Samantha Morton, de regreso a la industria del sexo del siglo XVIII, en Harlots
La actriz británica Samantha Morton es conocida por sus destacados trabajos en películas independientes, matizados por algunas incursiones en el cine de Hollywood. Fue la novia del guitarrista interpretado por Sean Penn en Dulce y melancólico, de Woody Allen ; protagonizó El viaje de Morvern, de Lynne Ramsay; tuvo un papel central en Minority Report: sentencia previa, de Steven Spielberg , junto a Tom Cruise; interpretó a María Estuardo en Elizabeth: la edad de oro; y se convirtió en parte del universo extendido de Harry Potter por su trabajo como villana de Animales fantásticos y dónde encontrarlos.
Pero como sucede por estos días con muchos otros talentos, Morton encontró en la TV, medio en el que comenzó su carrera en 1991, una nueva oportunidad para brillar. En Harlots, una serie centrada en la prostitución en la Londres del siglo XVIII, interpreta a Margaret Welles, dueña de un burdel y madre de dos hijas, que se encuentra en medio de una guerra con Lydia Quigley, la madama de un establecimiento de lujo, encarnada por Lesley Manville (El hilo fantasma).
La segunda temporada de la serie se estrenará este viernes, a las 23, por Fox Premium Series y Fox Play. En estos nuevos episodios se seguirá desarrollando la historia de Margaret, sus aliados y enemigos, además de presentarse nuevos personajes como Lady Fitz, una aristócrata interpretada por Liv Tyler . "Si la primera temporada fue encontrar nuestro lugar y compartir este mundo con todo el mundo, la segunda es como que ya estamos corriendo con la historia y muy orgullosos de contarla", dice Morton, en una charla telefónica con La Nación.
El hecho de que Harlots haya sido creada por mujeres –sus responsables son Moira Buffini y Alison Newman– y tenga mayoría de elenco femenino fueron factores importantes para la actriz a la hora de elegir participar de la serie, tanto como la calidad del proyecto en cuanto a los guiones y a los directores involucrados.
"Cada set es distinto y tiene su propia energía y química entre la gente –dice Morton sobre la dinámica particular del rodaje de esta serie–. Fue genial porque había mucha camaradería entre mujeres y nos cuidamos entre nosotras. Muchas somos madres así que hablamos no sólo de trabajo y nos brindamos apoyo".
Con una mirada femenina, la serie ofrece una perspectiva distinta sobre la prostitución que lo que se acostumbra ver en cine y TV. Se trata de una visión con mayor predisposición a ahondar en las vidas de estas mujeres y en la forma en la que se desarrollaba el negocio en la Inglaterra del siglo XVIII. Harlots no deja de presentar el sufrimiento y la explotación de estas mujeres atrapadas en una vida de la que era muy difícil poder salir, pero también presenta la fortaleza, cierta rebeldía y sentido del humor de los que son dueñas. El personaje de Margaret Wells resume de alguna manera todo esto que la serie va presentando a través de distintas líneas de la historia y por eso era esencial contar con la interpretación de una actriz como Morton.
"Creo que lo que me pareció fascinante y resultó nuevo para mí fue entender el costado económico de la industria del sexo en la Inglaterra del período georgiano. No sabía cuánto aportaban las mujeres a la economía a través del negocio del sexo", dice la actriz, con respecto a lo que aprendió sobre el tema de la serie.
Para Morton, Harlots tiene un lugar especial en el contexto actual de la lucha por los derechos de la mujer. "Es muy importante en este momento tener historias de mujeres, escritas por mujeres –dice la actriz–. En la serie tenemos escritoras, directoras, productoras y un elenco de mayoría femenina. Los hombres están en un rol secundario, como apoyo de nuestra historia. Casi siempre, las mujeres son las que están como apoyo de los hombres en sus historias, las esposas, las novias, las hermanas, las madres, todo eso".
