Soy Virgo: brillante comedia absurda que pega directo al centro del capitalismo
La serie del ingenioso cineasta y guionista Boots Riley plantea un escenario en que el mundo puede ser salvado por un adolescente gigante, interpretado por el talentoso Jharrel Jerome
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Soy Virgo (I’m a Virgo, Estados Unidos/2023). Creada por: Boots Riley. Dirección: Boots Riley. Guion: Whitney White, Boots Riley, Tze Chun, Marcus Gardley, Michael R. Jackson. Elenco: Jharrel Jerome, Olivia Washington, Mike Epps, Carmen Ejogo, Walton Goggins, Brett Gray, Kara Young. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: muy buena.
Boots Riley es un artista inclasificable y allí reside parte de su atractivo como incipiente realizador. El músico, guionista, director y activista debutó con una contundente ópera prima, Sorry to Bother You (Perdón por molestarte), basada en su propia vida trabajando en un espacio rutinario que suprimía cualquier posibilidad de despuntar el vicio de lo creativo. El ojo de Riley para contemplar su entorno y reconvertirlo con la concepción de historias un tanto descabelladas (el absurdo le sienta muy bien) es agudo, certero, y pretendidamente divisivo. En su segundo trabajo, la flamante serie Soy Virgo, disponible en Amazon Prime Video, el director subió la vara y se puso al hombro como showrunner una ficción de siete episodios en los que sus pensamientos políticos son traspolados al protagonista, pero sin olvidar los pormenores de un relato coming of age encantador, una fusión que requería un hábil manejo de los tonos, aspecto en el que Riley, hasta el momento, ha dado siempre en el clavo.
El héroe que comanda esta historia es Cootie (Jharrel Jerome, una vez más demostrando su versatilidad), un adolescente de 19 años que nació en circunstancias atípicas: su madre tuvo un parto inusual y él quedó bajo el cariñoso, aunque estricto, cuidado de sus tíos. Cootie no es un joven cualquiera, mide cuatro metros y, como consecuencia, es protegido por el hermano de su madre y su esposa (interpretados por Mike Epps y Carmen Ejogo), no por vergüenza sino más bien por temor al mundo. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el despertar intelectual de Cootie y sus deseos por interactuar con personas de su edad empiezan a ser un peso para él y para sus tíos, que le aconsejan resguardarse hasta que cumpla 21.
Una tarde, en el jardín de su “guarida”, diseñada especialmente para sus proporciones, es descubierto por un vecino del barrio y, eventualmente, por un grupo de jóvenes que, lejos de observarlo como a un criatura bizarra, lo tratan como a un amigo más al que quieren incorporar a su grupo. De esta forma, Soy Virgo registra tan solo el puntapié del derrotero de Cootie, quien aprenderá paulatinamente a entablar conversaciones -algo que solo había hecho con sus tíos y con personajes televisivos-, a conquistar a la chica que le gusta (Flora, personificada por Olivia Washington), y a disociar los instantes en los que siente que se están aprovechando de él de aquellos en los que hay un genuino interés por su anhelo de insertarse en la sociedad.
Al tratarse de una creación de Riley, la historia no es tan lineal, y el autodescubrimiento no es tan convencional como en los primeros episodios. El showrunner incluye una subtrama superheroica en la que Cootie, quien en su reclusión se había obsesionado con la novela gráfica The Hero, termina conociendo personalmente a su peculiar creador, Jay Whittle (Walton Goggins, un actor que se ha vuelto imprescindible, un intérprete que eleva cualquier escena), nada menos que el responsable de que en Oakland, California, se desate una persecución contra los individuos de clase social baja y, especialmente, contra los afroamericanos.
La inevitable disputa entre “El héroe” y Cootie, quien comienza a utilizar su tamaño en beneficio de esa sociedad que le abre los ojos, es precedida por secuencias en las que Riley apunta directo a los coletazos de la desigualdad, abordando con crudeza la falta de acceso a la salud, la forma en la que el capitalismo aplasta a los más débiles, y cómo ellos deben agruparse para reclamar por sus derechos. El activismo político del realizador no es algo que busque ocultar. Por el contrario, Soy Virgo subraya sus ideas, e incluso las traslada, en un ejercicio de cajas chinas, a una microhistoria: la que se muestra en un videojuego que domina la mentalidad de quienes lo consumen, y que tiene un efecto letal en uno de los mejores episodios de una serie de una creatividad insoslayable.
Por otro lado, Soy Virgo se beneficia de la presencia de un actor protagónico como Jarrel Jherome, quien tuvo un rol menor en la ganadora del Oscar Luz de luna, pero que se destacó con su trabajo en la miniserie Así nos ven. En este caso, el intérprete debe moverse por esos distintos registros que maneja su director, y se consagra al personificar a Cootie sin olvidar su metamorfosis. Desde los momentos entrañables que comparte con sus amigos en un rapto de ingenuidad, pasando por su historia de amor con Flora (ambos se atraen por problemáticas similares), hasta la fuerza que adquiere cuando el sistema quiere destruirlo, Jherome no trata a su personaje como a una caricatura, y sabe cuándo aportar humor y cuándo replegarse. Todo un logro en una serie diferente, con el sello del cine independiente en cada fotograma, y con el estilo de su creador definitivamente consolidado.
Soy Virgo ya está disponible, con sus siete capítulos, en Amazon Prime Video.
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