La nueva producción de las creadoras de GLOW, Liz Flahive y Carly Mensch, es un interesante retrato del universo femenino con toques grotescos, y estará disponible este viernes en Apple TV+
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Mientras ayuda a su hijo mayor a preparar la valija para la universidad, una madre se quiebra al pensar en las múltiples implicancias de su partida. El nido no quedará vacío: su hijo más pequeño todavía permanece allí con toda su inocencia, su bella ingenuidad. Sin embargo, esa mujer no soporta, aunque no lo manifieste, lidiar con el pretérito, dejar que las vivencias se conviertan, naturalmente, en recuerdos.
Por lo tanto, cuando ella misma decide emprender un road trip con su madre, quien sufre de demencia, la situación se le hace insostenible. Una tarde, toma un álbum de fotos de su infancia, sonríe al ver esa postal de un día de playa con sus padres, la agarra fuerte entre sus manos, la coloca sobre su pecho.... y se la come. Esa acción la transporta directamente a esa jornada idílica, cuando todavía era una niña y no había nada de qué preocuparse. El poder de la evasión es tan grande que, para el momento en que termina su historia, ya no quedan imágenes sin digerir ni recuerdos que revivir. Los devoró todos.
Nicole Kidman protagoniza “The Woman Who Ate Photographs” [”La mujer que comía fotografías”], uno de los ocho episodios de Roar, la nueva ficción de Apple TV+ que se estrena este viernes y que fue concebida por Liz Flahive y Carly Mensch, las creadoras de la brillante GLOW. Basada en los relatos de la irlandesa Cecelia Ahern, quien además produce la serie junto a Kidman, esta serie de antología parte de una mirada feminista propia de sus showrunners y, al mismo tiempo, tiene guiños a producciones como Black Mirror y True Detective, y a films como El bebé de Rosemary y a los más recientes The Babadook y Hermosa venganza.
En efecto, cada episodio es una caja de Pandora, siempre con una mujer en el centro y un componente fantástico que, sin excepciones, opera como un MacGuffin para aludir a problemáticas femeninas, desde la presión por encontrar pareja y los miedos que llegan con la maternidad hasta la violencia de género, entre otras.
Flahive y Mensch ya habían demostrado con GLOW su interés por explorar, en episodios breves, experiencias de mujeres de diferentes edades, backgrounds e intereses. En Roar repiten la fórmula pero, en relación al material que toman como inspiración, son más osadas narrativa y estilísticamente. El rugir de sus personajes centrales, que puede interpretarse como un grito de rebelión contra el mundo, es el grito de las showrunners, quienes ponen bajo el mismo paraguas diversas luchas diarias que imploran una liberación, ya sea comiendo una foto como manteniendo un vínculo con un pato. Esos instrumentos catárticos son el as bajo la manga de la ficción.
“Cuando leímos el libro de Cecelia, Carly y yo tuvimos la misma reacción, lo sentimos como algo único”, cuenta Flahive en una conferencia de prensa vía Zoom de la que participó LA NACION. “Los cuentos abrían un mundo de posibilidades, podíamos tomarlos y hacerlos propias, darles un giro, teníamos la idea de incluir el realismo mágico y los elementos surrealistas y por eso era muy importante que cada actriz se entregara a ese tono, había que establecer un lazo de confianza muy fuerte con ellas, y fuimos muy afortunadas en ese aspecto”, remarca.
Roar cuenta con las actuaciones de Kidman, Cynthia Erivo, Merritt Wever, Alison Brie y Betty Gilpin (una piezas fundamental de GLOW), Fivel Stewart, Issa Rae y Meera Syal, las estrellas de sus singulares episodios. “Cada capítulo tiene una influencia distinta”, expresa Flahive. “Por eso lo más complejo fue encontrar el equilibrio para que la serie también sea algo homogéneo, más allá de que las referencias, en muchos casos cinematográficas, vienen de mundos que contrastan”, añade. Fivel Stewart, protagonista de “The Girl Who Loved Horses” [”La chica que amaba los caballos”], prepara al espectador para los ribetes surrealistas. “Los capítulos juegan con el ridículo, confiando en que quien los vea pueda encontrar los significados ocultos, las metáforas”, destaca la joven sobre el tono de la ficción.
La tragicomedia del universo femenino
En “The Woman Who Found Bite Marks On Her Skin” [”La mujer que encontró marcas de mordidas en su piel”], Cynthia Erivo ratifica su versatilidad en un episodio extraordinario en la que encontramos a la actriz mostrando otra faceta, muy lejos del mundo de las biopics y de figuras como Harriet Tubman y Arteha Franklin. En Roar, la artista es Ambia, una mujer que se convierte en madre por segunda vez e intenta equilibrar esa realidad personal con la laboral, una en la que aspira a romper el famoso techo de cristal en una empresa monopolizada por ejecutivos hombres. El miedo a perder su trabajo a manos de uno de ellos la convierte en workaholic y esa adicción la mantiene lejos de su familia. ¿El resultado? Su cuerpo empieza a llenarse de marcas, como si hubiese sido mordida por ese niño que la reclama con su llanto.
