*ATENCIÓN: ESTA NOTA CONTIENE SPOILERS SOBRE LA PRIMERA TEMPORADA DE
Dentro de las ofertas de la plataforma de streaming Apple TV +, Servant podría ser definida como una rara avis con destino a serie de culto. El thriller psicológico creado por Tony Basgallop y producido por M. Night Shyamalan fue una de las grandes sorpresas de 2019, con diez episodios de menos de media hora en los que cualquier cosa podía suceder.
Asimismo, Servant ya es engañosa desde su título, uno que adquiere múltiples acepciones a medida que la historia avanza, una historia que no teme en quebrar su relato ya en el primer episodio, "Renacido", cuando vemos que Jericho, ese bebé para el que Dorothy (Lauren Ambrose) y Sean Turner (Toby Kebbell) contratan a una niñera, Leanne (Nell Tiger Free), no es más que un muñeco que Sean y su cuñado Julian (Rupert Grint) utilizan para que Dorothy sobrelleve el estrés postraumático por la muerte de su niño.
Uno creería que Servant abordaría ese relato devastador como una tragedia, pero lo que hace de la serie una experiencia inmersiva –que lejos de expulsar de su dura narrativa, conduce a una contemplación compulsiva– es su juego con el humor negro y su capacidad para narrar cuatro visiones de un hecho en simultáneo. En este thriller, nadie tiene la verdad revelada. El espectador, mucho menos. Son más las puertas que se abren y ese es su fuerte.
En una entrevista exclusiva vía Zoom con LA NACION con motivo del estreno este viernes de la segunda temporada, Rupert Grint habla de cómo continúa su tradición de imprimirle una veta hilarante a su personaje –como lo hizo con Ron Weasley de la saga Harry Potter y con Daniel Glass en la serie británica Sick Note–, y alude a las complejidades de filmar la historia de un duelo en un espacio abrumador y con un muñeco en sus brazos, especialmente tras haberse convertido en padre.
–¿Qué nos podés revelar de la segunda temporada?
–A veces me resulta muy difícil hablar de la serie porque está llena de vueltas de tuerca, y siempre terminamos espoileando algo. Lo que puedo decir es que en esta segunda temporada la dinámica de la historia cambia radicalmente. Ahora que Dorothy ve al muñeco y no a su hijo, Servant se convierte en un relato centrado en la búsqueda de un niño desaparecido. Eso genera muchos problemas para Julian y Sean, quienes intentan manejar la situación con ella, a la vez que buscan alejar a la policía. Ese es el principal desafío. Todo parte desde ese punto y se va volviendo cada vez más compleja. También van a entrar muchos personajes nuevos. Creo que si la primera temporada estaba más cercana al misterio, la segunda se convertirá en un drama con muchas preguntas, en un thriller muy divertido.
–Hablando de diversión, tu personaje es quien aporta la cuota de humor a Servant. Ya en la serie Sick Note también te volcabas a eso, ¿te sentís cómodo en la comedia?
–Siempre me ha interesado mucho el humor negro, también me parece algo muy humano intentar encontrarlo en los momentos más oscuros. Obviamente el centro de esta historia es una tragedia, y es muy perturbadora, por eso el humor es lo que se necesita para quebrar eso. Se requiere de un poco de luz y Julian, mi personaje, es muy gracioso, y me divierte interpretarlo.
–¿Qué atmósfera se crea al filmar prácticamente toda la serie en una misma locación, en esa casa que es un personaje más?
–Sí, es un estudio montado para la serie pero que en realidad termina siendo una casa con todas sus funcionalidades. Generalmente, un set tiene la estructura de un rompecabezas, pero este es otra cosa, es una casa que tiene su propia plomería, todo es real, todo funciona. Por lo tanto, cuando estás allí dentro, te olvidás de que está todo diseñado para la serie y realmente sentís que te encontrás dentro de una casa en Filadelfia, porque también es un espacio pequeño para trabajar. Aunque la casa es grande, tiene muchas habitaciones y por momentos el clima que se genera es bastante claustrofóbico. Todo está muy contenido. La atmósfera es como espesa... a veces uno siente alivio cuando se retira porque al estar tanto tiempo allí te invade esa necesidad de salir. Es una experiencia interesante.
