El elenco de la flamante producción del director y guionista habló con LA NACION acerca del proyecto que cruza humor con crítica social y que se podrá ver a partir de hoy por HBO y HBO Max
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Con un traje rosa impecable, sin una sola arruga, Armond (Murray Bartlett) nota que una de las empleadas del hotel que administra manchó su camisa. Su rostro plácido se transforma e intenta disfrazar una sonrisa al pedirle que se cambie cuanto antes. De lo contrario, no podría causar una buena impresión en los huéspedes que están llegando en cuestión de minutos. Su metamorfosis es casi imperceptible pero lo suficientemente contundente como para que notemos que esa fachada que se empecina en mantener caerá más temprano que tarde. Y así sucede.
The White Lotus, la flamante miniserie de Mike White que estrena su primer episodio esta noche, a las 22, por HBO y HBO Max, marca el regreso del director, guionista y showrunner a la cadena donde gestó otra enorme serie: Enlightened. Ocho años después del abrupto final de esa apabullante sátira protagonizada por Laura Dern, White (quien ha escrito los guiones de Chuck & Buck, The Good Girl, Escuela de rock y El año del perro, también dirigida por él) retoma tópicos familiares en los que siempre se luce, desde la crisis medioambiental, pasando por las disputas familiares, hasta el privilegio de clase.
The White Lotus es el nombre de ese hotel que Armond administra mientras batalla diariamente contra su adicción al alcohol y a las drogas, es un escenario en donde se permite jugar a ser otro, como lo hacen todos los integrantes de esa camada que arriba al resort de lujo de Hawái. Entre esos huéspedes se encuentra la familia Mossbacher, conformada por la exitosa empresaria Nicole (Connie Britton), su esposo Mark (Steve Zahn) -quien resiente a Nicole por sus logros-, y sus hijos Quinn (Fred Hechinger), quien funciona como espejo del espectador, y Olivia (Sydney Sweeney), una adolescente malcriada que es acompañada al viaje por su amiga Paula (Brittany O’Grady).
Por otro lado, también llegan al hotel Shane (Jake Lacy) y Rachel Patton (Alexandra Daddario), un matrimonio que está en su luna de miel pero que esconde, detrás de esos inquietantes rostros de felicidad, una profunda angustia, la misma que padece Tanya McQuoid (Jennifer Coolidge), una mujer adinerada que lidia con el duelo por la muerte de su madre. Eventualmente, todos ellos terminarán interactuando y poniendo al descubierto, a lo largo de los seis episodios, sus costados menos afables, esas inseguridades que son enterradas bajo la opulencia. Como si fuera poco, The White Lotus comienza con un whodunit: alguien murió en ese hotel, solo que, en la convulsionada narrativa, ésto termina teniendo escasa importancia.
En una conferencia vía Zoom de la que participó LA NACION, los protagonistas de la miniserie reflexionaron sobre la mirada que tiene White sobre el mundo, una que parece nihilista pero que, como en Enlightened, esconde un profundo anhelo por equilibrar los vínculos cotidianos. En el fondo, su creador está buscando la felicidad, solo que las dinámicas sociales atentan contra su empresa.
Mirarse al espejo
Bartlett, quien se había lucido en la serie de HBO Looking, destaca cómo The White Lotus interpela al espectador al punto de incomodarlo, como toda sátira. “Yo siempre quise trabajar con Mike White, me parecía una gran oportunidad, es muy inteligente, un gran escritor de personajes con fallas, matices, y esos son los mejores personajes para interpretar”, explica el actor, para luego referirse a Armond, el hombre que ve pasar a miles de familias de la alta sociedad mientras su propio mundo se desmorona. “Me toca interpretar a alguien complejo y eso es muy excitante. Trabajar en ese ámbito lo agota, ese es su mundo, pero también se pregunta si toda la gente es así, lo cual exacerba sus propios demonios, la gente lo empieza a molestar, lo hacen recaer en sus vicios, está en ese claro punto en el que su fachada ya no puede sostenerse”, expresa.
