Spin City: la última sitcom de Michael J. Fox, sus dificultades en el set y la historia detrás de una renuncia que caló muy profundo en el público
A mediados de los años noventa, el actor de Volver al futuro protagonizó una comedia que hacía foco en el mundo de la política; sin embargo, y por razones personales, se apartó de ese proyecto luego de cuatro temporadas
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Michael J. Fox es uno de los actores más queridos de Hollywood. En gran medida gracias a Volver al futuro (aunque su carrera es mucho más que esa trilogía), se convirtió en un verdadero símbolo, y sus proyectos eran seguidos con fidelidad por el público que lo había descubierto por su rol como Marty McFly. Y esa popularidad, que no daba señales de fatiga, le valió un rol en una sitcom que llegó a ser muy exitosa, pero que se convirtió en el último gran título que lo tuvo como protagonista.
El legado de Lazos familiares
La historia de Spin City está íntimamente ligada al éxito que fue Lazos familiares. La recordada sitcom que se emitió entre 1982 y 1989, marcó el ascenso a la fama de un muy joven Michael J. Fox, y dio pie a una posterior carrera en cine que tuvo sus altos y sus bajos. Uno de los muchos proyectos que él realizó para la pantalla grande, fue Mi querido presidente, un film que presentaba al actor en la piel de un asesor ágil en su mirada, y decidido a concretar todos sus objetivos. No tanto esa película, sino más bien el personaje compuesto por Fox, le resultó muy atractivo al guionista Gary David Goldberg, el creador de la mencionada Lazos familiares.
A Goldberg le pareció que una comedia en la que el actor interpretara un rol similar podía ser una apuesta muy interesante. Y con ese objetivo en mente, se reunió con Bill Lawrence, un escritor mucho más joven que estaba dando sus primeros pasos en la televisión (pero que tiempo después, alcanzaría la fama al crear la comedia hospitalaria Scrubs).
Confiados en el potencial de su idea, pero aun sin Fox a bordo, Lawrence y Goldberg elaboraron el guion de un posible episodio piloto, que giraba alrededor de Mike Flaherty, el vicealcalde de Nueva York. Flaherty era enérgico, astuto en su forma de moverse y siempre estaba un paso por delante de cualquier problema político que pudiera presentarse. O sea, era un personaje que había nacido con Fox como modelo, aunque la llegada del actor a ese proyecto es una historia que cuenta con dos variantes.
Por un lado, una versión asegura que uno de los productores de la serie, llamó a Fox para insistirle con que Goldberg estaba muy ansioso por trabajar nuevamente con él; y una vez hecho eso, el mismo productor luego hizo el proceso inverso, y le insistió a Goldberg con que Fox lo había llamado para contarle que quería volver a actuar bajo sus órdenes. Una segunda versión asegura que el actor de Muchacho lobo envió a su equipo de prensa a tantear diferentes canales de televisión para evaluar si había algún proyecto en ciernes que pudiera ser ideal para su regreso a la pantalla chica, y que así apareció en el mapa Goldberg y su sátira política. Pero sin importar cuál es de esas dos opciones es cierta, es indudable que entre ambos profesionales había un interés colaborar juntos una vez más, en una comedia televisiva.
Luego de algunas conversaciones en las cuales el actor aportó su visión al proyecto, los creadores de la serie imaginaron al protagonista como una suerte de “Alex Keaton con conexiones”, en referencia al personaje de Michael J. Fox en Lazos familiares. Y con el libreto del piloto terminado, Spin City rápidamente recibió el visto bueno del canal ABC, y el 17 de septiembre de 1997, la sitcom estrenó su primer episodio en las pantallas de Estados Unidos.
La política, sin política
Inicialmente, la premisa giraba alrededor de Flaherty, el vicealcalde de Nueva York, su rol en un mundo de entredichos políticos, y cómo esa línea de trabajo se combinaba con su cotidianeidad conyugal (su esposa, estaba interpretada por Carla Gugino). A través de esa fórmula, la ficción tenía una pata puesta en los enredos de oficina, y otra en los conflictos domésticos. Pero en las devoluciones iniciales de la audiencia, el público se mostró muy poco interesado por la subtrama de Flaherty junto a su esposa, y por ese motivo es que promediando la mitad de la primera temporada, los guionistas desecharon al personaje de Gugino y Spin City trasladó toda su acción a los pasillos de la Alcaldía de Nueva York.
