Netflix: por qué Peaky Blinders se convirtió en un fenómeno global
El estreno de la quinta temporada de Peaky Blinders, el viernes, en Netflix es uno de los grandes eventos televisivos de 2019. En los últimos años, la ficción centrada en una pandilla de mafiosos de la ciudad británica de Birmingham ganó una sólida base de fans que poco tiene que envidiarle a la de otros éxitos como Game of Thrones o Breaking Bad, especialmente en la Argentina, donde hasta el presidente Macri se declaró incondicional de la ficción. Pero la historia detrás de la historia de la serie es la de un guionista que decidido a contar una saga muy personal, que se abrió camino en la pantalla sin perseguir modas, proponiendo un relato que necesitó tiempo de maduración para convertirse en un título de gran prestigio de la BBC.
Un cuento de familia
A comienzos del siglo XX, un hombre le pidió a su hijo: "Llevale este papel a tu tío". Los tíos en cuestión eran los Sheldon, miembros de un poderoso clan criminal. El niño quedó impactado por esa historia, y ya convertido en adulto, le contó esa anécdota a su propio hijo. Con el tiempo, ese hijo se convirtió en guionista y quiso contar la saga de esos criminales que tanto habían impactado a su padre. Los Sheldon se convirtieron en los Shelby, y así fue como Steven Knight creó Peaky Blinders, ficción basada en viejos relatos familiares.
Knight es un autor fascinado con los códigos de los submundos delictivos, como se vio en su guion Promesas del Este, que luego dirigió David Cronenberg. Su amor por el género no le impide ser un productor con un notable conocimiento del público y en 1998 revolucionó la televisión inglesa cuando creó el formato de ¿Quién quiere ser millonario?, que actualmente se ve por Telefe en su versión local.
En 2012, el guionista preparaba su ópera prima, Redención. Durante la filmación de esa película protagonizada por Jason Statham, Knight fantaseaba con la idea de una serie ubicada a principios de siglo XX, y protagonizada por un grupo de delincuentes. Así nacieron los primeros bocetos de Tommy Shelby, el líder de la banda. La creación de ese personaje era perfecta para Knight: no solo le permitía explorar los tejes y manejes del mundo del hampa de ese período, sino que también le dejaba realizar una radiografía emocional de los hombres que habían sobrevivido a la Primera Guerra Mundial. De esa manera, comenzó a construir un mundo alrededor de ese antihéroe finamente delineado; quiénes eran sus aliados y sus rivales, y el nacimiento de un mundo que invariablemente parecía condenado a arrodillarse ante el poder de los "Peaky Blinders".
El crecimiento del culto
El 12 de septiembre de 2013 se emitió en la BBC2 la primera temporada de Peaky Blinders. El recibimiento del público fue tibio, y los medios especializados mostraron poco entusiasmo ante la propuesta. Todas las miradas aseguraban que la saga era un sinfín de clichés y de personajes poco elaborados que no aportaban nada nuevo al abarrotado cosmos de las series. Mientras tanto y por debajo del radar, algunas voces anónimas defendían la calidad de esa historia. A pesar de estar lejos de ser un producto estrella, la BBC aprobó la producción de una segunda temporada.
Contra todas las expectativas, y con el estreno de los nuevos episodios, el 2 de octubre de 2014, las autoridades de BBC2 descubrieron que esa pequeña ficción de mafiosos había crecido más de lo esperado. En ese año paréntesis entre las dos temporadas, nació un nutrido grupo de fans ingleses que seguían con fidelidad cada episodio, a medida que la producción demostraba una notable madurez en sus guiones, todo escritos por el propio Knight. La saga de los Peaky Blinders ganaba en ambición, y Cillian Murphy en la piel de Tommy Shelby (un personaje pensado inicialmente para Jason Statham) se convirtió en un ícono de la pantalla chica.
Frente a la popularidad en ascenso de la ficción, aparece en escena el productor norteamericano Harvey Weinstein y compra los derechos para su emisión en otros mercados. Pero poco tiempo después, y frente a ola de denuncias por abuso y acoso que recibió el productor, la ficción recibió un apoyo clave que terminó de consolidarla a nivel internacional. Netflix adquirió sus derechos globales y no solo agregó a su catálogo todos los episodios realizados hasta el momento, sino que también comenzó a estrenar las nuevas temporadas una vez que finalizaran su emisión en Gran Bretaña.
Con el estreno de la cuarta temporada, en noviembre de 2017, Peaky Blinders ya era un éxito instalado. Celebridades de la talla de David Bowie, Leonard Cohen, Snoop Dog o David Beckham se reconocían como fans, y la BBC finalmente comprendió que tenía entre manos un verdadero hit, motivo por el que la sacó de BBC2 para emitirla en su canal emblema, BBC. Para Knight, según contó en una entrevista con Rolling Stone, hubo una razón muy sencilla que hizo de su creación un culto masivo: "No sucedió porque hubiera una gigantesca campaña de marketing. Simplemente pasó porque la gente se enganchó con la serie y empezó a recomendársela a amigos. La palabra boca a boca suele utilizarse mucho, pero en este caso da en el clavo".
