¡No me cuentes nada! Qué hacer con las series que son un spoiler caminante
Antes de comenzar, una advertencia: a continuación se discutirán series y spoilers. Pero no huyan. Porque no se trata de hablar de cuestiones específicas de las series sino de tratar de entender algo de la naturaleza de la bestia que llamamos spoilers, esos pequeños o gigantescos datos que pueden arruinar o al menos quitarle emoción a la aventura de ver una ficción televisiva. Curiosamente, en esta época en que cada uno ve sus series en el tiempo y el lugar que más le conviene, evitar los spoilers debería ser la prioridad de cualquier espectador con conciencia y empatía por el otro, pero las redes sociales y la ansiedad hacen que ocurra todo lo contrario. Suele suceder que por un segundo –varios en realidad– muchos se olvidan de que no todo el mundo está mirando la ficción en el mismo exacto momento que ellos y que por eso deberían evitar dar información fundamental de la trama del episodio junto con los inevitables comentarios al estilo de "¡No lo puedo creer!" "¡Esto me rompió la cabeza!" o "No sé cómo esperar hasta el próximo capítulo".
Por supuesto que gracias a los sistemas de streaming –con Netflix a la cabeza– la idea del spoiler se hizo más elástica, el binge watching se tornó tan personal y único como las huellas digitales y por eso, los límites de tiempo para comentar una serie dependen de la velocidad o lentitud de consumo de cada espectador. Por ende se recomienda, como explica Stuart Heritage del diario británico The Guardian en su más reciente columna dedicada a Bodyguard –el más reciente fenómeno de la BBC–, empezar toda conversación sobre series con una amable pregunta: "¿Ya la viste? ¿Tenés planeado verla?".
Una estrategia para evitar conflictos familiares, rupturas amorosas o desacuerdos entre amigos que muchas ficciones ponen constantemente a prueba. Como si quisieran desafiar los límites de tolerancia y la capacidad de guardar un secreto de sus espectadores. La tendencia que la TV viene gestando hace años en principio para darle pelea a los sistemas de streaming ofreciéndole a los espectadores, tentados por la posibilidad del maratón de episodios, la emoción de esperar semana a semana el capítulo siguiente. Que podría cambiar o no toda la historia y que los obligaría a guardar el secreto hasta que el resto de su entorno se pusiera al día. Una complicidad entre espectador y creador que ningún maratonista de series puede igualar.
Pasó allá lejos y hace tiempo con Lost y aquel episodio que puso patas para arriba todo antes de que todo se pusiera patas para arriba pero de la peor manera. En el último episodio de la tercera temporada– "Through the Looking Glass"–, la trama se sacudía no sólo por el descubrimiento de que el barco salvador no era el enviado por Penny (Sonya Walger) sino por la muerte de Charlie (Dominic Monahan) sino, sobre todo, por esa escena del encuentro de Kate (Evangeline Lilly) y Jack (Matthew Fox) que –sorpresa tamaño monstruo de humo– estaba ocurriendo en un futuro fuera de la isla. Un truco narrativo que nos dejó a todos con la boca abierta y desesperados por confirmar con el resto de los Lostófilos que efectivamente estábamos viendo un flashforward y no un flashback a los que la series nos tenía acostumbrados.
Otra serie que coqueteó con los límites del impulso spoiler de sus espectadores fue Fringe,que hasta el final de la primera temporada tenía fantásticos y excéntricos personajes, varios misterios de su pasado por revelar y un caso extraño por semana por resolver, pero todo cambió cuando en los minutos finales de su temporada inicial se veía que Olivia (Anna Torv) en la persecución de un sospecho que podría clarificar algunos aspectos de su historia Olivia había aterrizado en un universo paralelo, en una Nueva York en la que las Torres Gemelas seguían en pie. Un volantazo dramático –en todos los sentidos del término– que redefinió el resto de la maravillosa serie de ciencia ficción.
Aunque creíamos que el mefistofélico trato hecho con el streaming que nos había dado tanto a cambio de quitarnos ese tipo de emociones, algunas series recientes confirman que las alertas de spoiler deben estar siempre encendidas, que la ficción televisiva –en cualquiera de sus modos de consumo–, todavía tiene algunos trucos bajo la manga para dejarnos boquiabiertos, desesperados por tuitear el más reciente golpe de efecto.
