su composición. “En un caso que tuvo tanta repercusión y del que hay tanto material, se cuenta lo que paso entre comillas en vez de qué les paso. Los hechos los puede contar un documental pero a nosotros nos importaba saber que les pasó a ellos emocionalmente”, aclara Esteban Bigliardi, subrayando que la serie no emitirá un juicio de valor sobre si son o no culpables sino que intentará empatizar con los protagonistas como personas.
“Empatizar con el humano que está viviendo eso. Con gente que pierde a una hija, con familiares que están desconcertados por lo que pasó, con un fiscal joven que es su primer caso grande y se ve obnubilado por figuras de la Justicia que son referentes. Si podemos empatizar con eso creo que el objetivo está logrado”, resalta, muy conforme con lo que se verá en pantalla.
En el mismo sentido, quien se pone en la piel de Guillermo Bartoli (el cuñado de María Marta) hace hincapié en la necesidad de mostrar las emociones más que la verdad del caso: “Lo que se persigue en el documental es la verdad, una verdad judicial-policial pero nosotros como comunidad de artistas debemos hacer una transferencia a la verdad del arte, a la verdad del lenguaje audiovisual, de las actuaciones, de los guiones. Eso es lo que perseguimos nosotros”, afirma Guillermo Arengo.
Dos líneas de tiempo: 2002 y 2011
A la hora de narrar esta historia, la directora y el guionista Martín Méndez (que trabajó en colaboración con Germán Loza) eligieron el recurso de los saltos temporales; algo muy usado en las series de estos tiempos. Así es como, a lo largo de los ocho episodios, hay dos fechas que sirven de eje para ir y venir en el tiempo y sumar dinamismo a la trama. “El responsable de los saltos temporales es el guionista, yo acompañe y discutí apasionadamente esa decisión. Como estructura narrativa era súper interesante pero había que ser muy preciso al ir y venir en el tiempo. Si lo hacíamos exclusivamente caprichoso y eso no aportaba una novedad al relato, no servía. Sólo creaba confusión”, explica Goggi.
“La historia planteaba contar desde la linealidad en ese presente o como nos parecía más atractivo tomar dos personajes que nos dio la realidad como fueron las blogueras (interpretadas por Muriel Santa Ana y Valeria Lois) y construir un relato desde 2011 como presente para volver a 2002. Ellas nos permitieron llevar al espectador por los vínculos y el drama familiar, además de la tragedia judicial”, advierte Méndez, quien contó con un extenso período de investigación previa y tuvo contacto directo con los verdaderos protagonistas antes de escribir los guiones.
Tras remarcar la gran predisposición por parte del entorno, el guionista resaltó lo difíciles y dolorosas que fueron esas conversaciones: “Parte de la investigación fue vincularme con los protagonistas, no sólo con la familia sino con abogados, fiscales, periodistas (que abogaban por una u otra hipótesis), con las blogueras. Tuvimos muchas horas de charla. Yo necesitaba tener ese contacto más allá del acceso a un expediente, a una noticia gráfica o a tantas horas de televisión para poder construir la forma de hablar de ellos, lo que sintieron en ese momento”, indica el escritor, que se encontró con una versión muy diferente al relato que instalaron los medios en su momento.
Como señala el autor, los personajes de Muriel Santa Ana y Valeria Lois fueron los que le permitieron alternar presente y pasado de una manera armónica. “Nuestros papeles están inspirados en dos personas que existen en la vida real. En el caso de Belu, una entrevista que ve de la familia en televisión (denunciando las irregularidades de la investigación muchos años después del crimen) le genera algo muy personal e íntimo que la hace sospechar”, relata Santa Ana, orgullosa de haberle puesto el cuerpo a esta anestesióloga que no busca ningún tipo de rédito ni de reconocimiento personal con su investigación.
Junto a Juana, a quien conoce a través de Facebook, empiezan a adentrarse en la investigación de este misterioso caso, van a las audiencias, hacen el desglose de todos los expedientes y recreaciones en video de lo que fue el día del crimen. “Es un trabajo impensado para un civil. Construir una mirada autónoma, independiente sin ningún tipo de respaldo es admirable. De hecho, ellas son las que ayudan a dar vuelta el caso de Carrascosa. Ellas son artífices fundamentales de su libertad”, subraya la actriz.
