Servidor del pueblo: por qué la comedia protagonizada por el presidente de Ucrania explica su ascenso al poder
La serie producida y protagonizada por Volodymyr Zelensky, el actor devenido político, ya está disponible en nuestro país en Netflix y HBO Max
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Las ceremonias de apertura del festival de Cannes suelen ser eventos glamorosos repletos de las estrellas del cine más reconocidas del mundo sonriendo para las cámaras en la Riviera francesa. Sin embargo, esta semana, el gran protagonista de la 75a. fiesta de apertura de la muestra cinematográfica fue un comediante cuyas películas nunca se exhibieron en el festival, pero que con su presencia vía satélite conmovió al mundo entero.
Desde Kiev, Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, exactor y héroe contemporáneo dio un discurso en el que hizo referencias a El gran dictador de Charles Chaplin y a Apocalypse Now! de Francis Ford Coppola para ilustrar la necesidad de que los cineastas no le den la espalda a las realidades de la guerra. Desde el escenario, el jurado de la competencia oficial, conformado por Vincent Lindon, Rebecca Hall, Joachim Trier, Jeff Nichols, Noomi Rapace, Asghar Farhadi, Jasmine Trinca y Ladj Ly seguían sus palabras traducidas al francés y al inglés. Y junto a ellos el mundo entero, ya familiarizado con la figura de Zelensky, el actor que consiguió su papel más importante una vez que se alejó de la ficción.
Desde esta semana están disponibles en Netflix las tres temporadas de la serie Servidor del pueblo, en la que se encendió la mecha su nueva carrera. Curiosamente, la ficción también está en HBO Max, aunque en esa plataforma solo se puede ver la primera temporada de la sátira política que Zelensky produjo y protagonizó entre 2015 y 2019. Darle play a la serie en este presente en el que Ucrania y su presidente forman parte del discurso público global provoca cierta extrañeza. Ver los paisajes ucranianos fuera del contexto de las noticias de la destrucción de la cruenta invasión rusa y reírse con las aventuras del bienintencionado profesor de historia Vasily Goloborodko transformado en primer mandatario gracias a un video de YouTube subido por uno de sus estudiantes, genera inevitable incomodidad.
La comedia por sí misma funciona en gran medida gracias la actuación del protagonista y la de su elenco, especialmente los actores que interpretan a su familia de clase media lanzada a las lides del poder. Claro que entre los momentos de genuina risa es inevitable preguntarse si está bien reírse, por ejemplo, de ese chiste sobre la inauguración de su mandato en el que el nuevo presidente ensaya saludar a sus pares del mundo, “menos a Putin, que no está invitado”. Y la respuesta alivia: aunque en un principio resulte difícil, con el correr de los episodios la comedia le gana a la guerra.
A medida que el personaje se acomoda en su nuevo trabajo, la sátira política encuentra un ritmo que explica algo del carácter de Zelensky y de sus conciudadanos, ese espíritu de lucha que asombra al mundo que lo mira por TV, además de la estrategia que el presidente de Ucrania está llevando adelante. En la ficción, el idealista Vasily va a pagar su deuda con el banco aun cuando acaba de ganar la presidencia de su país e intenta empatizar con los periodistas que lo miran con recelo y justificada desconfianza. El personaje sabe, aunque sea instintivamente, lo que luego se pudo comprobar desde los inicios de la invasión rusa: una de las claves de la lucha contra la opresión está en seguir transmitiendo el mensaje aun cuando ya nadie quiera verlo.
Poco más de siete años pasaron desde que Zelensky protagonizó la comedia en la que jugaba a ser el presidente de Ucrania. El papel lo inspiró tanto que primero formó un partido político usando el título de la ficción como nombre, luego se postuló a presidente y ganó las elecciones con más del 70 por ciento de los votos. Una decisión que podría haber quedado en una anécdota, en una curiosidad de la geopolítica mundial para clasificar al lado de la presidencia del exactor Ronald Reagan o el protagonista de reality shows Donald Trump. Sin embargo, ya se sabe qué sucedió con la presidencia de Zelensky. En el poder desde abril de 2019 - asumió apenas unos días después de que se emitiera el último episodio de Servidor del pueblo-, el mandatario se transformó en un héroe de su país y una figura que representa la lucha contra la opresión y la dictadura de Vladimir Putin en todo el mundo.
Y aunque parezca extraño, su mejor carta de presentación es la serie, que comienza con un montaje de apertura que impacta y conviene no saltear: se trata de un recorrido por la ciudad de Kiev que la muestra como cualquier otra metrópoli del este europeo. Sin invasores, destrozos, refugios ni dolor, un recordatorio audiovisual contundente de la tragedia de una guerra que según aseguró ayer Zelensky, “el dictador perderá”.
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