Senderos peligrosos: cómo es la adictiva miniserie sobre una historia de venganza con varias vueltas de tuerca
El thriller británico, creado y dirigido por Marnie Dickens para Amazon Prime Video, se inspira en Perdida de David Fincher, pero le suma aristas telenovelescas que le juegan a favor por su manejo de la comedia negra y los frecuentes giros argumentales
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Senderos peligrosos (Wilderness, Reino Unido/2023) Creada por: Marnie Dickens. Dirección: So Yong Kim. Guion: Marnie Dickens y Matilda Feyiṣayọ Ibini, basado en la novela Wilderness, de B. E. Jones. Elenco: Jenna Coleman, Oliver Jackson-Cohen, Ashley Benson, Talia Balsam, Eric Balfour. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: buena.
Senderos peligrosos no le teme al trazo grueso. Por el contrario, abraza la comedia negra y se aferra a sus aristas para que su núcleo argumental resulte deliciosamente absurdo, pero no por eso poco relevante. Lejos de la solemnidad, la producción británica de Marnie Dickens que llegó este mes a Amazon Prime Video, se divierte a la par de su protagonista, Liv Taylor (la extraordinaria Jenna Coleman, quien ya se había destacado en otras miniseries, como Victoria, The Cry y La serpiente), en ese recorrido sinuoso que incluye las emociones más diversas.
La ficción basada en la novela de B. E. Jones parte de una bronca contenida e incorpora como “gancho” una figura ineludible del zeitgeist: a la estrella pop Taylor Swift. La intro con la regrabación de “Look What You Made Me Do (Taylor’s Version)” del disco bisagra de la artista, Reputation, funciona como leitmotiv de este thriller sucinto que no da vueltas y que registra, en esencia, la historia de una venganza.
Liv es una periodista y escritora quien, un poco por amor y otro tanto por su deseo de escapar de un contexto familiar áspero, acepta la propuesta de matrimonio del encantador y persuasivo Will (Oliver Jackson-Cohen, nuevamente en modo villano) y deja su trabajo y su ciudad natal, Londres, para instalarse con su marido en Nueva York. Allí, se convierte en la mujer que ese hombre necesita: amable, cándida, servicial, maleable a sus anhelos. Sin darse cuenta, la protagonista va perdiendo autonomía, va olvidándose de su vocación, va abandonando la escritura y va convirtiéndose en una figura decorativa dentro del mundo de su pareja. Su sumisión es tal, que es un llamado de atención inesperado lo que termina por despertarla, un chasquido que la arroja en un ejercicio revisionista de esa relación cuyos indicios de toxicidad le resultaban imperceptibles.
El suceso que le saca la venda de los ojos es un mensaje de texto que le llega a su marido en el que queda claro que este se vinculó sexualmente con otra mujer. Al confrontarlo, Will despliega un manual de frases hechas con el que termina convenciendo a Liz de que esa situación no volverá a repetirse. Todo parece volver a esa inquietante normalidad hasta que otro hecho saca de eje a la protagonista, la confirmación de que su marido tiene un vínculo paralelo con una compañera de trabajo, Cara (Ashley Benson).
Tras una segunda confrontación, Will apela a otro embate con el carisma como herramienta, con el regalo de un road trip por los Estados Unidos, uno de los sueños de su esposa. Sin embargo, ya es tarde. Para ese momento, Liz está decidida a tensar la cuerda, a comprobar hasta qué punto su esposo está dispuesto a llegar con la mentira, sobre todo cuando en ese viaje se encuentran con Cara y la serie se vuelve más interesante.
Si hasta ese momento Senderos peligrosos mostraba las influencias del monólogo de “la chica cool” que escribió Gillian Flynn en Perdida -y que luego reescribió para el guion del film de David Fincher-, con una mujer con una historia familiar que moldeó su psiquis y quien estalla cuando se siente subestimada, con el ingreso de Cara en la historia se vuelve menos lineal. El vínculo entre la esposa engañada y esa otra mujer que es mucho más que “la amante” -la ficción intenta eludir las nomenclaturas, los estereotipos- enriquece el relato porque muestra lo que muchas veces se invisibiliza: cómo el hombre es el responsable de sus acciones, aunque el peso termine cayendo en “la tercera en discordia”.
De esta forma, la venganza de Liv no se direcciona hacia Cara, con quien establece un lazo a raíz de un entendimiento mutuo, sino hacia Will, una persona que va mostrando su costado más abyecto cuando su esposa va sacándose su otra piel, la máscara de la mujer modelo que a él tanto le convenía tener cerca suyo.
Por lo tanto, si bien en determinadas secuencias Senderos peligrosos es un tanto redundante en su discurso (la voz en off remite a la serie You y no siempre aporta datos relevantes) y también se engolosina con sus giros argumentales, su narrativa apunta a abrir un debate, a generar una conversación sobre las infinitas ramificaciones del patriarcado. Aunque en el medio de su narrativa se incluya un whodunit, se vuelque hacia el policial, en el fondo siempre está abordando la desigualdad de género con unos jugosos intercambios entre Coleman y Jackson-Cohen, este último en un rol similar a los que interpretó en la serie La maldición de Bly Manor y en el largometraje El hombre invisible.
Senderos peligrosos está disponible completa en Amazon Prime Video.
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