"Mike le pone un espejo al privilegio y al racismo y lo mucho que eso daña a otras personas"
Alexandra Daddario
Asimismo, Bartlett se explaya sobre cómo la miniserie persigue la unión en un contexto donde priman las diferencias. “Todo lo que sucede ilumina aspectos que deberíamos estar viendo y que nos dividen, como el privilegio social, racial, económico; eso siempre estuvo, pero ahora realmente lo estamos mirando, ya que es algo que nos separa, y pienso que deberíamos mirarnos a nosotros mismos, pensarnos y no dejar que eso se salga de control”, reflexiona. El matrimonio que componen Alexandra Daddario y el exHigh Fidelity Jake Lacy también, como Armond, elude todo aquello que pueda hacer caer la casa de naipes, hasta que la burbuja estalla. Para la actriz de Percy Jackson, la sensibilidad de White es un factor clave para que algunos temas ríspidos, como la violencia machista, puedan impactar incluso desde el humor.
“Mike es una persona muy sensible que mira el mundo de la manera correcta, me gusta su abordaje, es un entendimiento muy profundo y emocional de la oscuridad combinado con esta necesidad de tener que reírse de las situaciones, de la gente, de nuestra existencia, porque si no, ¿cómo vamos a salir adelante? Es muy divertido, eso lo hace tener mucho corazón, ser sensible, tener tantas capas, y creo que todo eso es lo que se traslada a su trabajo”, apunta la actriz, quien define a The White Lotus como una miniserie con mixtura de géneros utilizados para ponernos de cara a nuestros propios demonios.
“No sé si podríamos lidiar con ciertas cosas si no fuese por el humor, y la comedia negra es un género que me gusta porque permite el comentario social, reírse en la oscuridad es lo mejor, sobre todo cuando se lidia con gente privilegiada que tiene problemas pero al mismo tiempo no sabe cómo tratar a las personas que son diferentes, no los consideran seres humanos, o los ven pasar sin empatía”, subraya Daddario y añade: “Mike le pone un espejo al privilegio y al racismo y lo mucho que eso daña a otras personas”.
Lacy, su partenaire, coincide con su colega. “Mi esperanza es que la gente vea la serie y diga ‘esto es ridículo, pero soy parte del problema y no sé cómo cambiarlo’. La miniserie te pregunta qué harías si estuvieras en una posición de privilegio, qué pensarías de tu pasado, qué harías con el futuro, que acción tomarías, cómo vivirías con vos mismo”, subraya el actor, a quien le toca un personaje que no ama a su mujer sino a la idea de tenerla en su vida como accesorio, sin permitirle trabajar y forzándola a ingresar a un mundo al que ella no pertenece.
¿Lo primero es la familia?
Cuando los Mossbacher llegan al hotel, cada integrante está en su mundo. Nicole se preocupa enteramente por reordenar los muebles de la habitación, no suelta su computadora como toda workaholic, y organiza horarios y actividades sin consultar. Como Armond, como el matrimonio Patton, algo esconde su conducta. Mark, su marido, también está en su microcosmos. Quiere la atención de su esposa, pero su complejo de inferioridad lo lleva a forzar actividades con su hijo, quien duerme en la playa ante el rechazo de su hermana. Todos están dispersos, excepto cuando llega la cena y la pareja esboza monólogos sobre la desigualdad social mediante los cuales White es transparente en su toma de posición: lo que sale de la boca de esa familia (excepto de la de Quinn) pone en primer plano sus privilegios, y Britton, Zahn y Sweeney interpretan esas secuencias a la perfección.
"Mi personaje es parte de una familia de individuos que están desconectados no solo del mundo sino de sí mismos, y eso es lo que genera el caos"
Connie Britton
Sobre esas secuencias se refirió la actriz de Hermosa venganza en diálogo con LA NACION. “En esos momentos pudimos improvisar como familia, particularmente en las escenas donde todos cenan juntos. Como llevaba un tiempo filmarlas porque la cámara se iba moviendo, entonces mientras tanto improvisábamos y la pasé muy bien. Me encanta la improvisación, y particularmente en este caso de ámbito familiar, pudimos conocernos como actores a través de ello, y le agradezco a Mike por darnos la libertad de hacerlo”, expresa Britton, y reflexiona sobre la visión específica del showrunner. “Nos estamos mirando culturalmente con esta historia, y se nos da la herramienta para que lo podamos hacer; mi personaje es parte de una familia de individuos que están desconectados no solo del mundo sino de sí mismos, y eso es lo que genera el caos”, apunta la actriz.
Por su parte, Steve Zahn destaca cómo la música trepidante del chileno Cristobal Tapia de Veer colabora a generar una atmósfera opresiva en la que ese escenario idílico, inconmensurable, contrasta con la hipocresía de los vínculos. White no es ciento por ciento cínico, y siempre toma a un personaje como punta de lanza para el cambio, y en su miniserie ese personaje es Quinn, interpretado con enorme sensibilidad por el actor de Eighth Grade y Fear Street, Fred Hechinger.