Los mejores ejemplos son la mencionada Bodyguard, que acaba de terminar su primera temporada en Gran Bretaña y que estará disponible en Netflix en nuestro país el 24 de octubre, la flamante Forever de Amazon Prime Video , Counterpart, Legion (ambas disponibles en Flow), Mr. Robot (Amazon Prime Video) y The Good Place, la comedia que estrenará nuevos episodios desde este viernes, por Netflix.
De hecho, podría plantearse una clasificación de series según el tipo de spoiler capaz de quitarles su atractivo: en estos tiempos de abundancia de series, la cuestión es destacarse, diferenciarse de la manada y ese objetivo muchas veces se consigue con giros sorpresivos, tramas algo opacas y personajes tan ambiguos que parecen siempre estar ocultando algo. Y claro, no es lo mismo que un spoiler arruine parte de la diversión que otro que dinamite el disfrute de la serie entera. Entonces acá va la segunda advertencia. La clasificación puede dar, sin intención alguna de spoiler, alguna pista mínima sobre lo que no hay que contar. Pero hay que decirlo: protegerse de las filtraciones y datos no deseados es una responsabilidad de cada uno. Expresada la alerta, a partir de aquí siga bajo su absoluta responsabilidad.
Cuando no se puede contar nada. Pero nada. En esta categoría figura Forever, la serie de ocho episodios protagonizada por los veteranos de Saturday Night Live Fred Armisen y Maya Rudolph disponible en Amazon Prime Video. Creada por Alan Yang (Master of None) y Matt Hubbard (Parks & Recreation), todo lo que se puede decir de la ficción es que Armisen y Rudolph interpretan a un matrimonio de años cuya rutina parece agradarle a él y empezar a molestarle a ella. El único otro dato posible: el trabajo de Rudolph es excepcional y aun no sabiendo nada más sobre el programa, su presencia justifica todas las incógnitas del caso.
Cuando hay que elegir muy bien qué palabras y qué frases usar para describir lo que pasa. Bodyguard, la serie de la BBC, es la más vista de la última década en Gran Bretaña. Se centra en un sargento de policía, exveterano de la guerra en Afganistán, convertido en guardaespaldas de la ministra de Interior. La ficción de Jed Mercurio sube la apuesta de la intriga y las vueltas de tuerca y perspectiva con cada episodio. Y sólo queda agregar que tiene varios ingredientes que la hacen adictiva, especialmente el choque cultural entre el guardaespaldas interpretado por Richard Madden (el Robb Stark de Game of Thrones) y la política Keeley Hawes (Ashes to Ashes, Line of Duty).
Cuando hay capítulos que lo cambian todo. Algunos ejemplos de este estilo de spoiler involucran a las mencionadas Fringe y Lost y también a la intrigante Counterpart, protagonizada por J. K. Simmons (disponible en Flow) aunque la serie que más impresiona con este truco narrativo es Game of Thrones. Su fórmula es tan simple como sangrienta: matar a los personajes principales con la saña que se suele despachar a un extra en escenas de batalla. Pasó con Ned Stark en la primera temporada y con su hijo Robb (Madden parece ser un imán para los personajes envueltos en spoilers) y su esposa Catelyn (Michelle Fairley) en la tercera.
Cuando la revelación/es resignifican todo lo que visto antes. Ocurre tanto en Legion como en Mr. Robot, nada casualmente dos series construidas alrededor del punto de vista de un protagonista cuya mirada es ambigua, poco confiable y expresamente obturada por algún tipo de desorden psiquiátrico.
Cuando cumple todos los requisitos anteriores. La maravilla de The Good Place no está en sus secretos ni en todo lo que no se puede contar de esta comedia protagonizada por Kristen Bell y Ted Danson y, sin embargo, revelar cualquier detalle de ella podría disminuír significativamente el placer de verla. Para los que todavía no la vieron, lo más generoso que se puede hacer es decirle que le tengan paciencia que, no importa el motivo, como pasa con muchas otras series, la comedia creada por Mike Schur (The Office; Parks & Recreation), pasa de divertida a brillante con la acumulación de capítulos. En este caso no se necesitan más de tres o cuatro para descubrirlo. Y para entender la razón por la que el manual de buenas costumbres del espectador de series indica que evitar el spoiler es un servicio a la comunidad.
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