Sylvester Stallone: su mayor miedo, el punto más bajo de su carrera y por qué decidió hacer un reality sobre su vida familiar
El actor dialogó con LA NACION acerca de su protagónico en la serie de Paramount+ Tulsa King y explicó por qué considera su trabajo en esa producción como un sueño hecho realidad
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Sylvester Stallone asegura que tiene muchas razones para sentirse identificado con Dwight “El General” Manfredi, el gánster caído en desgracia que, empujado al ostracismo por su propia “familia”, debe reconstruirse desde cero en Tulsa King, la serie que Paramount+ estrena el próximo 25 de diciembre. También dice que ese personaje fue muy esperado por él a lo largo de su carrera. Hasta acá, nada parece salirse de una entrevista común y corriente, en la que un actor solo hablará maravillas de su nuevo trabajo y de lo mucho que significa para él. Sin embargo, a los 76 años, el hombre que supo convertirse en un prototipo del héroe de acción aún tiene mucho para contar.
En diálogo con LA NACION, y sin una pizca de arrogancia, Stallone no teme a hablar sobre el momento más bajo de su carrera, ese en el que muchos le aseguraron que se encontraba “acabado” y él mismo pareció creerlo; también, parece sentirse en la obligación de justificarse cuando se le pregunta por el reality show que saldrá a la luz el año próximo, en el que dejará al descubierto intimidades de su vida junto a su esposa, Jennifer Flavin, y sus tres hijas en común, Sophia, Sistine y Scarlett. Y, finalmente, dirá al pasar cuál es su peor miedo, haciendo un paralelismo con la historia de Dwight Manfredi, su primer personaje protagónico en una serie que surgió de una manera completamente inesperada.
La llamada
“Siempre quise interpretar a un personaje de este tenor porque estaba seguro de que podía hacerlo muy bien, pero no había tenido nunca la oportunidad. Luego, una noche, sonó el teléfono y era Taylor Sheridan, el creador de la serie, y me dijo: ‘Se me ocurrió una idea sobre un gánster que es expulsado de Nueva York; está en Tulsa, que es como en medio de la nada, y tiene que empezar una nueva vida. Y tiene mucho de comedia en eso de un mafioso recién salido de la cárcel que tiene que hacer nuevas relaciones’. Así que este trabajo vino literalmente de una llamada telefónica en medio de la noche”, explica riendo.
De inmediato, Stallone se mostró interesado en la idea y se mantuvo muy atento al trabajo de Sheridan, el creador de éxitos como Mayor of Kingstown, Yellowstone y 1883. “Realmente quería que fuera un rol perfecto… Cuando tenés en mente películas como El padrino o Buenos muchachos, necesitás tener una buena historia atrás”, recalca. “Dwight Manfredi es un tipo diferente de gánster, y quería interpretar a alguien que nunca antes hubiéramos visto. No es un asesino, no es un hombre horrible; es un hombre al que le gusta ganar dinero a través de negocios ilegales, pero no es una persona cruel. Tiene mucho corazón. Y en la serie todo comienza cuando sale de prisión tras 25 años y sus ‘jefes’ lo trasladan a Tulsa, como una suerte de castigo. Le habían prometido que, si se mantenía en silencio, tendría a su propia familia esperándolo afuera y su propio territorio, pero nada de eso sucede. Se encuentra solo, le sueltan la mano y él entiende que no debe enojarse, sino que tiene que empezar a usar su cabeza y comenzar desde cero”, suma.
Con certeras dosis de humor, pero también con algo de drama y violencia, Stallone construye a un antihéroe adorable en pantalla. Por eso no resulta difícil creerle cuando dice que es un papel que estaba esperando y que, claramente, fue hecho a su medida.
