Netflix: en la serie Snowpiercer, el aislamiento es la clave para sobrevivir
En 1982, se editó en Francia un cómic titulado Le Transperceneige, creado por Jacques Lob y Jean- Marc Rochette. La historieta fue muy popular en su país de origen y en otras regiones de Europa. Casi treinta años después, el director surcoreano Bong Joon-Ho (responsable de Parasite) decidió llevarla al cine bajo el título Snowpiercer. Una vez más, la historia sedujo a un público que desconocía el cómic y el film se convirtió en un éxito. Confiando nuevamente en la posibilidad de ese relato, Bong, junto a Park Chan Wook (otro prestigioso realizador surcoreano) unieron fuerzas para producir una ficción basada en el mismo cómic. De esa manera llega a Netflix la primera temporada de Snowpiercer, otra adaptación que promete un nuevo y original acercamiento a esta saga que encuentra a los últimos sobrevivientes de la raza humana confinados en los vagones de un sofisticado tren.
El futuro en movimiento
El primer episodio de Snowpiercer abre con un clip animado que muestra el dramático destino que sufrió la humanidad. En un futuro que se intuye no muy lejano, el cambio climático llegó a niveles insoportables, y eso llevó a las personas a buscar refugios de manera desesperada. En ese contexto, un misterioso hombre al que solo se conoce como Wilford construyó un gigantesco tren de 1001 vagones para que vivan allí las clases acomodadas del mundo y pronto una extensa lista de millonarios compró pasajes para esa Arca de Noé moderna, pero cuando el vehículo estaba por ponerse en marcha, una multitud comenzó a subir por la fuerza, desatando una pequeña guerra que dejó numerosas muertes. A pesar de eso, decenas de personas lograron subir al último vagón, sin saber que la calidad de vida que les esperaba iba a ser peor que la muerte.
La acción se traslada rápidamente siete años después. Durante ese tiempo, el tren siguió en marcha sin detenerse, repitiendo año tras año el mismo recorrido. En el resto del mundo, y con una temperatura de 110 grados bajo cero, la humanidad murió. Confinados a bordo del vehículo, los últimos seres humanos luchan por un orden social que se mantiene totalmente desequilibrado. En la sección más relegada, viven de forma hacinada, sin alimentos y con una esperanza de vida muy baja, quienes subieron a la fuerza. En los vagones delanteros, poderosos millonarios disfrutan de lujos de todo tipo. Esas dos realidades alimentan una fuerte adversidad y un rencor que explotará mucho antes de lo esperado.
Un policial atípico
Alcanzan pocos minutos para comprender el tenso clima que se vive en el tren y la necesidad de los tripulantes del vagón menos favorecido por una revolución que les brinde una vida digna. Sin embargo el foco de la trama no está puesto ahí, porque la inminencia de un estallido social se convierte en el marco de un policial que presenta muchas capas.
El protagonista de la historia es Andre Layton (Daveed Diggs), uno de los muchos tripulantes del último sector. Él se acostumbró a una vida en la que no tiene nada, pero su carisma y conocimiento lo convirtió en un líder para sus compañeros. Layton tiene todo preparado para dar un golpe y tomar por la fuerza el control del tren, pero un particular suceso cambiará sus planes. Dos oficiales lo reclutan para resolver un homicidio ocurrido en la sección más lujosa del vehículo. De esta forma la serie pone el foco en esa investigación y cómo poco a poco, el protagonista descubre los muchísimos secretos que se esconden a bordo del titánico transporte y el delicado equilibrio que reina en la sección más pudiente. Las autoridades del tren necesitan resolver el homicidio porque su temor es que eso desate el caos entre los tripulantes de primera clase. Y quien debe supervisar con mano firme que la situación no empeore es Melanie Cavill (Jennifer Connelly), la cara visible detrás de la que se esconde el todopoderoso Wilfred.
El gran trabajo Jennifer Connelly
A lo largo de la historia, el personaje de Jennifer Connelly adquiere una relevancia clave. La popular actriz de Laberintointerpreta a Melanie Cavill, una importante empleada de Wilfred que lleva a cabo decenas de tareas. Servir el desayuno a los pasajeros más distinguidos, supervisar el estado de las vías, contener cualquier tipo de brote de violencia o supervisar que los cultivos den sus frutos como corresponde, su mirada está puesta en los detalles más pequeños, como también en los problemas más grandes. Y así como la ficción se apoya en Layton para descubrir el complejo tejido social que convive en el transporte, Melanie es el eje para comprender de qué forma funciona ese vehículo, y cómo la naturaleza parece empecinada en destruir ese tren y a los humanos que viven ahí su rutina.
La versatilidad Connelly le permite componer a un personaje complejo, que por un lado es una sádica villana, y por el otro una líder que muestra sus fragilidades si el exceso de responsabilidades la desborda. Y cuando la trama revela una vuelta de tuerca centrada en ella, su peso dentro de la serie cambia por completo.
El largo camino de Snowpiercer
El camino de Snowpiercer en la pantalla chica fue verdaderamente tortuoso para muchos de sus involucrados. Originalmente el coordinador de la ficción era Josh Friedman, principal guionista de Terminator: las crónicas de Sarah Connor, y de La guerra de los mundos, de Steven Spielberg. Friedman comenzó a trabajar en el libreto del piloto en 2015, y en 2017 se anunció que Scott Derrickson (director de Doctor Strange) era el elegido para realizar el primer episodio. Pero poco tiempo después, comenzaron los problemas.
Intempestivamente se comunicó que Friedman había sido despedido por diferencias creativas, y en su lugar llegó Grame Manson, cocreador de Orphan Black. Furioso, Friedman escribió en su cuenta Twitter una catarata de reclamos e insultos a la producción, mientras que Derrickson expresó en la misma red social: "Las 72 páginas del guion escrito por Josh Friedman es lo mejor que leí en mi vida. El piloto que filmé a partir de ese libreto puede que sea el mejor trabajo de mi carrera. El nuevo showrunner tiene una visión radicalmente distinta para la serie. Por mi parte, yo no voy a filmar las nuevas escenas que requiera el piloto".
De ese modo a Manson le tocó agarrar una papa caliente, con un piloto terminado que no satisfacía a los ejecutivos y un guion que debía ser reescrito. Rápidamente comenzó el proceso de reelaboración y poco a poco, el primer piloto de Snowpiercer empezó a diluirse bajo nuevas escenas que fueron realizadas por el director James Hawes. Con el proyecto otra vez en marcha, Manson explicó en una entrevista en Fortune: "En vez de hacer lo que se vio en la película, con una trama que empieza con la tripulación del final para avanzar lentamente hasta la locomotora, nosotros preferimos focalizarnos en todas las clases que conviven y conocer por completo esa desequilibrada sociedad".
Resulta absurdo comparar la versión cinematográfica con la televisiva y establecer cuál de las dos es mejor, que el espectador disfrute más con una de ellas no necesariamente significa que sean comparables. Por lo pronto, la trama policial le permite a la serie ahondar en otros aspectos de la historia que la alejan de su equivalente en cine. Bajo esa fórmula, Snowpiercer en televisión desarrolla una personalidad propia buceando en esa nueva normalidad que viven los últimos hombres y mujeres de una raza humana a un paso de extinguirse.
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