–¿Cómo es trabajar con el muñeco? Leí que te ponía incómodo por momentos...
–Uff... sí, me da mucho miedo ese muñeco (risas) Es muy raro trabajar con él, porque hay secuencias en las que tenés que sostenerlo como si fuera una persona real y es extraño. Además de eso, yo fui padre el año pasado en plena pandemia [su pareja, la actriz Georgia Groom, tuvo a una niña, Wednesday, en mayo de 2020], lo cual le agregó toda una nueva capa al trabajo en la serie, especialmente cuando tenés a ese muñeco en brazos y la sensación es muy similar a la de sostener un niño, hasta que lo mirás a los ojos y es el infierno mismo, es aterrador.
–¿Pensás que Servant es, ante todo, una serie sobre el duelo por la pérdida de un hijo?
–Creo que es una serie sobre el no poder hacer el duelo por la pérdida de un hijo, si bien maneja muchos temas. Es sobre gente que evita sufrir, cada uno a su manera. En el caso de Julian, su humor, su bravura, su necesidad de estar tomando alcohol todo el tiempo, son maneras que tiene para evitar hacer lo que debería estar haciendo, que es llorar a su sobrino, sobre todo porque es el que descubre lo que pasa, y es testigo de una tragedia. Lleva sobre sus hombros la culpa, y en esta temporada vamos a ver cómo todo lo que siente, todos esos sentimientos que elude, van a regresar en cierto modo. Vamos a conocer su costado vulnerable.
–¿Qué pensaste sobre la serie cuando leíste el guion del piloto?
–Leí mi escena, pero no tenía contexto. Me encontré de repente con dos hombres discutiendo sobre un muñeco. No tenía idea de qué se trataba en ese momento, así que me generó mucha intriga. También esos diálogos que escribe Tony [Basgallop], que son muy secos y directos, son como golpes, tienen un ritmo con el que me gusta trabajar. Eso me atrajo mucho, y a medida que fui recibiendo el resto de los guiones, me entusiasmó la idea de cómo, en un mismo lugar, se cuentan las realidades de cuatro personajes tan distintos.
Servant es una serie sobre gente que evita el sufrimiento
–¿Cómo es trabajar con Lauren Ambrose? Tenés escenas muy intensas con ella...
–Lauren es extraordinaria. La adoro. Es una actriz tan talentosa... es muy interesante trabajar con ella las secuencias donde se expone esa dinámica familiar que tienen Dorothy y Julian. Creo que él la quiere mucho, todo lo que hace por ella lo hace desde ese lugar, desde el amor, desde el instinto de protección de su hermana. Él quiere evitar que le hagan daño. A la vez, eso mismo que está haciendo está mal, es contraproducente y no la ayuda. No quiero revelar demasiado, pero en la segunda temporada vamos a descubrir más aristas de su relación.
–¿Cómo definirías a Shyamalan como productor, director y fuerza creativa, junto a Tony, de la serie?
–Él es la razón principal por la que acepté este proyecto: porque es brillante en este género. También es muy interesante ver cómo trabaja en el set, cómo está observando cada mínimo detalle. Tiene el pasado, presente y futuro de los personajes todos en su cabeza, y siempre sabe cómo responder ante una inquietud. Es fascinante.
–¿Cuál es tu película favorita de su filmografía?
–Es una pregunta muy difícil porque son todas geniales, pero me inclino por Sexto sentido. Fue la que más que se quedó conmigo, es atemporal, siempre vuelvo a ella, y siempre me olvido de que Bruce Willis está muerto (risas).
Cuándo y dónde verla. La segunda temporada de diez episodios de
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