“La gente va a identificarse con una historia de esperanza. Dwight Manfredi es un hombre que nunca debería haber ido a la cárcel. Y aprende. Aprende por las malas cómo recuperar a su familia y comenzar una nueva vida sin nada”, sostiene el actor. “Él no se da por vencido, porque lo peor que le puede pasar a cualquiera es sentirse solo estando solo. Es aterrador, es como una maldición. Y esta es una serie en la que ves a un hombre cambiar su vida; no se vuelve un solitario, sino que construye una nueva familia, con extraños. Tulsa King muestra una historia de amor, es dulce, aunque también tiene sus momentos duros. Se trata de un nuevo comienzo para un hombre en un lugar salvaje, desconocido... Hay algunos lugares bastante salvajes en la Argentina, así que puedes imaginarte a alguien de Buenos Aires mudándose a algún lugar de la Patagonia, por ejemplo, para iniciar una vida nueva. No debe ser nada sencillo”, traza a modo de paralelismo.
Altos y bajos
Más allá de la empatía que muchos podrán sentir hacia su personaje en Tulsa King, Stallone se ve completamente reflejado en un aspecto fundamental en la historia de Dwight Manfredi: la desoladora sensación de estar solo y sin rumbo. “Alrededor de 1999, 2000, mi carrera estaba en caída libre. Lo último que había hecho era Tierra de policías, que pensé que iba a ser un buen trabajo por el que incluso podría ganar algunos premios, pero fue todo lo contrario. Mi agente renunció, mi manager me despidió. Traté de hacer una nueva Rocky y me dijeron: ‘No más Rocky, estás acabado. Ya nadie quiere ver Rocky, es demasiado viejo’”, recuerda el actor sobre el momento en que sintió tocar fondo.
“Me mudé de California a Florida, ya no me quedaba nada. Y luego pensé: ‘Si alguna vez tengo la oportunidad de hacer una película más, me encantaría hacer solo una más de Rocky, porque no me gustó Rocky 5′. Pero nadie quiso darme una oportunidad, incluidos los productores de Rocky. Pero entonces me encontré con Joe Roth, que tenía una compañía llamada Revolution Studios y me dijo que iba a tomar el riesgo conmigo e hizo Rocky Balboa (2006), film que terminé amando y se convirtió en un éxito. Y volví, de abajo hacia arriba de nuevo. Así que sé de qué se trata”, reflexiona con una sonrisa.
El próximo gran desafío de un actor que sabe de desafíos va en contra de los principios/clichés del star system hollywoodense: Stallone abrirá las puertas de su intimidad para un reality que se verá en Paramount+ el año próximo. “Todos pensaron que estaba loco cuando se supo que iba a tener mi propio reality, pero yo pensé ‘¿por qué no?’. A la gente le gusta ver realities, pero creen que cuando un famoso decide hacer uno es porque su carrera está terminada. Me lo preguntan y yo les digo: ‘Nada de eso, mi carrera está bien, pero me gustaría pasar más tiempo con mis hijos porque ahora están creciendo y andan por todos lados’. Ahora los tengo en mi casa y lo que estamos haciendo es como si fuera una película casera, pero con un alto nivel de producción”, asevera.
Como si se tratara de una adelanto de lo que se verá en la plataforma de streaming el actor y su esposa, Jennifer Flavin, fueron protagonistas de lo que muchos vaticinaban como una de las rupturas del año. Un tatuaje borrado y una demanda en la que la empresaria acusaba al actor de ocultar parte de sus bienes para perjudicarla frente a un eventual divorcio, aportó los condimentos para una separación que nadie había visto venir y, claramente, no se daba en los mejores términos. Sin embargo, la pareja pudo revertir los pronósticos y, tiempo después, se mostró nuevamente junta y sonriente en la presentación de Tulsa King en Nueva York; la tormenta había pasado, borrón y cuenta nueva para ellos.
“Creo que el mundo verá que los Stallone tenemos los mismos problemas que cualquiera, que una mañana despertamos y no solo nos vemos horribles, sino que también descubrimos que nuestro perro hizo caca en el living… Ese tipo de cosas. Para mí es como hacer una película, aunque se trata de una película real”, finaliza.
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