La serie protagonizada por Pedro Pascal y Bella Ramsey cerró las puertas de su primer año
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The Last of Us superó los pronósticos más optimistas. La serie postapocalíptica basada en el videojuego homónimo de PlayStation se consagró como uno de los primeros fenómenos televisivos del 2023, y le valió a HBO otro éxito dentro de su catálogo de ficciones propias. A continuación, un detalle sobre qué sucedió en el último episodio, cuál es el significado de su final y hacia dónde puede ir la historia en su segunda temporada (que ya fue confirmada).
El último viaje
Más comprometido con proteger a Ellie (Bella Ramsey) que con la misión, Joel (Pedro Pascal) no cesa en la búsqueda de ese hospital en donde podrían estudiar a la niña, con el fin de obtener una cura para la pandemia. Luego de un kilométrico viaje, ellos se encuentran finalmente con las Luciérnagas, el grupo paramilitar que dispone de los elementos para estudiar la sangre de Ellie, la única persona infectada que por algún motivo no se convirtió en una criatura asesina. Sin embargo, él descubre que la solución dista mucho de ser sencilla, cuando le informan que deberán sacrificar a Ellie en el quirófano para estudiar a fondo la composición de su cuerpo y el hongo que la infectó. De ese modo surge una terrible disyuntiva, o bien Joel da un paso al costado y comprende que la muerte de Ellie es un paso inevitable para la supervivencia de la humanidad, o prioriza su amor como padre sustituto y salva a esa hija adoptiva sabiendo que así priva al mundo de una posible vacuna. La respuesta no la duda ni un solo instante.
Luego de matar a todos los soldados que se encontraban en el hospital, asesinar al cirujano y hasta dispararle a una de sus aliadas, Joel se va del lugar con la niña en brazos. Ella despierta y no entiende bien qué sucedió, solo sabe que el hombre la está llevando hacia Jackson, el pueblo en donde vive su hermano. Decidido a no contarle la verdad, él le asegura a su compañera que no fue necesario operarla, porque aparecieron otras personas inmunes al virus, y que las pruebas no arrojan resultados concluyentes. De esa forma, la temporada termina con los protagonistas preparados para iniciar a una vida relativamente normal, en un pueblo que promete estar a salvo dentro de un mundo en el que ningún sitio es seguro.
La mirada de Ellie
El vínculo entre Ellie y Joel se construyó paso a paso. Luego de sufrir la muerte de su hija Sarah (Nico Parker), el hombre se convirtió en un zombie, un muerto en vida que respiraba más por reflejo que por voluntad. Y por ese motivo es que al aceptar la misión, él comprende a Ellie como un paquete al que hay que trasladar. Pero poco a poco la joven rompe esa cáscara y encuentra la humanidad escondida en Joel. A medida que los episodios avanzan, entre ellos se teje un vínculo sincero, una relación que pronto se revela como de padre e hija. Él es una brújula moral rota, pero ella, sin proponérselo, le devuelve cierta fe en la humanidad. Ambos se tienen el uno al otro y confirman ese viejo adagio sobre que “ningún hombre es una isla”.
A sus espaldas, Joel y Ellie cargan con las muertes de quienes amaban y quienes los amaban, y por eso la trama los encuentra decididos a no buscar más vínculos afectivos. Ninguno de los dos quiere llorar más pérdidas, por eso son los últimos, porque no desean querer a nadie más. Pero el amor familiar que nace entre ambos les significa un último vínculo que los salva de la desesperanza absoluta del (sobre)vivir en un mundo arrasado.
En la última escena del capítulo final, Ellie le pregunta a Joel si aquello que le contó es cierto, si puede jurarle que hay más personas inmunes al virus y que los Luciérnagas del hospital murieron debido a una invasión de infectados. El hombre no lo duda ni un instante y defiende su mentira, porque agotado de cargar con la mochila del ver morir a su hija resolvió que necesita de ese amor filial para seguir adelante. Por eso miente, por eso mata y por eso salvar a Ellie no le representa un dilema moral (aunque con esa decisión haya privado a la humanidad de una posible vacuna).
Aunque ligeramente ambigua, esa escena de cierre revela una verdad. Ellie mira a Joel con un leve escepticismo, ella intuye lo que sucede pero elige creer esa (¿noble?) mentira. Los dos son cómplices, pero cansados de tanta muerte, hacen un pacto tácito en el que priorizan ese vínculo que los completa. Y por ese motivo el capítulo termina en un plano sobre Ellie, porque The Last of Us es un viaje que fue de mayor a menor, que comenzó con grandes explosiones pero que terminó haciendo foco en un íntimo lazo que, a fin de cuentas, no salva al mundo pero al menos lo hace más tolerable.
Dos momentos claves
A lo largo del último episodio, el guionista Neil Druckman y el showrunner Craig Mazin incluyeron dos momentos de enorme peso. El primero es la escena inicial del capítulo, en el que una mujer llamada Anna (a cargo de Ashley Johnson, la actriz que interpretó a Ellie en los videojuegos) da a luz a una bebé que se revela como la protagonista. Se trata de una secuencia que muestra la naturaleza violenta de esa realidad postapocalítica. En la vereda opuesta, se ubica una segunda escena que pone el acento en la vida sobre la muerte.
Mientras suben unas escaleras, Ellie se conmueve por la presencia de una manada de jirafas. Para ella es un espectáculo perfecto, un vistazo a un mundo pasado que jamás conoció. Desde la perspectiva de Joel, se trata de compartir un instante de felicidad con esa hija y recuperar un clima familiar que la muerte de Sarah le arrebató. De esa forma, la aparición de la jirafa encapsula esa esperanza a la que ambos personajes necesitaban aferrarse.
¿Qué puede suceder en la segunda temporada? (atención, posibles spoilers a continuación)
Quienes jugaron a The Last of Us 2, ya saben que el panorama es aún más desolador que en la primera parte. Teniendo en cuenta que Druckman y Mazin prometieron mantenerse fieles al videojuego, es un hecho que los nuevos episodios serán muy similares a esa secuela.
Según la historia del título para PlayStation, la acción comienza con Joel y Ellie establecidos en el pueblo de Jackson. Pero en una salida de rutina en busca de chasqueadores, aparece un violento grupo que embosca a Joel y, sin mediar palabra, una mujer llamada Abby lo ejecuta a sangre fría. Cuando descubre el asesinato de su padre, Ellie comienza un raid de venganza que la llevará a zonas personales muy oscuras, y le exigirá plantearse si esa revancha no amenaza con deshumanizarla. La contracara de la trama es que el juego le da un gran protagonismo también a Abby, al punto de poner al espectador ante el desafío de empatizar con la villana y las razones que la llevaron a matar a Joel.
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