-¿Qué sentís por tu personaje, uno de los pocos en experimentar una epifanía, y quien se mantiene fiel a su deseo de libertad?
-Siento amor. Siento amor por lo que escribió Mike en toda la serie, pero respecto a Quinn, me gusta esa búsqueda de lo nuevo, de construir algo para sí mismo, de hallar la felicidad. A veces nos olvidamos de que nos debemos eso, y eso me inspira. En la serie, pensamos a este personaje de una manera y termina siendo de otra. Es hermoso que Mike haya escrito eso para él.
Rodaje en pandemia
A mediados de 2020, cuando ya se podían retomar los rodajes, Mike White llamó a su cast y los preparó para la noticia menos pensada: que debían salir de sus casas para instalarse en Hawái en octubre, donde filmaron siguiendo estrictamente los protocolos.
Para Bartlett, quien ya había expresado sus ganas de trabajar con White, fue un sueño cumplido. “Antes que nada, fue en el medio de la pandemia”, le contó a LA NACION. “Así que todos salimos de nuestros nichos pandémicos y fue algo vergonzoso mencionárselo a la gente porque no pensé que volvería a trabajar, muchos amigos actores tampoco pensaron que volverían a hacerlo porque todo estaba cerrado, y de repente obtuve este maravilloso trabajo, con este maravilloso grupo de gente en Hawái, fue ridículo y surrealista realmente. Todos nos sentimos muy afortunados”, remarcó.
Jennifer Coolidge asume que el llamado de White fue emocionante, pero su primer sentimiento fue el miedo. La actriz, quien viene trabajando desde hace décadas en la industria en films como American Pie, Legalmente rubia, A Mighty Wind y Austenland, entre numerosos proyectos, estaba en un mal momento cuando el showrunner le envió el guion.
“No me ofrecen estos roles seguido, a veces llegan a mi casa guiones y son siempre comedias absurdas, entonces este papel de una mujer tan compleja, alguien que está sufriendo realmente, fue una gran oportunidad”, explica Coolidge, pero hace una salvedad: “Lo que no me gustó fue que me lo ofrecieran ocho meses después del inicio de la pandemia, yo estaba comiendo pizza en casa, pensando en que esto no se iba a terminar más, me sentía enferma todo el tiempo, mi mirada era fatalista”. Por lo tanto, la actriz rechazó el papel en varias ocasiones, hasta que White le mandó un mensaje. “¿Estás asustada?”, indagó. Y ese fue el llamado de atención. Coolidge hizo las valijas y emprendió ese prometedor viaje personal y profesional.
-¿Cuánto te ayudó esta serie a reducir el miedo?
-Es una buena pregunta porque creo que muchos de nuestros miedos son cosas que están en nuestra cabeza a las que les damos entidad todos los días, y eso se convierte en una creencia. Pero si alguien te desafía como a mí, un amigo que quiere lo mejor para vos, que quiere que hagas algo y te promete que va a salir todo bien, tenés este increíble momento... O lo hacés o no. Yo no sé si hubiese querido salir del proyecto si Mike White no me hubiese escrito ese mensaje, pero una vez que supe que él sabía eso, fue vergonzoso y decidí seguir adelante. Hubiese pensado en una excusa para rechazarlo hasta que sonó el teléfono esa noche.
Asimismo, Coolidge se conectó con el sufrimiento de Tanya quien, un poco como Quinn, busca romper patrones pero, a diferencia del joven, hiere a gente en el proceso. “Ella está angustiada y utiliza su economía para amortiguar esa angustia”, explica, y sintetiza así otra de las temáticas de The White Lotus, una miniserie que no deja indiferente, especialmente cuando ahonda en cómo el privilegio obnubila y no permite un intercambio sincero con el otro. “El dinero previene que la gente se haga cargo de su sufrimiento, es una distracción”, dice Coolidge. “Mi creencia es que todos, antes de irnos de este mundo, tenemos que lidiar con nuestras verdades, y ser las personas más honestas que podamos”.
Dónde verla. The White Lotus estrena un episodio todos los domingos por HBO, a las 22; también se podrá ver por HBO Max y, al día siguiente, el capítulo estará disponible On Demand por Flow.
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