Aunque la intérprete aclara que la serie no es una declaración feminista sino que aspira a comunicar desde una perspectiva femenina. "Sólo se trata de poder contar nuestras historias de la manera en la que queremos contarlas", explica Morton, quien expresa que la industria del entretenimiento necesita mayor igualdad y apoya a los movimientos Me Too y Time’s Up.
La actriz habló públicamente en el pasado sobre el abuso sexual que sufrió cuando era niña y vivió en hogares adoptivos temporarios, ya que sus padres no podían hacerse cargo de ella. Morton hizo su primera película como guionista y directora, The Unloved, para contar su propia historia, aunque ficcionalizada.
Ya en la adolescencia, encontró su vocación en la actuación, donde supo volcar una gran intensidad y sensibilidad. Sus primeros trabajos fueron en series y películas para televisión pero en 1997 debutó en cine con un papel protagónico en A flor de piel, de Carine Adler. Dos años después fue convocada por Woody Allen para interpretar al interés amoroso de Sean Penn en Dulce y melancólico. La interpretación que hizo la actriz de una joven muda le valió una nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto.
"Cuando era muy joven me ofrecieron películas muy comerciales –dice Morton–. Lucía diferente y pensé que si elegía esos grandes roles en cosas comerciales qué pasaba si después no trabajaba. Porque yo quería trabajar para siempre. Quiero seguir trabajando cuando tenga 60, 70, ojalá 80 años. Quiero seguir siendo una buena actriz y mejorar todo el tiempo. Una quiere mejorar en lo que hace y no quedarse estancada. Es difícil para una mujer mantenerse empleada, por cómo es esta industria".
Seguir su intuición y leer con cuidado los guiones para ver si los personajes le parecen intrigantes o se siente identificada es el modo que encontró la actriz de elegir sabiamente qué trabajos hacer. Así hizo El viaje de Morvern; Synecdoche, New York - Todas las vidas, mi vida, de Charlie Kaufman; Control, la biografía de Ian Curtis, dirigida por Anton Corbijn; Cosmópolis, de David Cronenberg; La señorita Julia, de Liv Ullmann; y, por supuesto, Minority Report: sentencia previa, de Spielberg, entre otros films.
"El señor Spielberg es un visionario. Es muy, muy distinto a hacer una serie de televisión, en la que el director tiene que filmar muchas páginas de guión por día", dice la actriz sobre su trabajo con el legendario cineasta.
Para Morton trabajar en una película es un lujo, por los tiempos menos apurados que tienen las producciones cinematográficas. Pero en la televisión encuentra oportunidades como la de interpretar a un personaje tan complejo como Margaret Wells, algo más difícil de conseguir en el cine.
"Los papeles se están escribiendo pero no se están financiando –dice Morton–. El problema es cómo vemos a la industria del cine como negocio. Hay muchas historias de mujeres que están esperando ser contadas por gente que las escribió pero se trata de conseguir financiar esas películas, distribuirlas y llevarlas a festivales. Y es complicado porque se trata sobre el dinero y la taquilla".
A pesar de la aparición de películas como Mujer maravilla, la actriz no está muy segura de que los films de mayor presupuesto vayan a ser historias femeninas en un futuro cercano pero sí ve que eso está sucediendo en la televisión.
"Me parece que la televisión británica siempre hizo esto -dice Morton-. Siempre hubo buenos papeles para mujeres, como Prime Suspect con Helen Mirren. Está habiendo cada vez más y eso es muy bueno. Queremos equilibrio. Tiene que ser 50/50".
La televisión seguirá contando con la presencia de Morton, quien se unió al elenco de The Walking Dead en su novena temporada, cuyo estreno en la Argentina está previsto para el 7 de octubre, por Fox Premium Series. La actriz británica llevará su talento y esa intensidad que la caracteriza a la interpretación de Alpha, la líder de los Susurradores, nueva villana de la exitosa serie sobre zombis.
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