A pesar de retratar el mundo político, Goldberg y su equipo eran muy cuidadosos de no hacer referencia a la clase política de su país, y no teñir su relato de una lógica partidista. Aunque, desde luego, había similitudes notables entre ficción y realidad. El propio Flaherty compartía algunos puntos en común con George Stephanopoulos, exconsejero de Bill Clinton, y quien incluso terminó asesorando a los guionistas de la sitcom en algunos de los episodios. Por otra parte, un personaje llevaba adelante una campaña para convertirse en senador, que tenía ecos de la carrera de Rudy Giuliani, reconocido alcalde de Nueva York.
Haciendo a un lado la política, uno de los mayores aportes de Spin City al mundo de las sitcom, estuvo ligado a la creación de un asesor afroamericano llamado Carter Haywood (Michael Boatman). Carter era gay, pero lejos de ser mostrado de forma burlona o caricaturesca (una casi constante en las sitcoms de la época), el personaje y su sexualidad eran retratadas sin recurrir a ningún estereotipo ofensivo.
Episodio a episodio, Spin City se instalaba como una sitcom de las más queridas por el público. La complicidad entre Fox y la audiencia era inmejorable, y los ratings reflejaban el sostenido interés de la audiencia por esta ficción. Sin embargo, durante la emisión de la cuarta temporada, el protagonista hizo un anuncio que cambió para siempre el destino de su vida profesional y personal.
El adiós a Michael Fox y la llegada de Charlie Sheen
En 1991, Michael J. Fox fue diagnosticado con Parkinson y, aunque muchos de sus compañeros lo sabían, él había decidido no hacerlo público. A pesar de eso, los síntomas de ese cuadro eran cada vez más agudos y afectaban el desempeño del actor, que atravesaba un momento de profunda angustia.
A medida que el tiempo pasaba, las grabaciones eran cada vez más difíciles, según recordó en una oportunidad la actriz Connie Britton. “Michael tenía una lucha constante con su propio cuerpo. A veces teníamos demoras mayores a una hora y media en el set, a la espera que los medicamentos le hicieron efecto. Era una situación muy dura para él”, aseguró. Por ese motivo, la producción sumó a la actriz Heather Locklear, con el objetivo de compartir protagonismo y alivianarle al intérprete la carga de ser la única estrella del show.
Agobiado por su estado de salud, pero decidido a dar batalla y compartir tiempo de calidad con su familia, en 1998 Fox hizo público su cuadro, y anunció que, al finalizar la cuarta temporada, iba a retirarse de Spin City. De esa manera, el actor se despidió en el episodio titulado “Goodbye, parte 2″, emitido el 24 de mayo del año 2000. Dicho capítulo fue visto en Estados Unidos por 32 millones de personas, un número notablemente alto que simbolizó el enorme apoyo y cariño que el público sentía (y siente) por esa estrella.
A partir de ese momento, la producción se enfrentó al difícil desafío de evaluar quién iba a reemplazar a Fox como figura central. Luego de una lista integrada por nombres como Matthew Broderick, Jon Cryer, Dennis Leary y Patrick Dempsey, finalmente el elegido fue Charlie Sheen.
A lo largo de dos temporadas, Sheen hizo un gran trabajo llevando unos zapatos muy difíciles de llenar, pero la ausencia de Fox era una perdida que el público no cicatrizaba. Por ese motivo, la sexta temporada fue la última de esta sitcom, en un cierre que, como no podía ser de otra manera, incluyó una aparición del propio Fox.
Con un sabor agridulce, Spin City llegó a su final luego de 145 episodios, dejando a sus espaldas la marca de ser la última gran sitcom protagonizada por Michael J. Fox, un actor que aún hoy no pierde vigencia para una gran parte del público que lo sigue incondicionalmente.
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