Streaming: El padrino de Harlem, la historia real del Michael Corleone afroamericano

El padrino de Harlem (Godfather of Harlem, Estados Unidos/2019). Showrunner: Chris Brancato. Elenco: Forest Whitaker, Ilfenesh Hadera, Nigél Thatch, Vincent D’Onofrio, Lucy Fry, Giancarlo Esposito. Disponible en Fox Play. Nuestra opinión: muy buena.

"¿Quién es James Brown?", le pregunta Ellsworth "Bumpy" Johnson a su esposa después de pasar 11 años en la cárcel. Estamos en 1963 y a un hombre acostumbrado a ejercer el poder absoluto en su barrio le empieza a costar acostumbrarse a los nuevos tiempos. Y a tratar de entenderlos. Lejos de redimirlo, esa larga reclusión parece haber fortalecido las convicciones delictivas de Johnson. Con la infinita paciencia acumulada tras las rejas y una astucia a toda prueba no tarda en recuperar su lugar. Vuelve a ser lo que siempre fue: un Michael Corleone de raza negra.

Pero el nuevo escenario tiene sus complicaciones. Enormes. De un lado, la pelea por el territorio y los negocios ilegales entre Johnson y sus seguidores afroamericanos y los italianos que fueron ganando de prepo ese terreno, encabezados por el mafioso Vincent "Chin" Gigante. Del otro, las tensiones raciales y la lucha por los derechos civiles. La política aparece más cerca de la mirada cristiana y un estímulo al ascenso social de los afroamericanos, en contraste con Malcolm X y su postura mucho más radicalizada (la génesis del Black Power) que además se conecta con el Islam.

El padrino de Harlem se inspira en la crónica histórica. Bumpy Johnson y Gigante fueron figuras de la vida real. Se cuenta que ambos trabajaron en su momento para el bossVito Genovese, pero en la serie los dos funcionan como antagonistas. Pelean por el mismo territorio y los mismos negocios y a veces se asocian por necesidad. La historia que se cuenta aquí antecede a los hechos narrados en Gánster Americano (American Gangster, 2007), gran película de Ridley Scott en la que Denzel Washington personifica a Frank Lucas, antiguo chofer y sicario de Johnson, y convertido a su vez en mafioso y traficante de estupefacientes..

El contexto histórico es fascinante y la serie está a la altura de su riquísima complejidad. Las estrategias de los jefes mafiosos se activan en paralelo con sus complicadas relaciones familiares y sobre todo con lo que ocurre con sus respectivas hijas, otro abordaje paralelo muy atrayente. A todo esto se suma la amistad de vieja data (también tomada de la vida real) entre Johnson y Malcolm X, alrededor de la cual se mueve el tema clave del tráfico y consumo de drogas duras, que empieza a crecer entre la comunidad afroamericana y funciona como fuente de ingresos cada vez más millonarios de las mafias. Y hay más: amores interraciales, corrupción policial, venalidad política.

Todas estas cuestiones se entrecruzan una y otra vez, la mayoría de las veces con resultados virtuosos. La serie elige explotar al máximo esta complejidad corriendo siempre el riesgo de perderse en una telaraña de subtramas que a veces nos alejan del foco. Por suerte, siempre queda a la vista en medio de ese fárrago potencial la motivación bien clara de cada personaje. Sabemos hacia dónde quieren ir y por eso nos enganchamos con sus historias. Forest Whitaker (Johnson), la bellísima Ilfenesh Hadera (Billions) como su esposa Mayme y Vincent D’Onofrio (Gigante) se destacan en un elenco muy compacto. Lo mismo ocurre con Nigél Thatch, que vuelve a personificar en gran forma, como en la película Selma, a Malcolm X. La presencia central de esta figura histórica de final trágico conecta en buena medida esta serie con la reaparición en las últimas semanas del debate racial en Estados Unidos.

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