El turismo en Birmingham (ciudad industrial del centro de Inglaterra en la que transcurre la historia) aumentó exponencialmente, aunque irónicamente allí no se filme absolutamente ninguna escena de la ficción. También se puso de moda el característico look de Cillian Murphy, aunque el actor lo odie profundamente: "Ahora resulta que en el Reino Unido todo el tiempo se ven hombres pidiendo ese corte. No puedo entender por qué". Con el culto instalado, pronto aparecieron bares, fiestas y hasta casamientos temáticos basados en la serie, mientras los nombres Ada y Arthur (los hermanos de Tommy Shelby, interpretados por Sophie Rundle y Paul Anderson) se ponen de moda entre los recién nacidos. Como todos los productos que generan ese fanatismo a su alrededor, el de Peaky Blinders tuvo que ver no solo con una identidad estética perfectamente delineada, sino también con un grupo de personajes dueños de un carisma animal, trazados con precisión por la mano del todopoderoso Steven Knight.
Un éxito (casi) sin influencias
El creador de la historia siempre trabajó por darle a su producto un voz propia. No fueron pocas las veces que la ficción fue comparada con otros éxitos recientes de la televisión norteamericana. Pero el guionista negó en varias oportunidades una posible filiación con esos títulos, simplemente porque jamás quiso verlos para no dejarse influir. Por ese motivo es que Peaky Blinders no se acerca a la violencia de un forma despojada como en The Wire, ni pone el acento en el plano psicológico como en Los Soprano, ni se obsesiona con las citas al cine de gánster clásico como en Boardwalk Empire. Nada de eso: Peaky Blinders triunfó en la prueba más difícil de todas, que fue la de renunciar a una posible herencia televisiva para encontrar un camino propio.
La única influencia que el autor confesó abiertamente fue la del western. El guionista se reconoció como un fan de los vaqueros, un género que la cinematografía inglesa ignoró por completo. Valiente en su toma de decisiones, Steve Knight abrazó una herencia bastarda que poco tenía que ver con el ADN inglés, e impuso los códigos del western a un relato anclado en la historia de su país. Y para blanquear ese amor profano, Knight comenzó su serie mostrando a Tommy a caballo.
En esa búsqueda por construir una propuesta auténtica, el guionista mezcló otros ingredientes que se convirtieron en su firma personal, y el uso de la violencia fue uno de ellos. A pesar de ser una saga plagada de luchas, Knight buscó para las peleas un tono adecuado, y si bien hay una evidente estilización de la violencia, la intención es que el espectador sienta en carne propia cada uno de esos golpes. En una entrevista para la BBC, el autor expresó: "Siempre soy muy cuidadoso con que cada acto de violencia tenga consecuencias concretas en la evolución de la historia. En el mundo real, muy rara vez una pelea no deriva en grandes consecuencias".
Por otra parte, otro de los grandes hallazgos de Peaky Blinders es el desinterés por construir con fidelidad la época en la que transcurre la acción. Knight sabía que su intención no era hacer un lienzo de época, sino darle vida a sus particulares antihéroes: "Toda la serie trata sobre el escaparse. Desde un punto de vista particularmente británico, el eje de todo versa sobre si alguien puede huir del lugar del que nació". Esas palabras que el guionista dio en una nota para el New York Times tienen que ver con el verdadero eje del relato. Y en esa necesidad por faltarle el respeto a la reconstrucción de época, Knight encontró un tono que fue el que tanto cautivó a su público, en el que la Birmingham más sucia de los veinte, se cruza con la música de Nick Cave, los Artics Monkeys o PJ Harvey.
La decisión de no obsesionarse con la época puso a esa ficción en la vereda opuesta a la de otro popular producto inglés de corte histórico: Downton Abbey (éxito de ITV, la cadena privada británica que es la eterna rival de la BBC junto a Channel 4). Mientras una refleja el submundo más envilecido, la otra hace foco en los aristócratas conflictos de una familia acaudalada. Y si bien ambas no podrían estar más alejadas, fue un productor de Peaky Blinders, Laurie Borg, que adoptando la agresiva tesitura de los Shelby no dudó en "bancar la parada" al expresar: "Nuestro objetivo es el opuesto absoluto de Downton Abbey, a la que considero la serie más aburrida de la televisión".
Un saga entre guerras: ¿cuándo terminará la épica Shelby?
Luego de un exitoso paso por su Gran Bretaña natal, Netflix estrena la quinta temporada de Peaky Blinders, poniendo a disposición del público los seis episodios que la integran (las temporadas previas están disponibles en la plataforma). En esta nueva etapa, Tommy continuará su lucha ya no solo por expandir su territorio, sino por legitimar su posición de poder dentro de los sectores más influyentes de la sociedad inglesa. Y para conseguirlo, deberá involucrarse cada vez más en la política de su país.
Firme y pisando seguro, la saga no da señales de fatiga, y respaldado por un masivo apoyo de público y crítica, Steven Knight confirmó que aún falta mucho por contar. El guionista reveló que la historia terminará en dos temporadas, con la Segunda Guerra Mundial dando sus primeros pasos. De ese modo la épica de los Shelby y su lucha por el poder se contextualizará en el período de entreguerras, y los enormes cambios que trajo a Inglaterra y el mundo. Y con Peaky Blinders y cada una de sus nuevas temporadas, el mundo de las series también cambia y evoluciona a través de una ficción que quizá, sea de las últimas representantes de esta edad de oro televisiva.
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