En diálogo con LA NACION, Erivo describió a su episodio como “salvaje” en su manera de registrar los malabares que debe hacer esa mujer para poder disfrutar de todo al mismo tiempo, sin sentir culpa ni verse obligada a sacrificar deseos en el camino.
“Me gustó el concepto de Roar, cómo se toman esos pensamientos que yo también tengo y sobre los que hablo para luego darles una manifestación física, para mostrarnos lo extraño de esos dilemas”, explica la actriz y añade: “Espero que la seria promueva debates sobre estas situaciones, yo quiero ser parte de eso, para que podamos empezamos a ver ciertos tópicos de otro modo”. En el caso de Merritt Wever, la actriz que ya estaba familiarizada con el modo de escribir de Flahive por la serie Nurse Jackie, comanda el episodio más complejo, no solo en cuanto al tono sino también a la temática, y sale airosa gracias a ese talento enorme que tiene para brindarles a sus personajes una verosimilitud a la que nos entregamos a ciegas.
"Me gustó el concepto de Roar, cómo se toman esos pensamientos que yo también tengo y sobre los que hablo para luego darles una manifestación física"
Cynthia Erivo
Wever interpreta a una mujer que tiene su vida en pausa tras la muerte de su padre, y que es indirectamente presionada por su hermana para formar una familia. Hastiada de sentir que el estar soltera a los 30 habilita la mirada crítica de su entorno, encuentra en el pato de un parque a la única figura que no la juzga, y así es cómo surgen las conversaciones entre ambos. El delirio de la premisa es contrarrestado por el in crescendo de ese vínculo inusual, una parábola sobre la violencia de género extremadamente duro, incluso en los pasajes más grotescos.
“Me atraía ingresar en un mundo fantástico, con circunstancias extraordinarias y, dentro de esa irrealidad, hacer un trabajo lo suficientemente real”, cuenta la actriz ganadora del Emmy en la conferencia de prensa. “Hay una tensión que se va generando entre los episodios que se maneja de manera magistral”, subraya.
Respecto a esa tensión, Alison Brie le pone al cuerpo a Becky en “The Woman Who Solved Her Own Murder” [”La mujer que resolvió su propio asesinato”], un capítulo donde las referencias a True Detective son ineludibles -Hugh Dancy realiza una gran interpretación paródica del personaje de Matthew McConaughey-, al igual que la conexión con Hermosa venganza, el film de humor negro de Emerald Fennell del que formaron parte Brie y Chris Lowell, otro actor fetiche de las realizadoras. En el episodio, esa mujer que se encuentra estancada en un patrón de codependencia con sus parejas, opta por irse de camping, con el objetivo de hacer algo sola y replantearse su vida. Allí es asesinada y será su fantasma quien deba investigar quién fue el responsable, ante la inoperancia de los detectives.
“El tono de la serie es muy original, nunca lo había trabajado, y debido a la naturaleza antológica que tiene, puede llegar a diferentes lugares. Lo mismo sucedía en GLOW: Carly y Liz nos impulsaban a trabajar dentro de distintos géneros, incluso en mi propio episodio, logramos mostrar momentos de comedia, de horror, y de drama, con un significado profundo. Yo admiro el compromiso que hubo a la hora de contar historias sobre las experiencias femeninas”.
En diálogo con LA NACION, Brie cuenta que el libro también la impactó de inmediato.
-¿Qué impresión te dejó la obra de Cecelia?
-Oh, amo el libro, es fantástico, es increíblemente digerible, los cuentos son cortos, tienen entre tres y doce páginas, y aún así generan un gran impacto, son concretas y divertidas, y echan luz sobre la experiencia femenina en el mundo. Además hay mucho optimismo, lo que me encanta, hay mucho de autodescubrimiento de miedos y ansiedades. Es una lectura muy entretenida, siento que conecté mucho con cada historia, incluso con las de mujeres que son muy distintas a mí.
Uno de los logros de Roar es, precisamente, que el relato de una mujer pueda entretejerse con el de otras, quienes atraviesan conflictos que tienen más en común de lo que aparentan. Como lo explica Flahive: “Cada episodio muestra a una mujer intentando encontrar su voz, intentando hallar la manera de ser vista y escuchada, y en eso decidimos posar nuestra mirada”.
Cuándo y dónde verla. Roar está disponible a partir del viernes 15 de abril en Apple TV+.
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