Tras hacer hincapié en el trabajo titánico de estas blogueras en busca de la verdad, Valeria Lois destaca el doble mérito de estas dos mujeres que, a pesar de ser tan diferentes entre sí, se unen bajo una misma convicción: “Aparte de echar luz desinteresadamente, lo que más me conmueve es que dos personas tan distintas entre sí dejen de lado sus prejuicios y posibles lecturas sobre la otra para investigar esto. Sin dudas, no soy de las personas que se hubiesen juntado o conocido en otra situación y acá hacen dupla”, señala la intérprete de Juana Gómez Andrada; una mujer que -a diferencia de Belu- se siente impulsada por su afinidad con la familia García Belsunce. “Ella quiere ser parte de ese mundo y es eso lo que la lleva a estar presente y querer investigar”, dice la actriz.
Mientras ninguna de las dos tuvo contacto con las verdaderas blogueras, cada una reivindicó el plus que les dio esta decisión a la hora de componer a estas valientes. “Me resulto piola la idea de Daniela de que no nos obsesionemos con hacer de una persona que ya existe”, confiesa Lois al tiempo que su compañera agrega: “Al no ser personajes públicos, tuvimos mucha libertad a la hora de construirlos”.
Cambio de perspectiva
La muerte de María Marta García Belsunce y la falta de una resolución al respecto sigue aún llamando la atención de la opinión pública. Mientras la mayoría del elenco reconoce haberse sentido cautivado por este caso policial ocurrido a comienzos de la década del 2000, todos coinciden en que ser parte de esta serie cambió la visión que tenían como espectadores.
“Yo nunca me obsesioné con el caso pero no podías evitar ver. Me parecía atroz y tenía una lectura que era la que la opinión pública quería que pensemos; yo no era nada original. Cuando me llegaron los libros, los leí con ese prejuicio porque tenía una visión muy formada y me sorprendieron. Me enseñaron a deconstruir mis errores con respecto a cómo me había comido la información que me habían dado”, reconoce Laura Novoa, quien terminó enamorándose de María Marta.
Por su parte, Jorge Marrale reveló que al meterse en la piel de este “hombre con dinero que quería dejar de trabajar y viajar por el mundo con su mujer” descubrió nuevas cosas: “Construir su costado humano, más la brutalidad de la tragedia fue un motor muy potente para mí. No me quedé con lo que había visto o con ese barullo mediático que se armó”, advirtió.
A diferencia de Nicolás Francella que, a pesar de su corta edad, no se perdió detalle, Muriel Santa Ana asegura no mirar asesinatos, crímenes o documentales de este tipo. Sin embargo, reconoce que durante años fue “atravesada por el bombardeo periodístico” y coincide en que su visión cambió tras encarnar este papel. “Me cambió la perspectiva porque esta ficción aporta tantas miradas… La cantidad de personajes que hay aporta tantos puntos de vista, de estados emocionales, cada uno busca algo distinto. Los del Poder Judicial, la policía, el periodismo, la familia. Entonces sí, aprendí muchas de cosas a partir de esta ficción”, afirma.
“A mí también me cambió. Lo que pasa con esta serie es que humaniza a las personas, a todos los que vimos en programas de TV o entrando a tribunales y ahora con esta propuesta vamos a ver lo que les pasaba por dentro”, acota Lois, mientras Francella resalta: “Ver que le paso a cada uno en ese momento, con que herramientas se encontraron para actuar y resolver la situación sin un ojo crítico”. “La ficción nos permite recrear sintiendo y ese sentir nos abre pensamientos. Más allá de lo que pudo haber pasado y de quien es el culpable”, agrega Novoa reflexionando sobre el poder de la ficción.
Lo cierto es que, a partir de este domingo, María Marta: el crimen del country nos permitirá adentrarnos en el detrás de escena para echar un rayito de luz, abrir nuevos interrogantes y de alguna manera empatizar, sin condenar, con los personajes de este caso tan ambiguo, que aún hoy, no tiene respuestas ni culpables.
María Marta: el crimen del country estará disponible en HBO Max (temporada completa) y en HBO, a razón de un episodio semanal.
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