The Crowded Room: Tom Holland intenta sacar adelante un ambicioso thriller psicológico que nunca levanta vuelo
La miniserie creada por Akiva Goldsman y protagonizada por el ascendente actor está inspirada en una atractiva historia real, pero es demasiado extensa y se atasca en una trama enrevesada que juega con la paciencia del espectador
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The Crowded Room (Estados Unidos/2023). Creada por: Akiva Goldsman. Dirección: Kornél Mundruczó, Brady Corbet, Alan Taylor. Elenco: Tom Holland, Amanda Seyfried, Sasha Lane, Emmy Rossum, Will Chase. Disponible en: Apple TV+. Nuestra opinión: regular.
Un acercamiento crítico a The Crowded Room parece una tarea titánica. En la era del contenido y el cuidado con los spoilers que vino por añadidura, la miniserie de Apple TV+, cuyos primeros tres episodios ya se encuentran disponibles en la plataforma de streaming, no brinda espacio para esbozar una lectura de su estructura porque, a priori, su propio creador pidió que no se revele el material de base.
Akiva Goldsman, ganador del Oscar por su guion del film de Ron Howard, Una mente brillante, se inspiró en un caso real para su flamante producción de 10 capítulos, pero hizo la salvedad de que es conveniente no leer previamente cuál fue ese suceso que tomó como puntapié para la miniserie (ya con saber el libro del que sustrae determinados hechos traspolados a su ficción es suficiente para conocer su desenlace) porque eso arruinaría la experiencia, el disfrute de esos giros narrativos que se producen en loop y que terminan resultando agotadores.
El problema con The Crowded Room, además de querer habitar en una burbuja (empresa imposible en la actualidad), es el desequilibrio notorio entre los primeros episodios y los últimos, aquellos en los que esa burbuja se rompe con las revelaciones del caso, que buscan resignificar el visionado previo, una verdadera trampa para el espectador que ya había pasado más de seis horas con la historia, inmerso en su propio verosímil. Como consecuencia, la miniserie protagonizada y producida por un Tom Holland que se esfuerza demasiado con un personaje mediante el que quiere lucirse -aristas no le faltan para hacerlo, su ejecución es otra discusión-, no necesitaba de diez horas para narrar una historia que podría haberse beneficiado de una mayor contundencia. De hecho, el episodio real intentó ser adaptado por David Fincher y, al llegar al momento en que se ponen todas las cartas sobre la mesa, se comprende el porqué (explayarse sobre esto sería, de nuevo, entrar en terreno de spoilers).
Holland, quien aseguró recientemente que se retirará por un año de la actuación por lo desgastante que fue el rodaje de la miniserie, interpreta a Danny Sullivan, un joven que es arrestado luego de participar de un tiroteo en el Rockefeller Center junto a una amiga, Ariana (Sasha Lane, una de las tantas actrices desperdiciadas en esta ficción), quien se escapa de la escena, dejando a Danny solo en el centro de la investigación. De inmediato, la serie ubica como su interlocutora a Rya (Amanda Seyfried, en un rol arquetípico que no la deja lucirse), una psicóloga que intentará dilucidar las motivaciones detrás del accionar violento del joven.
Para ello, empieza por el principio, como la serie misma: con una mirada a la infancia y adolescencia de Danny, etapas turbulentas en las que la violenta figura de su padrastro Marlin (Will Chase) destroza cualquier posibilidad de futuro para ese niño, al igual que para su madre Candy (la talentosísima Emmy Rossum), quien todavía está en duelo por la muerte del hermano mellizo de su hijo. En ese contexto, Danny encuentra la contención que necesita -y que no halla en el hogar familiar- en un grupo de amigos con el que se va involucrando en situaciones criminales de las que Ariana lo rescata en más de una ocasión.
En ciertos tramos, The Crowded Room tiene una estructura similar a una historia coming of age, con un protagonista navegando la adolescencia con miedo a ser juzgado, a sufrir episodios de bullying, y a convertirse en un paria social, lo que explica su conexión con determinados personajes que funcionan solo en relación a su figura, y que no tienen autonomía por fuera de su universo.
A medida que Rya se va adentrando en la mente de este joven traumado por las circunstancias previas al tiroteo que lo llevó a la cárcel, van surgiendo revelaciones sobre su personalidad y su conducta que son retratadas por directores más que interesantes como el húngaro Kornél Mundruczó (Fragmentos de una mujer) y el norteamericano Brady Corbet (Vox Lux), aunque sus estilos están pasados por el mismo “filtro” que una miniserie igual de larga pero más efectiva de la plataforma: Encerrado con el diablo. Por lo tanto, no hay una impronta visual en The Crowded Room, o una impronta a secas, con excepción del guion de Goldsman, al que apenas puede aludirse sin contaminar el visionado.
Atrapada por su propia historia, la miniserie de Apple TV+ es ambiciosa y, sobre el final, se vuelve más atractiva. De todas formas, para arribar a ese momento (uno que no está exento de secuencias edulcoradas con un soundtrack acorde), hay que atravesar un camino pantanoso en el que no todo es tan relevante como se nos quiere hacer creer.
Los primeros tres episodios de The Crowded Room están disponibles en Apple TV+, y se sumará uno nuevo cada viernes a la plataforma de streaming.
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